Salvador Guerrero Chiprés
18/06/2024 - 12:03 am
Temor y silencio, armas del abusador
“Las redes sociales o los videojuegos son espacios donde, actualmente, los abusadores enganchan víctimas bajo falsos perfiles”.
Poder de atemorizar y asegurar silencio de los entornos de sus víctimas son armas del abusador sexual de menores. Le ayuda el aislamiento emocional o distanciamiento físico de la red de apoyo de las víctimas.
El abuso sexual infantil puede comenzar en la familia o transitar por el espacio escolar, eclesiástico, empresarial y público. Los patrones revelan que los agresores ganan gradualmente la confianza y aprovechan la vulnerabilidad o asimetría con relación a la niña, niño o adolescente (NNA).
Según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada cinco NNA sufre abuso sexual antes de los 17 años. En México, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos calcula más de 4.5 millones de víctimas de abuso cada año, y solo denuncia el 10 por ciento.
Las NNA pueden sentirse responsables de haber permitido las agresiones ocurridas en medio de manipulación, control, violencia, amenaza, vergüenza y destrucción de la propia dignidad e integridad. El abuso se revela con frecuencia hasta la edad adulta, cuando la víctima está emocionalmente mejor preparada para enfrentarlo.
Eso ocurrió en el caso de las agresiones sexuales del padre Marcial Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo.
Los abusos comenzaron en la década de los 40 y se extendieron por 70 años. Pasaron dos décadas más antes de ser públicos. Cuando denuncié como periodista de La Jornada el caso en 1997 —por primera vez en un medio de difusión iberoamericano—, las víctimas, ya como personas adultas, describieron los engaños y miedo a enfrentar al sacerdote por ser una persona reconocida.
De igual forma ocurrió con Jean Succar Kuri, el empresario condenado a 93 años de prisión por los delitos de prostitución y pornografía infantil, fallecido la semana pasada, cuyas víctimas revelaron los abusos ya en la edad adulta.
Como responsables de la crianza es vital estar atentos a señales de abuso. Las más comunes son la presencia de trastornos de sueño o del apetito, distanciamiento, cambios de humor, miedo inusual a ciertas personas o lugares, posesión de regalos sin razón, autodesprecio, dolor o sangrado y comportamientos sexuales no correspondientes a su edad.
Las redes sociales o los videojuegos son espacios donde, actualmente, los abusadores enganchan víctimas bajo falsos perfiles. Educar a las infancias sobre los riesgos y fortalecer la ciberprevención es fundamental.
El impacto de saber que una hija o hijo fue abusado sexualmente es devastador. Las reacciones pueden ser la negación, sentimiento de culpa, descalificación a la verdad revelada o el entendimiento y apoyo incondicional.
Sin embargo, estamos ante la posibilidad de darles una vida libre de violencia. En la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano de la Ciudad de México apoyamos a víctimas y familiares con orientación psicológica y jurídica gratuita, 24/7, a cualquier parte del país.
Creerles y ayudarles a romper el silencio es la pieza clave.
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