Sanjuana Martínez
17/11/2014 - 12:00 am
Joan Sebastián, su hermano y Guerreros Unidos
¿Cuántos artistas en México han sido identificados por vínculos con el crimen organizado? La nebulosa del tráfico de drogas y sus ramificaciones al tráfico de armas y a la trata de personas, particularmente mujeres y niñas con fines de explotación sexual, incluye gente del espectáculo y los deportes. Y México no es la excepción. Ante […]
¿Cuántos artistas en México han sido identificados por vínculos con el crimen organizado? La nebulosa del tráfico de drogas y sus ramificaciones al tráfico de armas y a la trata de personas, particularmente mujeres y niñas con fines de explotación sexual, incluye gente del espectáculo y los deportes. Y México no es la excepción.
Ante el crimen de estado de Ayotzinapa, mientras la Procuraduría General de la República intenta armar la teoría del delincuente solitario, en este caso, el alcalde de Iguala José Luis Abarca a quien pretende inculpar en solitario por la desaparición forzada de los 43 normalistas, existen otras hipótesis que ofrecen una fotografía completa de la podredumbre en Guerrero.
Los reflectores se sitúan frente a Joan Sebastián. El cantante tiene un pasado y una familia controvertida que en distintas ocasiones ha sido investigada por su presunta participación en redes delincuenciales.
Conocido mejor como “El Rey del jaripeo”, su historial está lleno de sucesos controvertido en ese sentido. Por ejemplo, el 27 de mayo de 2012 balacearon su automóvil estacionado afuera del bar donde asesinaron a su hijo Juan Sebastian en 2010, ubicado en Cuernavaca, Morelos. Fueron tres impactos de bala en el cofre, pero las autoridades ocultaron toda la información y entregaron el vehículo a Marco Figueroa, el hermano incómodo de Joan Sebastian.
Sin embargo, en aquella ocasión se informó que el joven de 32 años fue asesinado en una riña con el personal de seguridad de un centro nocturno en la colonia Teopanzolco, en Cuernavaca, aunque después los testimonios señalaban a una persona que lo esperaba a la entrada del antro, en donde le disparó a quemarropa el sábado 12 de junio.
Cuatro días después del asesinato, apareció una manta firmada por el Cártel del Pacífico Sur, una escisión del de los Beltrán Leyva, que reivindicó el asesinato en “cumplimiento de labores de seguridad en pro de Morelos”. El texto de la manta no dejaba dudas: “A la ciudadanía en general de Morelos aquí esta Guillermo Vargas padre e hijo colaboradores del homosexual Edgar Valdez Villareal La Barbie, trasiego de la muerte de Juan Sebastián Figueroa por la disputa de una mujer por problemas pasados, esta gente colaboraba con el traidor, si las autoridades no pueden, nosotros si, no descansaremos hasta acabar con las lacras de Morelos, atentamente CPS”.
Ese hecho, le dio solidez a la sospecha que desde hacía años pesaba sobre Joan Sebastian, quien en 2004, fue involucrado directamente en actividades de tráfico de drogas. Un ex policía denunció su presunta relación con Vicente Carrillo Leyva, hijo de Amado Carrillo Fuentes, “El señor de los cielos”, líder del Cártel de Juárez. El testimonio señalaba al cantante por almacenar droga en sus propiedades. El cantante lo negó y la PGR no lo molestó.
Pero el tema lo persigue. Tanto es así que incluso el cantante salió a dar la cara negando vínculos con el crimen organizado: “Yo no soy un narcotraficante”, dijo luego del asesinato de su hijo Juan Sebastian.
No fue la única vez que Joan Sebastian era relacionado con el narcotráfico. Cuatro años antes, después del asesinato de su hijo Trigo de Jesús Figueroa, en la madrugada del domingo 27 de agosto de 2006 en Texas, surgieron otras hipótesis.
A pesar de todo, Joan Sebastián es un hombre poderoso y la Procuraduría General de la República no lo molesta. Los crímenes de sus hijos nunca se resolvieron cabalmente, tampoco el atentado que sufrió cuando balacearon su coche. Las autoridades mexicanas no lo molestan. Ni siquiera ahora, cuando después de la tragedia de Ayotzinapa, surge nuevamente la mención a los Figueroa y en concreto, el nombre de su otro hermano “incómodo”, Federico Brito Figueroa.
Al hermano de Joan Sebastián lo citaron junto al diputado local por el Partido del Trabajo y ex presidente municipal de Amacuzac, Alfonso Miranda Gallegos, en calidad de testigos el pasado mes de mayo, por el asesinato de Alejandro Exiquio Rodas, de 35 años, decapitado y desmembrado en un puente peatonal ubicado sobre la autopista México-Cuernavaca, donde colocaron dos “narcomantas” en las que se vinculaba directamente a Federico Figueroa y a Noé Reynoso Nava, alcalde de Amacuzac, Morelos, con el cártel de los Guerreros Unidos, el mismo que está vinculado junto con los narcopolíticos, narcopolicías y narcomilitares, con el crimen de Estado de Ayotzinapa.
Las mantas decían que Figueroa se “esconde” en su lujoso rancho de Teacalco y que recibe protección de la policía de Taxco, municipio guerrerense administrado por el priista Salomón Majul González. De hecho, Joan Sebastián nació en la localidad de Juliantla, municipio de Taxco de Alarcón.
El mensaje textual de la manta: “Para Federico Figueroa nuevo jefe de los Guerreros Unidos, ya no seas tan puto y sal a dar la cara como hombre. Ya deja de estar engañando al gobierno de Cuernavaca Morelos, negando los vínculos que tienes con tu compadre Mario Casarrubias, sabemos que estás en tu rancho de Teacalco, Guerrero con la protección de la policía municipal de Taxco Guerrero. Quienes reciben la orden de proteger por Erubiel Salado Chávez, director de Seguridad Pública municipal que al igual que tu es un puto rata secuestrador de mierda y responsable de los secuestros en Taxco. También sabemos la relación que tienes con el Mencho, líder del cartel de Jalisco en Guadalajara. Ya no engañes más al gobierno de Morelos y Guerrero. Gente de Taxco ya no se dejen intimidar por esta clase de gente culera. Atte. Morelos Unidos. Vamos por todos hijos de su puta madre, salgan a pelear mierdas. Por Taxco y por Morelos”.
El presunto ascenso del hermano de Joan Sebastián en el liderazgo de Guerreros Unidos ocurrió, supuestamente tras la detención de Mario Casarrubias Salgado, El Sapo Guapo, en julio de 2012, en la zona de Santa Fe, en el Distrito Federal.
Como se ha informado, los Guerreros Unidos, mantienen una sangrienta guerra contra Los Rojos y La Familia, por el control del corredor de drogas Cuernavaca-Acapulco, un territorio que anteriormente era controlado por Arturo Beltrán Leyva, el “jefe de jefes”, abatido en un operativo de la Marina realizado en un lujoso conjunto de departamentos de Cuernavaca el 16 de diciembre de 2009.
La familia Figueroa de Joan Sebastián, son supuestamente empresarios dedicados a la ganadería y la organización de jaripeos, también al mundo del espectáculo con su empresa denominada Promociones Figueroa. Son gente acaudalada con relaciones de poder que se extienden a políticos, policías e incluso miembros de las fuerzas armadas.
La sombra del narcotráfico no es la única que se sitúa sobre Joan Sebastián, también la de la trata de mujeres con fines de explotación sexual. Hay testimonios que hablan de esclavitud sexual que existe presuntamente en su rancho, centro neurálgico de operaciones.
La acusación llega directamente de Edwin Lanuza, padre de una de las novias del cantautor, quien asegura que éste trata como “prostituta” no sólo a Margareth, sino a Esther, la menor de sus dos hijas.
En ese entonces, Joan Sebastian con 63 años y Margareth con 18 años formaban una pareja peculiar: “Joan Sebastian las pasa a traer a la casa a la hora que sea para hacer sexo, entonces mis hijas no están trabajando con él, las tiene como en un clan de prostitutas y eso es lo que yo no quiero. Joan Sebastian se aprovechó de la situación para hacerlas unas prostitutas”, declaró su suegro hace algunos años.
Y responsabilizó a Joan Sebastian de la relación que su hija menor sostenía con Alejandro Fernández: “Como que Joan utilizó a Alejandro para decirle ‘tengo unas buenas chicas que vienen de Guatemala ayúdame a convertirlas en esta noche en unas chicas ‘p’ y Joan estaba seguro de que Esther no se iba a resistir a Alejandro por su dinero, su fama”.
Si Joan Sebastián está involucrado en trata de mujeres con fines de explotación sexual, como se denunció desde hace años, la Seido debería intervenir.
Lo que realmente sorprende, es que a estas alturas la Procuraduría General de la República (PGR) no haya molestado a los Figueroa para interrogarlos sobre el caso Ayotzinapa. ¿Será porque los Figueroa están muy bien relacionados con políticos del PRI y del PRD?
Tal vez, sea necesario recapitular, es decir, retroceder a la dinastía de otra familia Figueroa. Me refiero a Rubén Figueroa I, gobernador de Guerrero de 1975 a 1981, período en el que se instauró la llamada “guerra sucia”. Y el Segundo Rubén Figueroa, el gobernador de Guerrero 1993-1999 responsable de la matanza de “Aguas Blancas” de 17 campesinos. Y el Tercer Rubén Figueroa, diputado local de Guerrero por el PRI y presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Congreso de ese estado.
¿Hasta donde llega la podredumbre en Guerrero? ¿Quienes son todos los narcopolíticos involucrados en el crimen de Ayotzinapa? ¿Cuántos policías y militares están en la nómina de los Guerreros Unidos? ¿Hasta dónde llega la connivencia entre el PRI y el PRD de los Chuchos?
Y lo más importante: ¿Por qué la PGR no ha interrogado a nadie que lleve el apellido Figueroa?
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