Alrededor del priista Manlio Fabio Beltrones vuelan acusaciones de todo tipo: espía de la DFS, nexos con el narco cuando era Gobernador, asesinato de su amigo Colosio y corrupción cuando fue dirigente del PRI. Mientras no se le demuestre nada y pueda seguir en la política, ha optado por dejar que se «imaginen» lo peor.
Ciudad de México, 17 de agosto (SinEmbargo).– Manlio Fabio Beltrones, priista desde la época de espionaje en la guerra sucia, resultó electo para Senador en la próxima 66 Legislatura en fórmula con la panista Lilly Téllez. Sin embargo, en su intento de regresar de su largo retiro político, los senadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) decidieron excluirlo del grupo parlamentario tras cuestionar la reelección del dirigente Alejandro Moreno.
El discípulo del espía Fernando Gutiérrez Barrios ha asegurado que a lo largo de sus cinco décadas de carrera política ha triunfado en muchas ocasiones y, en otras más, ha caído. «He mordido el polvo», reconoció en una reciente entrevista con el medio sonorense Proyecto Puente. Pero al no gustarle el polvo, se levanta, lo escupe y sigue hacia adelante porque no planea jubilarse. Otra de sus frases, citada por su coordinador de campaña para el Senador José Encarnación Alfaro, es: «En política ni rencores ni amarguras, nada más buena memoria«.
Esta semana, ante su expulsión del grupo de 15 senadores que arrancan sesión en septiembre, calificó de autoritario al «PRI de Alito». Recordó que el partido en el que milita desde 1968 «no le pertenece a nadie por mucha que sea la ambición»; el PRI, agregó, «no puede ser fosa de protección de algunos malos priistas». Moreno se limitó a responderle en una rueda de prensa que Manlio se convirtió en «un político de vitrina» que se hace la víctima. «Le encanta ese PRI que ya no existe. Está cerca de los 80 años, tiene que tener claro que hoy la posición del partido es de una nueva generación», dijo.
El priista José Encarnación Alfaro lo conoce desde hace años. Calificó de «ilegal» y «absurdo» el anuncio del PRI, cuya bancada legislativa no tiene «atribuciones» para decidir quién integra al grupo parlamentario. No titubeó en llamar «traición» el nombramiento de Manuel Añorve como coordinador de priistas del Senado pese a ser tan cercanos.
En el pasado proceso electoral, Alfaro fue el coordinador de campaña para el Senado por Sonora de Manlio Fabio Beltrones, un político sobre el que giran acusaciones sobre haber sido un espía en la Dirección Federal de Seguridad (DFS), sobre el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, sobre desvío de recursos cuando era el dirigente del PRI e incluso supuestos nexos con «El Señor de los Cielos» cuando era Gobernador de Sonora en los 90.
Respecto a la triangulación de recursos para el PRI, el exgobernador de Chihuahua Javier Corral, que indagó la Operación Safiro, dijo a «Los Periodistas»: “Beltrones es una biografía criminal, corrupta, es uno de los personajes más oscuros de la política mexicana. Quién diría que ‘Alito’ lo está poniendo en su lugar […] Beltrones es el personaje, es el capo de capos, que ha librado todos los gobiernos, todos los sexenios, todas las fiscalías. Tiene abiertas investigaciones no solamente en México, en Estados Unidos, en España, en Andorra».
–¿A qué atribuye estos mitos que incluso lo consideran un mafioso?– se le preguntó a José Encarnación Alfaro, quien no pudo evitar reír al respecto.
–Hay lo que se llama mitos, chismes y mitotes en torno a toda figura pública. Quienes no pueden explicarse en el contexto de un desarrollo normal, lógico, de un trabajo de toma de decisiones, de concertación, de integración de acuerdos, de construcción de procesos en el país, lo tiene que ubicar en la esfera de lo imaginario. En realidad, lo que es el licenciado Beltrones es un hombre muy preparado, es una gente con una gran capacidad de estudio, muy inclinado a estar permanentemente informado (lee noticias mientras hace bicicleta a las 6:30 de la mañana) y muy respetuoso en lo que es la integración, y la construcción de acuerdos con diferentes personajes y en diferentes niveles (…). Yo he comentado con él esta situación y mi observación es que, más que tratar de aclarar esos mitos y mitotes, pues que se los sigan imaginando. Finalmente no hay nada que se le pueda señalar en el terreno ilícito, ilegal. Se le señala como un hombre informado, capaz, se le ha llamado de mano dura, pero la mano dura es la aplicación estricta de las leyes y el respeto al interés de la sociedad en el país. Eso es todo. Manlio es un político que va más allá de un dirigente partidista, yo lo calificaría –y no va en eso mi afecto personal– un estadista.
–¿Ya platicó con el Senador electo?, cuál fue su impresión de Manuel Añorve porque son cercanos…
–Yo he platicado con el licenciado Beltrones sobre el tema. Lo conozco desde hace muchos años, creo que más de los años que Añorve lo conoce, y es de una alta calidad humana y política; de una gran estatura moral. No obstante que podemos haber quienes señalemos que la acción de Manuel Añorve se convierte en una traición entre amigos y una traición política, no escucharás al licenciado Beltrones, nunca, pronunciar una expresión negativa en contra de quien él sigue considerando su amigo. Yo sé que al licenciado Beltrones le entristece esta situación, pero no le guarda rencor y no le desea ningún mal a Manuel Añorve.
En contraste, el analista político Fernando Dworak, quien esta semana publicó el podcast «Retrato de un partido en sus últimas (PRI)», expuso que si bien Beltrones fue un operador político muy astuto e inteligente, no es lo que ahora el bloque opositor requiere para hacer frente al discurso de la 4T, por lo que ya es «más expectativa que desempeño».
«Ese Manlio Fabio Beltrones que todo el mundo recuerda ciertamente es un operador político muy inteligente, muy astuto, muy eficaz para lo que se requería de él. Pero no estoy seguro si sea lo que ahorita la oposición necesita. O si el estilo político de Manlio Fabio Beltrones le va servir a la oposición. Durante todo este sexenio la oposición ha sido atacada por el discurso oficial como una mafia en el poder, como un grupo de personas corruptas, que ya están en el pasado y que buscan proteger sus intereses, y en ese sentido, lo más inteligente que hubiera podido hacer la oposición –y dejó pasar seis años sin hacerlo– sería comenzar a hacer autocrítica y empezar a apostar por rotación de cuadros políticos», afirmó.
DISCÍPULO DE GUTIÉRREZ BARRIOS
Manlio Fabio Beltrones cumplirá el próximo 30 de agosto 72 años. Nació en el pequeño poblado Villa Juárez al sur de Sonora, pero creció y estudió nivel básico en Ciudad Obregón. Al egresar del Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON) se mudó al entonces Distrito Federal para estudiar Economía en la UNAM, porque en la Universidad de Sonora, le advirtieron, «siempre estaban en paro».
Antes de cumplir la mayoría de edad comenzó a militar en el PRI, a pesar de que su padre le había advertido que «la política es muy ingrata». ¿Su héroe? El sonorense Álvaro Obregón, quien le enseñó a «acabar con los caudillos». En ese periodo, 1970-1976, el joven sonorense habría sido agente de la siniestra Dirección Federal de Seguridad (DFS), de acuerdo con el Mecanismo para el Acceso a la Verdad sobre la guerra sucia de 1965 a 1990.
–¿Te formó Fernando Gutiérrez Barrios en la política? –le preguntó el periodista Luis Alberto Medina de Proyecto Puente en una entrevista previa a su campaña para Senador por Sonora.
–Siempre fui un buen estudiante. Como buen estudiante era un poco desordenado e indisciplinado, y lo que yo aprendí a lado de Fernando Gutiérrez Barrios, capitán del Ejército, egresado del Colegio Militar, es disciplina, es orden. Mi calidad de buen estudiante, combinada con la disciplina que aprendí ahí, fue parte fundamental de mi éxito. Es lo que más le debo (…) ¿Qué vivió Fernando Gutiérrez Barrios en los 60 y los 70? La Guerra Fría en el mundo, donde había por un lado el comunismo y por el otro el capitalismo. Y esos dos bloques reñían y peleaban, y México estaba como vecino de uno de esos bloques, el de EU. Entonces México era un manjar para muchos de los que miraban hacia los EU para ver cómo podían hacerle la vida difícil…
Una placa con su fotografía en blanco y negro, que lo muestra con traje, corbata y sin bigote, reza: «Beltrones Rivera, Lic. Manlio F. Placa DFS #472. Subsecretario de Gobernación F.G.B», es decir, Fernando Gutiérrez Barrios, dedicado al espionaje político y la persecución en la década de los setenta.
«Manlio Fabio Beltrones Rivera a partir de 1976 y hasta la muerte de Gutiérrez Barrios en 2000, sería una suerte de discípulo político de Gutiérrez Barrios», se asegura en la tesis del Colegio de México «Hombre del sistema, trayectoria política de Fernando Gutiérrez» de Jaime Ángel Chama.
Sin embargo, Beltrones negó haber formado parte de la DFS. “Ahora si se ‘la volaron’ mis malquerientes”, tuiteó en agosto de 2023 cuando se reveló la placa. “Hasta agente secreto me quieren hacer cuando solo era un joven recién egresado de la UNAM y entonces secretario particular del Subsecretario de Gobernación (Gutiérrez Barrios)! Mejoren su imaginación!”, escribió.
Espía o no, comenzó su carrera como auxiliar en la Secretaría de Gobernación, cuando de ahí salían los candidatos presidenciales del hegemónico PRI, que en ese entonces resultó ser José López Portillo. Tras ser nombrado Gutiérrez Barrios como subsecretario de Gobernación, le ofreció a Beltrones dos opciones: una beca del Conacyt para estudiar su maestría o ser su secretario particular.
Después de ser secretario particular de Gutiérrez Barrios durante seis años y casarse con la psicóloga Sylvia Sánchez, en 1982 contendió para Diputado federal en la LII legislatura (1982-1985) a la par de que esperaba a su hija Sylvana Beltrones Sánchez, hoy Diputada electa del PRI con quien tiene una fundación en Sonora para diagnosticar gratis el cáncer, enfermedad que causó la muerte de sus padres y hermano.
Ya en 1988-1991 Manlio volvió con su mentor político. Fue Subsecretario de Gobernación junto al Secretario de Gobernación Fernando Gutiérrez Barrios en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. En el 2000, poco antes de su fallecimiento, fueron a una cena en La Habana, Cuba, con Fidel Castro, quien le dijo a Gutiérrez Barrios: «Tú tienes un lugar en la revolución cubana porque nos facilitaste la salida de México para poder llegar a hacer la revolución», según recuerda Beltrones.
Actualmente, niega que él haya espiado en esa época. Dice que más que espionaje, a sus más de 70 años recurre a internet para acceder a toda la información necesaria con solo googlear.
SU AMIGO DONALDO
El exgobernador de Sonora (1991-1997) también ha negado haber sido copartícipe del magnicidio de su amigo, el candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, quien lo apoyó en su campaña para el Senado de la República en la LIV Legislatura.
Así lo acusó «Alito» citando «expedientes» tras las críticas de Manlio Fabio Beltrones por modificar los estatutos del PRI para lograr su releección como dirigente nacional hasta 2028, algo que va en contra de la génesis del partido. Además, Mario Aburto aseguró a la CNDH que Beltrones lo torturó cuando fue detenido en la PGR de Tijuana, pero a inicios de 2024 la FGR descartó esa acusación. «Ganas no me faltaron, pero no lo hice», comentó el exdirigente priista en entrevista con Proyecto Puente.
«Estuvo muy en el ojo del huracán durante los años noventa, durante las primeras dos décadas de este siglo por varias razones. Como Gobernador de Sonora le tocó la crisis por completo del asesinato a Luis Donaldo Colosio, era una persona muy cercana a Carlos Salinas de Gortari y tuvo un repunte en su carrera política muy interesante en 2003. Entró como Diputado plurinominal por parte del PRI en ese año, la entonces Secretaria general del SNTE Elba Esther Gordillo estaba empezando a tejer acuerdos con el Gobierno y Gordillo entró en la ruta de coalición con Beltrones y eso fue lo que le costó buena parte de su operatividad política», comentó el analista político Fernando Dworak.
Aquel 23 de marzo de 1994, dijo Beltrones, estaba en el Palacio de Gobierno de Sonora. Otras versiones lo ubican en Tijuana. «Donaldo venía a tener uno de sus últimos mítines antes de que llegara la Semana Santa. Se iba a quedar aquí con nosotros toda la Semana Santa en Guaymas, ya lo teníamos preparado todo para relanzar su campaña, que por cierto cuando me habló antes de ir a Baja California, estaba en Sinaloa, me dijo: ‘prepárate porque tú y yo vamos a relanzar mi campaña en Sonora'», recordó en charla con Proyecto Puente.
Su avanzada ya estaba en Navojoa cuando les llegó la noticia desde Tijuana. Él, como Gobernador de Sonora, tuvo que darle la noticia al padre Don Luis Colosio, quien estaba en su mesa de gabinete. Estuvo apunto del desmayo, según recuerda el priista sonorense. La hermana, Martha, trabajaba con la esposa de Beltrones, Sylvia Sánchez (quien falleció en 2021).
TRIANGULACIÓN DE RECURSOS
Durante los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, Manlio Fabio Beltrones fue un operador político como presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y presidente de la Jucopo en el Senado, cuando el partido era la cuarta fuerza política.
Ya con el PRI de regreso al Ejecutivo, fue dirigente del partido en 2015, solo uno de los cuatro años para los que fue elegido. Beltrones presentó su renuncia a la dirigencia nacional el 20 de junio de 2016, pocos días después de que el partido perdió siete de 12 gubernaturas en las elecciones intermedias. «En siete estados tuvimos un tropiezo electoral, pero no una derrota política», dijo entonces en su largo mensaje de renuncia.
Luego vino un largo retiro político, de 2017 hasta su campaña para el Senado, por diversas razones: un desacuerdo con el Presidente Enrique Peña Nieto sobre el trato del PRI, la pandemia y la enfermedad (lupus) de su esposa Sylvia, quien falleció en 2021.
En 2024 confesó que para él fue un «sabotaje» de gente del Gobierno de Enrique Peña Nieto, quien esa noche tuiteó: «Como militante del PRI, reconozco la visión, liderazgo y trabajo de Manlio Fabio Beltrones al frente del Partido».
De poco sirvió la triangulación de recursos públicos para las campañas de gobernadores priistas, de acuerdo con lo revelado en 2017 por The New York Times y en el libro El caso viuda negra. La Operación Safiro, documentada por la Fiscalía de Chihuahua en el Gobierno panista de Javier Corral, consistía en lo siguiente: Hacienda con Luis Videgaray envió millones de pesos al Gobernador priista César Duarte y éste al PRI de Manlio Fabio Beltrones a favor de los candidatos priistas que, de todas formas, perdieron.
«Fue una mentira que construyó un militante de una oposición enfermiza como es Javier Corral», se limitó a contestar Beltrones sobre la triangulación. «Fue una gran mentira». Calificativo que utilizó también sobre la publicación del NYT en los noventa que informó que Beltrones dejaba operar al «Señor de los Cielos» en Sonora. Una calumnia, insiste.
Como sea, el Senador electo de gran colmillo político está rodeado de mitos que lo dibujan hasta como un mafioso, «un capo de capos», justo los señalamientos que llevaron a la oposición al debacle político-electoral.
«Tenemos a un Manlio Fabio Beltrones que es más expectativa que desempeño. Tiene un discurso naturalmente anclado en el viejo priismo y si observamos el mensaje que lanzó a través de X, que presuntamente le generó tanto enojo a Alito, no es más que una colección de lugares comunes de los años 40 y 50 (…). Estamos viendo que el Beltrones de ahora, más allá de sus alcances y limitaciones, es una persona que tiene una visión que quizá no le permite entender qué pasó en 2018, por qué cayó la transición democrática, no le permite entender que lo que se necesita no es tener una persona de bronce en el pasado, sino apostar por una rotación generacional», determinó el analista político Fernando Dworak.
Él, mientras pueda seguir haciendo política, se limita a desmentir todo y aferrarse a no jubilarse. Pero ahora su propio partido, secuestrado por un político de Campeche, es quien lo está haciendo morder polvo.