Trump busca “números”, deportar a la mayor cantidad posible de personas, como lo prometió en su momento al decir que expulsaría a 2 o 3 millones de “delincuentes”.
Por Pilar Marrero
Ciudad de México, 18 de febrero (SinEmbargo/LaOpinión).- La primera clave ocurrió hace tres semanas, cuando abogados reportaron que en las cortes de inmigración, los representantes del Gobierno ya no estaban negociando el cierre de casos de inmigrantes de “baja prioridad de deportación”.
Esto venía ocurriendo desde finales de 2014 con el gobierno de Obama, cuando las autoridades finalmente tomaron una serie de medidas para enfocarse más y más en deportar a los delincuentes más peligrosos y a los migrantes recién llegados.
Personas con largo tiempo en este país, lazos familiares, record limpio que caían en un proceso de deportación, recibían un “cierre” y quedaban tranquilos, sabiendo que no serían deportados en un futuro inmediato o quizá nunca.
Si uno de los 129 “Equipos de Fugitivos de ICE” salía a buscar a personas con órdenes viejas de deportación y arrestaban por error a otros indocumentados, se revisaban los casos luego del arresto, y algunos quedaban en libertad.
Se llaman “arrestos colaterales”, como las víctimas colaterales de ataques militares, son aquellos inmigrantes a los que ICE no anda buscando, pero que caen en sus redes cuando están buscando a alguien más.
“Con Obama y con Bush anteriormente siempre hubo arrestos colaterales cuando ICE hacía sus operativos para recoger fugitivos”, dijo Maríelena Hincapié, del National Immigration Law Center. “Pero cuando eso pasaban, hacían una evaluación tras el arresto y determinaban si las personas eran prioridad, si eran elegibles para DAPA, si tenían hijos ciudadanos, etc. Ahí entraban consideraciones humanitarias”.
Este es el cambio más importante de lo que hizo Obama –especialmente en los últimos años- a lo que comenzó a hacer el gobierno de Donald Trump: ahora ya no parece haber prioridades y todo el mundo, o casi, puede llegar a ser “deportable”.
CASOS ILUSTRAN LOS CAMBIOS CON TRUMP
Entre los casos específicos de las últimas semanas, ya puede observarse esta ampliación de las prioridades, destinada no sólo a crear temor en la comunidad inmigrantes y cobertura mediática que de beneficios políticos a Trump con sus seguidores.
Trump también busca “números”, deportar a la mayor cantidad posible de personas, como lo prometió en su momento al decir que expulsaría a 2 o 3 millones de “delincuentes”. Pero los cálculos de los expertos señalaron que no había tantos delincuentes documentados o con tarjeta verde.
Para cumplir con esa cifra, Trump debe ir mucho más allá de los delincuentes. Y eso, al parecer, es lo que ha comenzado a hacer.
La primera evidencia clara está en la orden ejecutiva sobre inmigración dictada por Trump el 25 de enero. Ese día no sólo ordenó la construcción del “muro”, sino que dictó una serie de cambios a las actividades de las agencias de inmigración.
CUALQUIERA PUEDE SER PRIORIDAD
El cambio más importante, como cubrimos en su momento, fue la ampliación de las prioridades, que durante los años de Obama se fueron centrando más y más en delincuentes violentos convictos y recién llegados, a una lista muchísimo más amplia.
La letra de estas órdenes amplió las categorías de deportación mucho más allá de los delincuentes convictos en los que supuestamente se iba a poner prioridad, creando una línea más bien borrosa que probablemente lleve a más deportaciones de todo tipo de inmigrantes.
Las prioridades establecidas por las órdenes son: extranjeros convictos de cualquier ofensa criminal, extranjeros que han sido acusados de una ofensa criminal, aún sin ser convictos, extranjeros que hayan cometido actos que “pudieran ser un delito”, quienes hayan cometido fraude migratorio o gubernamental.
Otra cláusula de la orden indica que extranjeros que hayan entrado con visa y se hayan quedado o violado términos de las mismas “representan una amenaza significativa a la seguridad nacional”, poniendo una red aún más amplia que podría esencialmente incluir a la mayoría de los indocumentados en el país.
Un ejemplo es el caso de Guadalupe García, de Mesa, Arizona, una madre de dos hijos ciudadanos con 20 años en el país, que fue deportada Ipso facto al presentarse a un “check-in” de ICE.
“Al menos durante el tiempo de Obama el objetivo era enfocar más y más las deportaciones, cosa que se logró cada vez más y particularmente en los últimos años, para evitar el daño a personas con largo tiempo en el país”, dijo el abogado David Leopold, ex Presidente de la Asociación Nacional de Abogados de Inmigración.
“Ahora parecen listos a arrestar y deportar a cualquiera que caiga en sus manos”, agregó.
DACA NO SACROSANTO Y BUSCARÁN RAZONES PARA DEPORTAR
En “dreamer” con DACA, Daniel Ramirez Medina, fue arrestado cuando ICE se presentó a arrestar a su padre, que tiene antecedentes penales, en su apartamento de Des Moines, estado de Washington. ICE alega que es deportable, porque “dijo” ser pandillero, aunque no tiene antecedentes ni ellos presentan pruebas de que lo que alegan es cierto.
Si bien Trump no ha eliminado el programa DACA, que acoge a más de 750,000 jóvenes que antes eran indocumentados y vinieron al país antes de los 16 años, el arresto de Ramírez Medina y las circunstancias en que se dio, convence a muchos activistas de que la protección de DACA no es tan absoluta como pensaban.
“Tal parece que cualquiera puede ser etiquetado de criminal”, dijo Greisa Martínez, directora de activismo de United We Dream, y ella misma con DACA. “Estamos en alerta máxima y aconsejando a la gente que lleve consigo sus permisos y documentos, aunque esto no ayudó a Daniel”.
Hay que señalar que en los primeros años de Obama, antes de DACA (entre 2009 y 2012,cuando instauró el programa tras mucha presión de activistas), el también arrestaba y deportada a “dreamers”.
ICE PARECE NO RESPETAR LUGARES "DELICADOS COMO CORTES E IGLESIAS
Una indocumentada que acudió a una corte de protección familiar en El Paso a denunciar a su pareja por abuso, fue denunciada a ICE por su abusador y los agentes la esperaban a la salida del tribunal la pasada semana.
En Alexandria, Virginia, varios hombres latinos fueron arrestados al salir de un refugio contra el frio de una iglesia el pasado miércoles.
En 2011, el gobierno de Obama se comprometió a que sus agentes de inmigración no harían operativos en lugares “delicados”, como escuelas, iglesias, hospitales, ni en eventos tales como bodas o funerales, para evitar generar temor entre la comunidad inmigrantes o afectar a la comunidad en general.
Esto parece haber cambiado con Trump.
Patrick Valdez, un abogado de Los Angeles, reportó a este periódico que la pasada semana vió a varios agentes de ICE dentro del tribunal de inmigración en la calle Olive del Centro de Los Angeles.
“Se presentaron tres ICE a buscar a alguien que supuestamente tenía una orden de arresto”, dijo el abogado. “Es es algo totalmente inusual, no he visto a oficiales de ICE dentro de las cortes en 12 años que tengo llegando allí y esto es totalmente inaceptable porque hará que los inmigrantes en proceso tengan miedo de llegar a sus citas con tribunales”.
LAS COSAS AMENAZAN CON EMPEORAR
Si bien en los años de Obama, las deportaciones alcanzaron cifras record -expulsó en total a 3 millones de personas- la tendencia fue a ir limitando más el tipo de personas deportadas, y ofreciendo más opciones de protección.
Ttodo esto se debió en gran medida a la gran presión de activistas pero también a la consciencia de que no importa cuántos deportados lograra, los republicanos nunca dejarían de argumentar que Obama no aplicaba las leyes migratorias.
Además, la base política demócrata tiende a oponerse a las deportaciones masivas y a favorecer los programas de legalización.
Otro gallo cantará con Trump, cuya base más fuerte de apoyo es la más anti inmigrantes y la más pro acciones restrictivas contra inmigrantes del país.
La evidencia de que las cosas sólo pueden empeorar de ahora en adelante también se encuentra en otros hechos:
1.- Los presuntos planes de un memo no firmado sobre el uso masivo de Guardias Nacionales para recoger a indocumentados.
2.- La confirmación de Jeff Sessions, el senador más anti inmigrante, como nuevo Procurador del país, quien puede tener influencia extraordinaria en la política migratoria, en cómo se manejan los tribunales migratorios, a cargo de su departamento y en qué pasa con el futuro de DACA, si es que hay una lucha legal al respecto. (El procurador puede negarse a defender a DACA, por ejemplo, si estados o individuos que se oponen al programa demandan de nuevo en contra del mismo).
3.- Se está considerando como jefe de la Patrulla Fronteriza a uno de los Sheriffs más anti inmigrantes de Arizona que fue defenestrado allí de ese cargo: Paul Babeau.
4.- Si el gobierno de Trump enfrenta controversias y caos en otros departamentos, la mano dura contra los inmigrantes será su carta de triunfo ante su base más fiel.