Casi 1.5 millones de personas han contraído la enfermedad “febril” en Corea del Norte, de los cuales aún no se ha especificado cuántos casos son confirmados por COVID-19.
Por Kim Tong-Hyung
SEÚL, Corea del Sur, 17 de mayo (AP).— Las autoridades sanitarias de Corea del Norte detectaron otras 269 mil 510 personas con síntomas febriles y notificaron seis muertes más, según dijeron el martes los medios de comunicación estatales, en un momento en que el país se enfrenta a un brote de COVID-19.
Según la comandancia estatal de prevención de epidemias de Corea del Norte, 56 personas han muerto y más de 1.48 millones han contraído una enfermedad febril desde finales de abril, y expertos extranjeros creen que la mayoría de los casos son de COVID-19. Corea del Norte dijo que por lo menos 663 mil 910 personas seguían en cuarentena.
Los medios de comunicación estatales no especificaron cuántos casos de fiebre se han confirmado como COVID-19.
Corea del Norte presumiblemente carece del material de análisis necesario para confirmar las infecciones por coronavirus en grandes cantidades, y su respuesta al virus consiste sobre todo en aislar en refugios a las personas con síntomas.
En caso de no conseguir frenar el virus, las consecuencias podrían ser devastadoras para Corea del Norte, considerando que su sistema de salud pública es deficiente y el hecho de que se cree que sus 26 millones de habitantes no están vacunados contra la COVID.
El país también sufre desnutrición y otras condiciones de pobreza, y no cuenta con herramientas de salud pública que en otros países redujeron las hospitalizaciones y las muertes, como medicamentos antivirales o unidades de cuidados intensivos.
Algunos expertos sospechan que Corea del Norte está reportando un número de muertos menor al real para atenuar el golpe al liderazgo del mandatario Kim Jong-Un.
En las próximas semanas podría aumentar el número de víctimas mortales en Corea del Norte, teniendo en cuenta los intervalos de semanas entre las infecciones y las muertes.
Aunque durante dos años afirmó que había mantenido el virus fuera de su territorio, Corea del Norte reconoció la semana pasada que registró contagios de COVID-19 en el país, y señaló que un número indeterminado de personas en la capital, Pyongyang, habían dado positivo a la variante Ómicron.
Los expertos afirman que los estrictos cierres fronterizos del país pudieron haber evitado un gran brote hasta ahora.
Se desconoce si al admitir la existencia de un brote, Corea del Norte está dispuesta a recibir ayuda externa.
El país ha rechazado millones de vacunas ofrecidas por el programa COVAX respaldado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), posiblemente por los requisitos de control internacional que conllevan esas inyecciones.
Corea del Sur se ha ofrecido abiertamente a enviar vacunas, medicamentos y personal sanitario, pero Corea del Norte ha hecho caso omiso a la propuesta. Algunos expertos dicen que los elogios que Kim dirigió a la respuesta de China a la pandemia durante una reunión sobre el virus la semana pasada indican que Corea del Norte estaría más dispuesta a recibir ayuda de su principal aliado.