Especialistas advierten que el conflicto de interés entre refresqueras y la ciencia intervienen en la toma de decisiones respecto a las políticas de salud pública y se han convertido en el “mayor riesgo”.
Ciudad de México, 17 de octubre (SinEmbargo).- El conflicto de interés entre refresqueras y la ciencia intervienen en la toma de decisiones respecto a las políticas de salud pública y se han convertido en el “mayor riesgo” para la protección de la salud de la sociedad, alertaron especialistas en materia.
Karina Sánchez, del Instituto Nacional de Salud Pública, señaló que “la salud de la población siempre debe estar sobre los intereses individuales”, por ello subrayó que en México debería ser obligatorio que la evidencia científica utilizada para la toma de decisiones por lo menos declare las fuentes de financiamiento y en caso de que exista un potencial conflicto de interés, las investigaciones no sean consideradas.
Al respecto, la doctora Laura Schmidt, investigadora de la Universidad de California en San Francisco, dijo que “los tomadores de decisiones, quienes elaboran las políticas públicas, así como los propios legisladores que votan iniciativas como medidas fiscales, deben tener cuidado en distinguir de quien viene la información; si se trata de evidencia científica libre de conflicto de interés o si se trata de estudios financiados por intereses económico; si los estudios han sido publicados en prestigiadas revistas científicas y revisadas por pares; si lo que se afirma en los estudios concuerda con la evidencia científica de otros expertos reconocidos por su integridad científica”.
Alejandro Calvillo, del Poder del Consumidor, recordó que la industria azucarera desvió la atención durante 50 años como un ingrediente que ocasiona muertes por enfermedad coronaria y actualmente las refresqueras, las cuales niegan que sus productos dañen la salud e incluso buscan combatir medidas efectivas para reducir el consumo, por ejemplo, elevar el impuesto a estas bebidas.
“Si se aplican los criterios recomendados por la doctora Schmidt para distinguir un estudio de otro, en el caso del impuesto a las bebidas azucaradas, los legisladores deberían de tener mucho cuidado en los estudios pagados por la industria refresquera que concluyen que el impuesto no ha tenido efecto, ya que son estudios no publicados en revistas científicas, no revisados por pares, no concuerdan con la evidencia publicada por otros expertos libres de conflicto de interés y, especialmente, están financiados por la industria que tiene directamente un interés económico en la materia”, dijo.
La doctora Schmidt, también coordinadora del estudio publicado recientemente en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA), refirió que “la industria azucarera y la investigación de la enfermedad coronaria son un análisis histórico de documentos de la industria”, y alertó que la niñez está siendo muy afectada por el consumo de bebidas azucaradas, ya que anteriormente la diabetes era considerada una enfermedad de adultos.
La experta subrayó que tanto México como Estados Unidos son los países donde más bebidas azucaradas se consumen y en ambos existe una gran crisis de diabetes y obesidad.
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“La diabetes tipo 2 es ahora una enfermedad de la niñez”, dijo.
Asimismo, agregó que en 1990, uno de cada 11 adolescentes presentaban prediabetes o diabetes en EU. En la actualidad, uno de cada cuatro, lo cual en el largo plazo “representará una carga económica”, además de las padecimietos en los riñones, cardiopatías, amputaciones, etcétera, comentó.
Además, agregó que los niños sufren una carga creciente de enfermedad metabólica y para el año 2020, los padecimientos hepáticos a consecuencia del consumo de bebidas azucaradas será la causa principal de trasplantes de hígado en EU.
Por ello, destacó la necesidad inmediata para que desde el Gobierno se tomen medidas decisivas para evitar que se siga dañando a la infancia, principalmente. “[Las bebidas azucaradas] deben ser la preocupación número uno para las autoridades”, urgió.
Lo anterior, dijo, debido al escaso valor nutricional que poseen; a que son la principal y más importante fuente de azúcares añadidos en la dieta, que llega hasta el 35 por ciento; no proporcionan sociedad y deben digerirse y metabolizarse con rapidez, por lo que dañan órganos vitales.
Los especialistas concluyeron que el aumento al impuesto a las bebidas azucaradas en un 20 por ciento por litro contribuiría en la baja del consumo de dichos productos, tal como ocurrió con el tabaco.