“De todo los lugares que he visitado en México y otros países, la sierra Tarahumara es la más extraordinaria. Es un gran imán”, dice el fotógrafo Bob Schalkwijk en la presentación de la muestra de 35 imágenes seleccionadas de sus 14 visitas a las comunidades rarámuri, a lo largo de 50 años.
Ciudad de México, 13 de febrero (SinEmbargo).– La exposición “Tarahumara”, que permanecerá todo el mes de febrero en la sede de Casa Chihuahua en la Ciudad de México, es una selección de las 128 fotografías publicadas en el libro de Bob Schalkwijk, del mismo nombre .
El fotógrafo neerlandés retrata las distintas realidades mexicanas desde que decidió vivir en este país en 1958, años en los que pudo captar el México de los 60 en plena construcción o las peculiaridades de la forma de vida de los tarahumaras, lugar que visitó por primera vez en 1962 después de leer un panfleto de “Pemex Viajes”.
“Lo que comenzó con una curiosidad terminó como una pasión. En 50 años hice 14 viajes a La Tarahumara: 12 entre 1965 y 1991 y dos en 2013 y 2014, este último para entregar el libro Tarahumara en las comunidades donde me recibieron durante tantos años”, se puede leer en la entrada de la exposición, que se estrenó en el Museo Nacional de las Culturas Populares y permanece hasta el 28 de febrero en Casa Chihuahua CdMx, en la colonia Roma.
Publicado a finales de 2014, Tarahumara surgió de un archivo de 8 mil fotografías, que son una mezcla de paisajes, barrancas, conjuntos montañosos, bosques y sobre todo, de gente.
Bob Schalkwijk nació en 1933 en Rotterdam y publicó su primer libro llamado Mexico City en 1965. 10 años después, ¿Podrías Vivir como un Tarahumara? se logró de manera independiente en conjunto con su esposa Nina Lincoln y el cinematógrafo Don Burgess.
En la exposición, apoyada por la Secretaría de Cultura Federal y el estado de Chihuahua se muestran fotografías en blanco y negro y a color, a manera de retrato y paisaje, que presentan el mundo de los rarámuri acompañadas con diferentes piezas de la colección del museo procedentes de los pueblos Tarahumaras.
Las imágenes que muestran la interacción de los rarámuri con la naturaleza, pero también en su vida cotidiana, sus festividades, su gastronomía y los paisajes donde habitan.
Un bautizo, las labores de pastoreo, un sembradío nevado, el juego de rijibara, los fariseos y la Danza de los matachines, así como cañadas, valles y cascadas, como la de Basaseachi, dialogan con piezas como máscaras yumare, muñecos rarámuri, animales en madera tallada, fajas y ollas.
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