Los miembros de la comunidad asiático-estadounidense mostraron solidaridad ante el ataque en los centros de masaje de Atlanta en donde murieron seis mujeres asiáticas.
Por Terry Tang
EU, 18 de marzo (AP).- Los estadounidenses de origen asiático ya estaban agotados luego de un año de ataques racistas alimentados por la pandemia cuando un hombre blanco fue acusado de atacar tres centros de masaje en la zona de Atlanta y de matar a ocho personas, en su mayoría mujeres asiáticas.
Cientos de miembros de la comunidad asiático-estadounidense y de las islas del Pacífico recurrieron a las redes sociales para mostrar su ira, tristeza, miedo y desesperanza. La etiquea #StopAsianHate (#ParenElOdioAsiático) era tendencia en Twitter horas después de los asesinatos del martes en la noche.
“Creo que la razón por la que la gente se siente tan desesperada es porque los asiático-estadounidenses han estado llamando la atención sobre este problema durante mucho tiempo", afirmó Aisha Yaqoob Mahmood, directora ejecutiva de Asian American Advocacy Fund, un grupo con sede en Atlanta que realiza labores políticas y de activismo en toda Georgia.
Muchos estaban molestos también porque el sospechoso, Robert Aaron Long, de 21 años, no fue acusado de inmediato de delitos de odio. Las autoridades dijeron que Long le contó a la policía que sus acciones no tenían motivos raciales y que atacó los centros de masaje por una “adición al sexo”. Seis de las siete mujeres asesinadas fueron identificadas como asiáticas.
Las fuerzas de seguridad necesitan “algo de formación para comprender qué es un delito de odio. Este hombre identificó objetivos propiedad de asiáticos", apuntó Margaret Huang, presidenta y directora general de Southern Poverty Law Center, que rastrea a grupos de odio. El agresor “estaba persiguiendo claramente a por un grupo concreto de personas".
Por otra parte, desde Phoenix hasta Filadelfia, colectivos asiático-estadounidenses organizaron actos para mostrar unidad.
En las últimas semanas, la comunidad se ha preguntado cómo abordar una reciente ola de agresiones — la mayoría a ancianos — coincidiendo con la pandemia. El coronavirus se detectó por primera vez en China a finales de 2019 y el entonces Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y otros emplearon términos racistas para referirse al virus.
Numerosas organizaciones asiático-estadounidenses dijeron que la retórica de Trump ha envalentonado a la gente a expresar sus opiniones en contra de los asiáticos o de la inmigración. Cerca de tres mil 800 incidentes se reportaron a Stop AAPI Hate, una organización de Califonia, y a sus grupos asociados desde marzo de 2020.