Mucha gente que sigue teniendo trabajo y seguridad económica se siente culpable en medio de tantas penurias asociadas con el virus, dice Bryan-Podvin, autora de The Financial Anxiety Solution (La solución para la ansiedad causada por asuntos financieros).
Por Liz Weston, de NerdWallet
Los Ángeles, 17 de diciembre (AP).- La terapeuta Lindsay Bryan-Podvin, de Ann Arbor, Michigan, se especializa en ayudar a la gente con problemas de ansiedad motivados por razones económicas. Desde que comenzó la pandemia del coronavirus, sin embargo, sus pacientes le hablan sobre todo de la culpa que sienten porque les va bien.
Mucha gente que sigue teniendo trabajo y seguridad económica se siente culpable en medio de tantas penurias asociadas con el virus, dice Bryan-Podvin, autora de The Financial Anxiety Solution (La solución para la ansiedad causada por asuntos financieros).
“Me empiezan a decir cosas como ‘no debería quejarme, mi pareja está mucho peor’ o ‘no puedo creer que le esté diciendo esto porque fulanito de tal en mi barrio perdió su trabajo’”, dice la terapeuta.
Lo que le dice la gente y el lenguaje que usa es casi idéntico a lo que Bryan-Podvin escucha de personas con estrés postraumático, un trastorno mental que puede ser causado por eventos terribles que una persona vivió o presenció.
“Percibo el síndrome de la culpa del sobreviviente”, dijo Bryan-Podvin. “Sienten que no se merecen todo lo que tienen”.
LA CULPA PUEDE SER PARALIZANTE
El complejo de culpa es un síntoma de estrés postraumático, que generalmente sienten personas que se preguntan por qué siguen vivas mientras otras murieron. La culpa por razones económicas no es un diagnosis psicológica oficial, pero Bryan-Podvin dice que reconocer las similitudes la ayuda a tratar a los pacientes con esos trastornos.
La gente que experimenta este tipo de culpa se puede sentir triste o desesperanzada, según la terapeuta. Muchos se obsesionan y se preguntan por qué salieron bien librados y otros no, o qué podrían haber hecho para ayudar a los demás. A menudo se sienten paralizados, como atontados o abrumados.
“La culpa del sobreviviente es como cualquier otro tipo de estrés”, dijo Bryan-Podvin. “Puede afectar tu sueño, tu sistema nervioso parasimpático, tu capacidad de vivir el presente”.
Reconocer lo que uno experimenta puede ayudar, según el planificador financiero Edward Coambs, terapeuta especializado en matrimonios y temas de familia de Charlotte, Carolina del Norte. Una de las razones por las que la gente siente la culpa del sobreviviente es porque estamos programados para buscar la justicia y la equidad.
“Eso es lo que se activa realmente”, dijo Coambs. “Pensamos, ‘¿es justo que yo siga teniendo un trabajo y la gente de este ramo ya no tenga empleo?’”.
“No es tu culpa lo que le sucede a otra persona”, agrega. “A veces la culpa del sobreviviente responde al hecho de que uno asume más responsabilidades de las debidas”.
SALIR ADELANTE AYUDANDO A OTROS
Una forma de resolver esta culpa es buscar formas sensibles de ayudar a los demás, señalan los terapeutas. Tal vez trabajando en un comedor comunitario, donando a una causa, ayudando a alguien a actualizar su hoja de vida o a incorporar cosas que puedan facilitarle conseguir un empleo.
“Ayudar de algún modo hace que nos sintamos mejor”, dijo Bryan-Podvin.
Pero no hay que pasarse de la raya. No es recomendable aportar cartas de referencia y contactos a alguien que todavía está conmocionado por la pérdida de su trabajo, por ejemplo. Tal vez lo que necesita el amigo es alguien con quien hablar.
Cuando el objetivo es aliviar la culpa que siente uno, es posible olvidarse de lo que siente el otro, dijo Coambs.
Por otro lado, resista la tentación de hablar de los reveses que ha sufrido usted, recomienda Bryan-Podvin. “Es mejor decir ‘siento mucho lo que sucedió, debe ser muy duro’”, expresó.
SEA AGRADECIDO
Otra forma de combatir la culpa del sobreviviente en el ámbito financiero es apreciar todo lo bueno que tiene uno.
“Transformemos la culpa en gratitud”, dice el terapeuta Preston D. Cherry, de Lubbock, Texas. Estudios indican que hacer listas de cosas por las que uno debe sentirse agradecido, hablar de ellas en un diario o simplemente disfrutar de esas cosas puede reducir el estrés y mejorar el sueño y las relaciones con los demás.
Sentirse mal por los despidos y los vaivenes económicos es normal, pero sentirse triste o culpable por semanas no, según Bryan-Podvin. Si no puede dormir, se distrae mucho en el trabajo o se olvida de cosas importantes, considere buscar ayuda profesional.