Apenas ayer se despachó el último amparo y casi 24 horas después el Presidente, miembros de su gabinete y tres gobernadores, dieron luz verde al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y sepultaran la esperanza de reanudar la construcción en Texcoco, proyecto del ex Presidente Enrique Peña Nieto.
Zumpango, Estado de México, 17 de octubre (SinEmbargo).- Cuando volaron dos helicópteros de los que colgaba una manta en la que se leía “Inicio Construcción AISL [Aeropuerto Internacional Santa Lucía]”, el Presidente Andrés Manuel López Obrador no pudo ocultar su felicidad. Sonrió durante esos tres minutos que duró la inauguración simbólica de las obras, se frotó las manos y siguió sonriendo.
Él calificó el día de hoy como histórico, al considerar que nunca una obra de infraestructura había acumulado 140 amparos en contra de su construcción. Apenas ayer se despachó el último y casi 24 horas después el Presidente y miembros de su gabinete y tres gobernadores, dieron luz verde al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y sepultaran la esperanza de reanudar la construcción en Texcoco, proyecto del ex Presidente Enrique Peña Nieto.
El Consejero Jurídico, Julio Scherer Ibarra, fue el primero en hablar. En un inicio llamó a la reconciliación y luego dejó claro que los “caprichos de algunos”, haciendo alusión a quienes interpusieron los amparos, no iban a estar por encima de los intereses generales.
“No puede existir una división sobre los proyectos prioritarios para nuestra nación. […] Nos confundimos cuando se confunde el agua con el agua y el aire con el aire. Estamos inmersos en una democracia real, no formal. Somos participes de una transformación incluyente. Aunque exista discrepancia sobre múltiples asuntos, al final nos vamos a entender […] Santa lucia es una realidad, no permitamos que cause más divisiones”, dijo.
Luego agregó: “Lo otro [el Aeropuerto de Texcoco] beneficiaba a unos cuantos. Superamos impedimentos legaloides y se obtuvo la mayor de las victorias. Es inaceptable tener un aeropuerto ostentoso, de los más costosos del mundo, pagado por un país pobre hasta la miseria”.
Para terminar su participación habló del Estado de Derecho y dijo que éste exige un gobierno que respalde a los ciudadanos en la vida cotidiana, la impartición de justicia y brincar a cada quien libertades e igualdades, “el gobierno da primacía a la ley y no a caprichos de algunos por muy poderosos que se sientan. Hoy todos somos iguales”.
Luego, Gustavo Ricardo Vallejo Suárez, comandante de ingenieros de Santa Lucía quien será el encargando de llevar la obra y que aceptó el emplazamiento del Presidente de que se inaugure el 21 de marzo de 2022, expuso que el Aeropuerto Felipe Ángeles será uno de los activos prestigiosos más valiosos del Estado Mexicano, que se hará con recursos del Ejecutivo, con las mejores prácticas en materia aeroportuaria y con apoyo de la Agencia de Aviación Civil.
“Sus directivas fueron precisas, construir un aeropuerto funcional, austero, alejado de la corrupción y dispendio de recursos. Vamos a construir un aeropuerto excepcional. Nos esperan dos arduos años de trabajo más otros seis meses de preparación. Estamos ocupados en crear un modelo aeroportuario innovador”, señaló.
Luego vino el momento en que el Presidente activó el botón de alarma para que la maquinaría pesada empezara los trabajos. Se le vio satisfecho.
En su turno para hablar, dijo que era un día histórico porque con el inicio de la construcción se demuestra en los hechos que se pueden resolver los problemas con eficiencia, austeridad y honestidad.
“Se está poniendo en práctica otro proyecto, distinto al que se había iniciado para solucionar el problema de la saturación del actual aeropuerto. Es una decisión trascendente, el haber optado por cancelar ese proyecto e iniciar esta nueva obra […] Es mejor esta opción porque la historia lo dirá, hablarán los hechos, pero adelanto: este es un mejor suelo para construir, aquí donde estamos, suelo firme. Va a costar menos, no podemos hacer obras faraónicas habiendo tantas necesidades en nuestro país”, expresó.
Hizo referencia a los costos, ya que el Aeropuerto de Texcoco tuvo una estimación inicial de 300 mil millones de pesos sin considerar imprevistos y puso como ejemplo el Tren México-Toluca, que pasó de los 30 mil millones a los 90 mil millones de pesos.
Supuso que si eso se hubiera repetido en el Aeropuerto, su costo hubiera ascendido a 1 billón de pesos.
En el caso del Felipe Ángeles, comentó que con la liquidación de las empresas y el pago de bonos, el costo será de 180 mil millones de pesos, además de que mientras que el Aeropuerto de Peña se terminaría de construir en 2024, es decir, al final de su sexenio, estas dos nuevas pistas, la rehabilitación del actual aeropuerto y la activación del de Toluca, estarán para 2022.
Luego dijo sobre los amparos, a los que se refirió como “sabotaje legal”, que se cumplió legalmente con todo el procedimiento hasta que el día de ayer la autoridad judicial permitió iniciar esta obra.
Y dijo que ese grupo, que es el colectivo No más derroches, de la organización Mexicans Unidos contra la Corrupción y la Impunidad, no es un enemigo a destruir, sino “adversarios a vencer y con argumentos, con la razón, el derecho. Nada por la fuerza […] Hoy es un día histórico y que viva el nuevo aeropuerto de Santa Lucía y el General Felipe Ángeles”.
Se fue a atender su agenda y en Santa Lucía quedó la maquinaria lista para arrancar.