ONU Mujeres vio “probable” que aumente la violencia machista y la explotación sexual, una tendencia recurrente “cuando los hogares están bajo presión”, como está ya ocurriendo en la actual pandemia de coronavirus, especialmente en las zonas más afectadas.
Madrid, España, 18 de Marzo (EUROPA PRESS).- La pandemia de coronavirus está teniendo efectos no solo médicos, sino también sociales, que amenazan con excederse de forma particular con las mujeres, en primera línea en los múltiples frentes abiertos. ONU Mujeres considera que desempeñan un papel “desproporcionado” y llama a tener en cuenta sus necesidades.
La directora de la División Intergubernamental, de Políticas y de Programas de ONU Mujeres, Sarah Hendricks, recordó que las mujeres representan hasta el 70 por ciento del volumen laboral en sanidad y el sector de los cuidados y realizan tres veces más trabajos no remunerados que los hombres.
“Cuando los sistemas sanitarios están saturados, se añade una mayor carga al cuidado en el hogar y esta carga recae generalmente en las mujeres”, advirtió Hendricks en declaraciones a Europa Press.
Además, un sistema sanitario superado por las circunstancias también “desvía recursos” de servicios considerados más prescindibles en un momento de emergencia como atención prenatal o anticonceptiva. “Es posible que esto también ocurra como resultado del Covid-19”, apuntó Hendricks.
ONU Mujeres también vio “probable” que aumente la violencia machista y la explotación sexual, una tendencia recurrente “cuando los hogares están bajo presión”, como está ya ocurriendo en la actual pandemia de coronavirus, especialmente en las zonas más afectadas.
En el caso de los países con rentas medias y bajas, el potencial riesgo se agudiza, entre otras razones por la mayor implicación de las mujeres en trabajos informales, “que sufren un mayor impacto en tiempos de crisis”, o directamente no remunerados.
También en estos países los hogares pueden notar más los efectos perniciosos de medidas como cuarentenas o confinamientos. “Puede dejar a las mujeres sin poder lograr un sustento y cubrir las necesidades básicas de sus familias, como hemos visto en la crisis del ébola”, según la responsable de ONU Mujeres.
Sin embargo, Hendricks llamó a no caer en generalizaciones y “comparaciones” por países, ya que puede haber mujeres y niñas que vivan “en mundos diferentes” incluso dentro de un mismo país y no solo por su nivel de renta, sino también por su residencia geográfica o cuestiones de raza o etnia.
LUCHA CONTRA EL COVID-19 CON ENFOQUE DE GÉNERO
“La experiencia de otras enfermedades muestra que una mayor carga de las mujeres en los cuidados incrementa el riesgo de infección”, afirmó Hendricsk, quien no obstante admitió que “no hay datos específicos” en el caso del brote actual, que se encuentra aún en sus primeras fases.
Los datos preliminares sugieren que hombres y mujeres sufren por igual los efectos de este virus y, de hecho, las pruebas apuntan una mayor tasa de mortalidad de los varones, aparentemente por las diferencias inmunológicas o patrones como el consumo de tabaco.
Sin embargo, los datos desagregados por sexos son incompletos, por lo que Hendricks avisó del riesgo de extraer “conclusiones prematuras”. La mejora en la recogida de datos es una de las reivindicaciones de ONU Mujeres, que reclamó también estadísticas de los efectos de la enfermedad en función de los niveles económicos o de la prevalencia de la violencia sexual.
Asimismo, pidió a las autoridades un enfoque de género en la respuesta, que incluya desde la distribución de equipos protectores pensados en el cuerpo femenino o “flexibilidad” a nivel laboral para las mujeres que necesiten quedarse al cuidado de otras personas durante la emergencia sanitaria.
“Garantizar que las mujeres tengan voz en la toma de decisiones” también es otra de las reivindicaciones de ONU Mujeres, defensora de que esta involucración llegue a todos los niveles. “La experiencia con el zika, por ejemplo, demuestra que las mujeres a nivel local pueden desempeñar un papel crucial”, señaló Hendricks.
ONU Mujeres colabora con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras agencias de Naciones Unidas para ofrecer no solo una respuesta coordinada a la crisis, sino para empezar a trabajar en medidas de resiliencia para los colectivos que pueden verse más afectados.
Hendricks subrayó que, al igual que se ha hecho con los brotes de ébola y zika, en el caso del coronavirus también se pueden “extraer lecciones” que sirvan para mejorar la preparación ante futuras crisis.