A pesar de la llegada del obradorismo al poder, con su retórica de “primero los pobres”, lo cierto es que el grave problema de la pobreza no sólo no se ha solucionado, sino que se ha profundizado. De acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022 (IEPDS 2022) elaborado por el Coneval, en 2020 hubo 55.7 millones de pobres en México, 3.8 millones más que en 2018.

Por ello, se necesita una nueva política de combate a la pobreza en México que garantice que nadie se quede atrás.

En primer lugar, es impostergable una política especial para atender la situación del millón de familias más pobres del país, como se señala en el programa de Gobierno que presentó Unid@s recientemente. La solución entraña dos dimensiones. Por un lado, hay que establecer mecanismos de protección social que atiendan la demanda de alimentación, vivienda, salud y educación para este sector más depauperado. Esto implica una modernización de las capacidades de gestión del Estado en materia de desarrollo social.

Por otro lado, se necesita ampliar las capacidades de las personas para que, en el corto o mediano plazo, puedan progresar por sí mismas, sin ayuda de subsidios gubernamentales. Visto así, el dilema entre dar pescados y enseñar a pescar es falso, hasta cierto punto. En la realidad, la situación es muchas veces de una pobreza tan radical que primero hay que dotar a estas poblaciones de los mínimos bienes y servicios para que, después, en una segunda etapa, se puedan crear las condiciones para la autonomía económica plena.

En segundo lugar, hay que pensar en la posibilidad de ofrecer un ingreso universal básico para todos los mexicanos y las mexicanas. Como lo han dicho analistas de la sociedad contemporánea, de Jeremy Rifkin a Osmo Soininvara, de Daniel Raventós a Julen Bollain pasando por líderes emprendedores como Mark Zuckerberg o Bill Gates, el ingreso universal básico será inevitable ante el advenimiento de las máquinas empoderadas por la inteligencia artificial que probablemente dejará sin trabajo a millones de personas en el corto y mediano plazo.

Aquí el mayor problema puede ser de carácter fiscal y la solución dependerá de las capacidades del Estado de tener una gestión administrativa eficiente.

Me parecen muy pertienentes y atendibles las medidas que se plantean en el documento publicado por Unid@s que se denomina Propuesta Ciudadana de país, entre las que se encuentran: garantizar un ingreso básico alimentario para familias en pobreza extrema, crear programas de emprendimiento y de atención a la infancia, así como promover que haya una pensión justa y garantizada para los trabajadores.

El dilema es también cómo evitar que estas y otras medidas que pudieran concebirse no se conviertan en formas de clientelismo político, una característica nefasta de este Gobierno y de gobiernos del pasado.

El México Ganador solo puede concebirse construimos un piso de bienestar con oportunidades de prosperidad, para asegurarnos que nadie se quede atrás.

Gustavo de Hoyos Walther

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Abogado y empresario. Ha encabezado diversas organizaciones empresariales, comunitarias, educativas y filantrópicas. Concentra su agenda pública en el desarrollo de líderes sociales (Alternativas por México), la participación ciudadana en política (Sí por México) y el fortalecimiento del estado de derecho (Consejo Nacional de Litigio Estratégico).

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