Son muchos los menores que no han tenido que esperar a ser mayores y han logrado convertirse en estrellas de esta plataforma de video sin llegar a cumplir los 10 años.
Madrid, 18 febrero (EuropaPress).- Cada vez son menos los niños y niñas que sueñan con ser bomberos, profesores o científicos y más los que esperan llegar a ser algún día youtubers. De hecho, la profesión de youtuber, e incluso la de influencer, se encuentra entre las cinco preferidas para los niños de entre 2 y 8 años.
Según una encuesta realizada en junio por Lingokids, la plataforma digital especializada en el aprendizaje de inglés para niños, el 16 por ciento de los niños quiere ser youtuber, por detrás de un 26 por ciento que quiere ser deportista y un 22 por ciento que se decanta por ser médico.
Pero también son muchos los menores que no han tenido que esperar a ser mayores y han logrado convertirse en estrellas de esta plataforma de video sin llegar a cumplir los 10 años.
Uno de los casos más conocidos es el de Ryan Kaji, un niño de tan solo 8 años que comenzó hace cinco a subir vídeos a su canal de YouTube Ryan's ToysReview, en los que se dedica a probar juguetes delante de la cámara.
Gracias a su canal, Ryan ha logrado unos ingresos de 26 millones de dólares (alrededor de 23.43 millones de euros), encabezando el ranking de los youtubers mejor pagados en YouTube en el último año, según Forbes.
Sin embargo, Ryan no es el único niño youtuber que se sitúa por delante de estrellas consolidadas de la plataforma, ni en el mundo ni en España. En nuestro país, entre los canales más populares se encuentra el de Las Ratitas, según el ranking de SocialBlade. En este canal, las hermanas Claudia y Gisele, ambas menores de 9 años, enseñan a sus 18.1 millones de seguidores cómo juegan con diferentes juguetes.
En la lista también se encuentran los canales MikelTube, con 5.26 millones de seguidores, y Juega con Adri, con 1.96 millones de seguidores, ambos con vídeos protagonizados por menores.
Como explica José Antonio Luengo, psicólogo educativo y profesor de la universidad Camilo José Cela, debemos tener en cuenta que los niños youtubers viven una vida asentada en el éxito, la fama y en la que tienen que estar pendientes de la respuesta a millones de seguidores, algo que es muy difícil de gestionar con una personalidad inmadura.
Por ello, según ha detallado Luengo a Europa Press, hay que destacar que existe el parámetro de la edad y que no es lo mismo un niño de 8 años haciendo este tipo de actividades con el apoyo de sus padres que uno de 12 años que cuenta con un canal propio en el que desarrolla esta acción con más madurez.
Además, el psicólogo hace hincapié en que el hecho de que los niños se dediquen a subir videos a YouTube es una práctica de mucho riesgo para el equilibrio personal, emocional y psicológico, ya que cuando el proyecto se acaba "aparecen todas las deficiencias que ese crecimiento en la espuma de la ola ha propiciado".
"A las personas que trabajamos con la infancia y la adolescencia nos preocupa de manera especial el éxito fácil y absolutamente inflamado y desmedido que tienen en los niños este tipo de proyectos, que se convierten en proyectos de vida fomentados por los padres", asevera el psicólogo.
SOBREEXPOSICIÓN DE MENORES
También es importante hacer referencia a la huella digital de los niños youtubers, ya que todo lo que suben a Internet se queda permanentemente en la Red y es difícil de eliminar. Por ello, estos niños cuentan desde muy pequeños con una huella digital muy larga y profunda.
Al subir un video a YouTube, los niños se exponen ante un público y los comentarios en esta plataforma tienen un gran peso en el éxito o el fracaso de los youtubers, lo que puede tener una repercusión e implicaciones que pueden llegar a su vida adulta, profesional, así como sus futuras relaciones personales.
Cristina Junquera, responsable de Incidencia Política de UNICEF, ha advertido a Europa Press de que entre los riesgos a los que se enfrentan los niños en la Red, además de la desprotección o sufrir acoso y abuso también existen riesgos "para su reputación en una huella digital que queda para su futuro".
El hecho de que estén expuestos también puede hacer que los menores sean objeto de ataque y de comentarios negativos, aunque YouTube anunció a principios de año cambios en las políticas de privacidad de contenidos para los niños, entre ellos deshabilitar los comentarios.
¿OCIO O TRABAJO?
A estos peligros por la sobreexposición de los niños se une el hecho de que, a pesar de contar con beneficios económicos, los menores que se dedican a grabar este tipo de videos no lo ven como un trabajo, sino como un juego.
Según explica Luengo, los niños menores de 12 años tienen un pensamiento muy ligado a lo concreto y no piensa en las consecuencias que tiene los que hace. Esto hace que los niños youtubers, cuanto más pequeños sean más vean la actividad como un juego.
Sin embargo, el psicólogo insiste en que al alcanzar la frontera de los 12 años, los niños tienen más conciencia de una actividad de ocupación y menos de divertimento, por lo que pueden asumir perfectamente que forman parte de una ocupación que requiere de su tiempo y planificación.
Los expertos coinciden en que esta situación se asemeja bastante a la de niños actores o cantantes. "Existen normativas respecto a la participación en rodajes de televisión o cine que antes eran jornadas sin límites y ahora está más controlado", asegura la portavoz de Save the Children Carmela del Moral.
"Tenemos que pensar cómo podemos trasladar este tipo de protección al entorno digital", añade, subrayando la importancia de garantizar que esta actividad "no está siendo un trabajo que haga que deje de disfrutar del resto de sus derechos".
RESPUESTA LEGAL
Podríamos decir que la realidad se ha adelantado a la respuesta legal o del sistema y que se trata de algo complicado debido a la implicación de menores, así como a la posibilidad de que se muestre publicidad encubierta. Los expertos entienden que cada vez es más necesario que esta actividad cuente con un marco legal para establecer límites tanto en YouTube como en otras redes sociales.
Uno de los formatos más utilizados en los videos de los niños youtubers es el unboxing, que consiste en desempaquetar regalos y jugar con ellos ya sea solos o acompañados por los padres o amigos. También es el formato que más beneficios genera tanto a los creadores de los vídeos como a las marcas que envían los productos a los youtubers.
En el caso del canal Ryan's ToyReview, los contenidos están siendo investigados por la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos por incurrir en publicidad engañosa dirigida a millones de menores, según informó The New York Times.
Mientras, en España, el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) advirtió en diciembre de 59 videos de youtubers por publicidad encubierta dirigida a menores.
Los videos reportados por el CAC corresponden a 15 canales de YouTube protagonizados por niños de menos de 12 años (60 por ciento) y adolescentes (20 por ciento) o niños y adolescentes juntos (20 por ciento), que promocionan o hacen publicidad de hasta 189 productos, servicios o marcas diferentes. Entre estos canales se encuentran el de Las Ratitas y MikelTube.
EL PAPEL DE LOS PADRES
Según Google, en España la edad mínima para crear una cuenta en su plataforma, en la que se incluye YouTube, hay que tener al menos 14 años, aunque la mayoría de países sitúa el límite en los 13 años.
Por ello, generalmente son los padres los que crean las cuentas para poder subir los videos de sus hijos, con los que terminan obteniendo beneficios económicos. Esto hace que en ocasiones puede convertirse incluso en un negocio para ellos.
Los padres son los responsables de cuidar cómo se desarrollan estas actividades, pero en términos generales "no funciona demasiado", según ha explicado Luengo.
El psicólogo recalca que son los padres los que tienen la responsabilidad de tener en cuenta los impactos que estos vídeos tendrán para sus hijos. Negar a los niños el acceso a contenidos digitales, así como a la expresión audiovisual en pleno siglo XXI es algo irreal y no es positivo.
Del Moral ha destacado a Europa Press que con los medios digitales, los más pequeños pueden participar en la sociedad y conocer diferentes aficiones.
"Esta participación debería hacerse de tal manera que el resto de sus derechos se vean protegidos", ha asegurado. "Son los padres los que deben velar por el cumplimiento de estos derechos y que no entren en conflicto con estar haciendo contenidos de YouTube", ha añadido.
Asimismo es necesario que tanto los padres como los niños adquieran una educación digital para ser conscientes de lo que supone subir una publicación a la plataforma.
Desde UNICEF, Junquera insiste en que el acceso a la tecnología por parte de los niños debe ser gradual. "Cuando van cumpliendo años, vamos dando a los niños más libertad. En el mundo digital es lo mismo", ha afirmado, subrayando la importancia de que los padres conozcan adecuadamente las normas para enseñar a sus hijos cómo pueden navegar de forma segura.
Sin embargo, no todo es "demonizar", ya que la expresión audiovisual puede ser de distintas maneras y los niños tienen el derecho "a participar en la sociedad en la que viven", según Del Moral.
En esto también coincide Junquera, quien dice que "acceder a la red contribuye a los niños a conformar su personalidad, su autoestima, ejercer su derecho a la libertad de expresión y es otro espacio donde pueden conformar su identidad como persona".