La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) es vista como un referente a nivel internacional en la materia, pero se enfrenta a recortes presupuestales y de personal que podrían afectar su funcionamiento y su representación de México en cumbres de biodiversidad.
Esta nota fue producida como parte de la Beca 2022 CBD COP15, organizada por la Earth Journalism Network de Internews.
Montreal, Canadá, 17 de diciembre (SinEmbargo).– En el largo camino de las negociaciones hacia un nuevo marco global de biodiversidad, que terminarán el próximo lunes con la adopción de nuevos objetivos y metas para la década en curso, México ha estado representado por una agencia fuera de serie que no sólo concentra la experiencia sobre biodiversidad en México, sino que se ha convertido en un referente en el mundo.
Se trata de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), que este año cumplió 30 años de vida y que llega a Montreal en medio de recortes presupuestales y de personal, así como otras amenazas para su funcionamiento.
UNA PROPUESTA PARA LA CUMBRE DE RÍO
La existencia de la Conabio corre en paralelo a la del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (CBD, por sus siglas en inglés), ya que ambas nacieron en 1992.
Esta historia se remonta a la Cumbre de la Tierra de 1992, en Río de Janeiro. Ahí, imbuida en una efervescencia social por frenar el deterioro ambiental, la comunidad internacional acordó la creación de “las tres convenciones de Río”: el CBD, la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC) y la Convención Contra la Desertificación de la Tierra (UNCCD).
En las vísperas de la Cumbre de Río, el Gobierno mexicano buscaba una manera de llegar a la cita con una aportación relevante. El entonces Presidente Carlos Salinas buscó el apoyo de especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el encargo para crear una propuesta apropiada cayó en manos del entonces Rector de la UNAM, José Sarukhán.
El biólogo visualizó lo que en aquel momento era un plan ambicioso desde su campo de estudio para atender el problema ambiental: crear un organismo intersecretarial, capaz de conjuntar la investigación científica nacional y con autonomía presupuestal para acceder al conocimiento y uso de la biodiversidad y asesorar a los tomadores de decisiones.
Esta institución experimental fue creada por acuerdo presidencial el 16 de marzo de 1992. La delegación mexicana lo presentó ante la comunidad internacional en la Cumbre de Río y luego se abocó a materializarla en casa. El resto es historia.
“UNA INSTITUCIÓN RECONOCIDA A NIVEL MUNDIAL”
Treinta años después, la Conabio compila y administra el Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad (SNIB)—responsable del inventario nacional de especies— y administra plataformas líderes para el monitoreo de cambio de uso de suelo, ecosistemas marinos e incendios forestales, entre otras, que sirven a los tres niveles de Gobierno para tomar decisiones cruciales.
“Como asesor gubernamental, Conabio es algo que ha sido reconocido mundialmente. Incluso al Presidente [Barack] Obama en su momento le sugirieron hacer una institución similar. Aquí es bastante reconocida”, explica en entrevista en la COP15 el biólogo Hesiquio Benítez, director de cooperación de biodiversidad e implementación de la Conabio.
Además, Benítez funge como presidente del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico (SBSTTA, por sus siglas en inglés) del CBD, un rol importante encargado de vincular la ciencia con la política con expertos de 196 países al que el biólogo señala como prueba de la influencia de la Conabio en estas negociaciones internacionales. Benítez es el primer mexicano en ocupar este puesto y el segundo latinoamericano en casi 30 años.
Como parte del equipo fundador de la Conabio en 1992, Benítez es testigo del crecimiento de esta institución a lo largo del tiempo. “Pasamos de ser cinco personas a una institución reconocida a nivel mundial”, asegura.
En cuanto a difusión e involucramiento de la gente, Conabio ha creado y administra algunas de las mayores plataformas de ciencia ciudadana en el mundo (Naturalista, AverAves o EncicloVida), que cada año suman más de dos millones de observaciones y registros de especies a través de sus usuarios.
“Es muy impresionante el nivel de participación de la sociedad logrado por la Conabio”, en sus sitios web, destacó en la COP15 el director administrativo de la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad (GBIF por sus siglas en inglés), Tim Hirsch.
Tan sólo el sitio Biodiversidad Mexicana cuenta con más de 4.5 millones de usuarios al año, lo que lo convierte en el más usado de su tipo en el mundo, según presumía estos días en Montreal Carlos Galindo, director general de Comunicación de la Ciencia de Conabio. Esto les valió el Premio de Oro otorgado por la CBD en 2016.
“IMPULSOR DE CIENCIA SERIA Y CREDIBILIDAD”
“La Conabio ha sido una institución única que nos ha enseñado cómo construir ciencia en un país megadiverso, cómo trasladar ciencia para la toma de decisiones”, indicó Ana María Hernández, presidenta de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés), entrevistada en los pasillos de la COP15.
“Eso llevó a que Conabio nos enseñara a establecer instituciones científicas de biodiversidad en América Latina. El Instituto Alexander von Humboldt de Colombia es un resultado de eso”, explicó Hernández, quien ocupó la jefatura de relaciones internacionales en el Humboldt hasta 2019.
La Conabio también sirvió como ejemplo para la creación del instituto homólogo de Ecuador (INABIO) y en Sudáfrica (SANBI).
“Han sido claramente líderes, entonces en ese contexto Conabio es un impulsor de ciencia seria, de evidencia sólida y de credibilidad sobre el manejo y sobre el conocimiento de la biodiversidad en América Latina”, indicó Ana María Hernández.
IMPULSOR DE LA IPBES
Incluso la propia IPBES, que asesora directamente científicamente a la CBD y que ha sido crucial para las negociaciones en Montreal a través de sus reportes —incluyendo el de 2019 que advirtió de la amenaza de extinción para un millón de especies—, debe su existencia en buena medida a la Conabio y se formó a imagen de ella.
Hesiquio Benítez y otros funcionarios mexicanos de la Conabio impulsaron su creación durante casi siete años de trabajo y, más puntualmente, destrabaron las negociaciones para acordar internacionalmente su creación en una reunión que tuvo lugar en 2012 en Panamá, a la que asistieron tanto el embajador de México en Nairobi como el Doctor José Sarukhán.
A partir de ese momento, la Conabio a través del biólogo Benítez es el punto focal de México en ante el IPBES, representándolo en sus nueve sesiones plenarias, coordinando mesas de negociación, programas de trabajo y alianzas clave, como la del Grupo de Países Megadiversos Afines y otras con la academia y organizaciones sociales.
De hecho, México es el único país que ha tenido representantes en todas las ediciones del Panel Multidisciplinario de Expertos (MEP) de la IPBES —en orden cronológico, a través de los investigadores Julia Carabias, Rodrigo Medellín, Antonio Díaz de León y Adriana Flores Díaz— y tan sólo desde 2014 ha aportado las contribuciones de 41 científicos a distintas documentos de evaluación de la biodiversidad.
LA “PARTICIPACIÓN EFECTIVA” DE MÉXICO”
“La Conabio tiene la memoria histórica de México en las negociaciones sobre la diversidad biológica”, explicaba hace tres semanas Andrea Cruz, coordinadora de estrategias de biodiversidad y cooperación internacional de Conabio. “Hemos dado atención y seguimiento a todos los procesos de negociación”, indicó.
Por si fuera poco, Conabio ha convertido a México en uno de los pocos en llevar la implementación de sus planes nacionales de biodiversidad a una escala local, trabajando con autoridades en 27 estados del país para desarrollar 25 estudios y 16 estrategias en la materia y fue el primer país en incorporar la perspectiva de género en su Estrategia Nacional de Biodiversidad (EnBioMex).
Después de Montreal, la Conabio tendrá entre sus tareas el desarrollo y seguimiento de los indicadores de cabecera del marco global de biodiversidad, alinear la estrategia nacional de biodiversidad de México al nuevo marco mundial, elaborar el séptimo informe nacional de biodiversidad y continuar con los procesos de trabajo, seguimiento y negociación del Convenio de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica.
Interrogado en los pasillos de Montreal sobre la relevancia de Conabio para la CBD, el brasileño Braulio Ferreira de Souza Dias, exsecretario ejecutivo de esta convención de la ONU entre 2012 y 2016, aseguró que la “Conabio de México es un arreglo único en el mundo que moviliza todo el saber científico de las instituciones científicas de México para apoyar la toma de decisiones políticas” y que “es muy eficiente en promover la definición de políticas a nivel estatal en México”.
“Gracias al rol de Conabio, México ha tenido una participación muy efectiva en todos los trabajos del convenio. Durante toda la vida del convenio, (Conabio) ha sido muy importante”, explicó Dias, quien acude a la COP15 como enviado del Presidente electo de Brasil, Lula da Silva.
AJUSTES ANTE LA AUSTERIDAD REPUBLICANA
Pese a su historia de éxito, la Conabio ha perdido casi un centenar de expertos de su equipo durante los últimos años, debido a recortes tanto de la administración anterior como de la “Austeridad Republicana” promovida por el actual Gobierno federal. Esto equivale a casi una tercera parte de su personal, que la mantiene con “un mínimo para sobrevivir” y con márgenes limitados de operación.
Estos despidos se derivan de la negativa el Gobierno federal para transferir recursos de operación en el fideicomiso privado de la Conabio, una medida motivada por el mal uso de estos instrumentos financieros en otros órganos de la administración pública. Sin embargo, esta justificación se antojaba difícil de aplicar a Conabio, que reportaba calificaciones de excelencia en sus auditorías en cuanto a manejo y transparencia.
Además, con su completa integración a la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat), el equipo operativo de Conabio pierde su carácter intersecretarial, lo cual afectará su capacidad de diálogo con otras dependencias, que será fundamental para implementar el marco global de biodiversidad post 2020.
“Poner la agenda ambiental y de biodiversidad en las agendas y tareas cotidianas de las demás secretarías de estado es clave”, explica el biólogo Hesiquio Benítez. “La problemática que tiene México no se resuelve sólo duplicando o triplicando el presupuesto a la Semarnat, sino con que se haga un ligero cambio en los subsidios de agricultura, pesca, energía o minas, por ejemlo, y empiecen a incluir acciones de conservación y uso sustentable, sería el equivalente a subir el presupuesto 40 veces a la Semarnat. Pero ese diálogo es muy importante, los puentes, las formas las alternativas, los escenarios, eso es lo que hace Conabio”, agrega.
Cuestionado por los cambios recientes en Conabio, el exsecretario ejecutivo de la CBD, Braulio Dias, indicó: “es un derecho de cada Gobierno el proponer avances y cambios donde necesario, pero no se debe promover cambios para empeorar el funcionamiento de sus órganos”.