El médico Edgardo Arredondo habló con SinEmbargo sobre El rostro de la venganza, un compendio de 21 cuentos divididos en dos secciones: La tinta y El bisturí.
Ciudad de México, 17 de junio (SinEmbargo).– El médico y escritor Edgardo Arredondo considera necesario que quienes trabajan en el mundo de la medicina cultiven un arte para despertar su lado humanista y así “desarrollar algo que desgraciadamente se está perdiendo hoy en día con las generaciones nuevas que se llama empatía y que es muy importante para establecer el vínculo médico-enfermo”.
“Yo fui 30 años médico institucional, investigador, estuve de profesor también, y uno de mis temas principales con mis médicos residentes era que cultivaran algún arte, lo que sea, pintura, música, danza, escritura, literatura, porque soy un convencido de que el médico que practica un arte se vuelve más humanista, y aquí no confundir el término humanista con el ‘ah, es el doctor humano, bonachón, buena onda’, no, o sea, el médico que es humanista se vuelve más sensible”, comentó Arredondo, quien habló con SinEmbargo con motivo de la publicación de El rostro de la venganza (Felou), un compendio de 21 cuentos divididos en dos secciones: La tinta, relatos que están basados en hechos reales de su vida cotidiana, y El bisturí, la mayoría de ellos basados en anécdotas como médico.
Arredondo, un médico yucateco que a sus 50 años se abrió paso como escritor y quien es autor de obras como De Médico a sicario y El Cuarto 7, explicó que el mundo en el que trabajó varios años le ha dado cierto bagaje de las vivencias personales, así como de hechos históricos de la medicina que fueron los que utiliza en la parte de las historias que narra desde el lado de El bisturí.
“A mí me gustó el primero cuento (de ese lado), el de Dos veces Meister que habla acerca de este hecho histórico entre Luis Pasteur y Josep Meister, que fue el primer niño vacunado contra la rabia, y de hecho alguien me comentaba que pues no son muy frecuentes los cuentos de temas históricos, pero lo que pasa es que sí es una especie de corte transversal en una historia muy conocida en una época de la medicina maravillosa en donde estaba todo el apogeo de lo que hacía Pasteur, el pleito con Koch, los alemanes, todo este rollo del mundo que Luis Pasteur nos vino a descubrir y la hazaña en medio de esto”, comentó el autor.
En las demás historias hay un personaje, su alter ego, Alberto Lizarde, un médico que está involucrado en la mayor parte de los relatos, los cuales, en su mayoría, están basados en experiencias propias.
La otra parte, explicó, la de La Tinta realmente son cuentos de temas en general. “Para mí si hablamos en términos gastronómicos el cuento es como como un bocadillo, puede ser que dure dos bocados, pero lo disfrutas y al final te queda un buen sabor, a diferencia de una novela que se me hace más que una comida de tres tiempos o la poesía que es como un buen vino”, apuntó.
Cuestionado sobre el aspecto ético en la medicina que aborda en su obra, y que es notable en su su novela de Médico a Sicario, expuso que en este libro buscó exponer cómo sobrevive un médico a una realidad como la mexicana. “Cómo haces una historia de un médico que se desenvuelve en este terreno del narco sin perder los principios, pues tienes que poner un personaje que trate de mantener su ética y al final de cuenta su ética va a tener qué delimitar el destino que va a seguir”.
“Yo en De Médico a Sicario trato de poner a los narcos como son, de hecho el personaje principal llega a tener un síndrome de Estocolmo clarísimo cuando comienza a identificarse con ellos, pero al final de cuentas y a pesar de la grisura del ambiente, déjame decirte que la literatura no es una simple relatoría de hechos, eso es lo que lo padre de la literatura”, indicó.
En otra de sus obras, El cuarto 7, Edgardo Arredondo toca un tema, un poquito más allá del médico, que es la vida después de la muerte. “Yo soy un fanático de estos temas, y efectivamente alguna vez alguien me preguntó ‘óyeme, ¿si no hubiera sido médico y hubieras estudiado literatura desde el principio que si cómo crees que a estas alturas?’ como ya he dicho, no sé si sería mejor o peor simplemente sería diferente, porque me he dado cuenta que el ejercicio de la profesión me ha proveído de recursos sí, recursos, historias, vivencias, personas”, puntualizó.