Un estudio detectó la acumulación de más de 400 millones de restos en las playas de un diminuto y casi deshabitado archipiélago a 2 mil kilómetros de Australia.
Por Teguayco Pinto
Madrid, 17 de mayo (ElDiario.es/SinEmebargo).–Un pequeño y remoto archipiélago formado por 27 diminutas islas situadas a más de 2 mil kilómetros de las costas de Australia se ha convertido en uno de los destinos de la basura que flota en el océano y en un ejemplo de lo que podría suceder en muchas otras costas del planeta. Según un estudio publicado en la revista Scientific Reports, los poco menos de 0.6 kilómetros cuadrados de playas de estas pequeñas y casi deshabitadas islas están cubiertos por más de 400 millones de piezas de desechos de origen humano, incluidos plásticos, espuma, metal y vidrio, con un peso total estimado de 238 toneladas.
El estudio se llevó a cabo en 25 playas de las siete islas principales, que representan el 88 por ciento de los poco más de 14 kilómetros cuadrados de este archipiélago, una superficie más de 500 veces menor que la de Islas Canarias. Según los autores del estudio, debido a que hay pocas fuentes locales de contaminación y poca interferencia humana, la población local es de poco más de 100 habitantes, este tipo de islas remotas “pueden actuar como monitores de la contaminación marina, proporcionando una visión única de las tendencias de acumulación de escombros”.
En los apenas 0.6 kilómetros cuadrados de playas analizados, los investigadores encontraron cientos de miles de desechos, como zapatos o artículos de consumo de un solo uso, como envases, botellas, cañitas, bolsas o cepillos de dientes. Estos artículos de gran tamaño constituían casi el 25 por ciento de la basura identificable, pero lo más abundante eran las piezas pequeñas, fundamentalmente fragmentos de artículos más grandes, que suponían más del 60 por ciento de todos los escombros presentes. En total, en una superficie similar a la mitad del Parque del Retiro de Madrid se encontraron unos 414 millones de restos de basura.
Los investigadores afirman que cerca de 340 millones están enterrados entre 1 y 10 centímetros bajo la arena, una cantidad 26 veces mayor de la que se observa en la superficie, lo que “indica que los anteriores estudios mundiales sobre los desechos, la mayoría de los cuales se centraban exclusivamente en los restos de superficie, pueden haber subestimado considerablemente la magnitud de la acumulación de basura”. Además, el estudio asegura que los objetos pequeños y enterrados plantean “retos considerables para la vida silvestre y los voluntarios encargados de la tarea de limpieza”, por lo que evitar que nuevos objetos entren en el océano, sigue siendo “la clave para abordar este problema”.
95 POR CIENO DE TODO LO ENCONTRADO
En particular, los científicos han centrado su atención en los productos de plástico, ya que éstos representaron más del 95 por ciento de todos los desechos registrados, y apuestan por evitar la entrada de más plástico en el océano, desarrollando medidas que limiten la producción y el consumo de este tipo de compuestos, la prohibición generalizada de los productos de un solo uso y una mejor gestión de los desechos. “De no producirse un cambio significativo”, advierten, “los desechos se acumularán rápidamente en las playas de todo el mundo”.
La producción mundial de plásticos ha aumentado exponencialmente en los últimos 60 años y casi la mitad de todos los productos plásticos manufacturados durante este período se ha producido en poco más de una década. Además, se estima que el 40 por ciento de estos productos se convirtieron en basura el mismo año en que se produjeron, muchos de ellos productos de un solo uso.
Estudios anteriores han demostrado que la mala gestión de los residuos ha contribuido a que casi 13 millones de toneladas de plástico entraran en los océanos en 2010 y una reciente estimación mundial sugiere que en la actualidad hay más de 5 billones de piezas de plástico en el océano, prácticamente el doble de la cantidad estimada de estrellas que hay en la Vía Láctea.
“Lamentablemente”, aseguran los investigadores, “a menos que se tomen medidas drásticas, las cifras y los desafíos no harán más que aumentar, ya que se prevé que la cantidad de desechos que entran en el océano se multiplicará por diez para 2025”.
HASTA EN LA FOSA DE LAS MARIANAS
En la actualidad, se ha documentado la presencia de plástico en todos los niveles de la red alimenticia marina, desde las playas más remotas, como las de las Islas Cocos, hasta las fosas oceánicas más profundas. La pasada semana, un explorador estadounidense encontró residuos de plástico en el fondo de la Fosa de las Marianas, en el océano Pacífico, que es considerada la parte más profunda conocida de los océanos del planeta.
Victor Vescovo descendió casi 11 km en esta fosa, batiendo el récord de inmersión más profunda de la historia, y pasó cuatro horas explorando el fondo de la inmensa grieta en su sumergible. Además de encontrar diversas criaturas marinas, también se topó con una bolsa de plástico y otros restos que fueron identificados como envoltorios de caramelos. Es la tercera vez que los humanos alcanzan las profundidades extremas del océano, pero es la primera vez que se encuentran restos de basura de origen humano.