La práctica de perforación hidráulica está relacionada con el 40 por ciento de los nacimientos prematuros en las zonas donde se practica, dice un nuevo estudio. Los empleados de esta industria están expuestos siete veces más a accidentes de trabajo que quienes se dedican a otras industrias, además de que también produce ciertos tipos de cáncer. El fracking, práctica industrial que se utiliza para extraer gas shale o de esquisto del subsuelo inyectando químicos y agua, se ha expendido en México con pocas explicaciones del Gobierno.
Ciudad de México, 17 de mayo (SinEmbargo).- La práctica del fracking se ha expandido en el país, un método de extracción de gas de esquisto o shale que acarrea daños a la salud y el ambiente, alertaron expertos de Estados Unidos y México durante la presentación del Compendio contra el Fracking en español.
Los estados que ya cuentan con múltiples perforaciones que utilizan la inyección de agua para extraer energéticos son Tamaulipas, Veracruz, Puebla, Tabasco, Nuevo León y Coahuila. Suman más de 900, y las organizaciones están seguros que son ilegales.
“Una de las grandes razones para la Reforma Energética fue la explotación de pozos de hidrocarburos no convencionales. De forma legal ya hay dos en Veracruz [Maxochitl 1 y Kaneni 1] y otro en Tamaulipas [Semilla 1]”, dijo Julián Ramírez, miembro de la Alianza Mexicana contra el Fracking.
Ramírez detalló que este sistema de extracción se halla concatenado con la reciente aprobación de la ley de Zonas Económicas Especiales.
La violencia es una arista importante alrededor de esta práctica, especialmente resentida por la criminalización a las mujeres, dijo Alejandra Jiménez, activista de Papantla.
En este municipio existen 172 de los 349 pozos que hay de fractura hidráulica en Veracruz.
“En cuanto al narco es muy claro en Veracruz, hay una situación muy grave de crimen organizado donde hay pozos. Eso tiene mucho que ver con la industria. No diría que hay una complicidad sino que la existencia de capital extranjero atrae al narco”, dijo Jiménez.
“Lo que vivieron las comunidades fue la desviación del agua. Y quisiéramos estudios serios que nos digan sobre los impactos de contaminación”, dijo la activista.
Un solo pozo perforado con esta técnica requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua para funcionar.
“En ningún momento se nos ha ido a informar de los impactos en la salud y el ambiente. Pero sí han ido a hacer encuestas donde les inducen que Pemex siga trabajando en el lugar [a través del Programa de Atención a la Comunidad]”, dijo Jiménez.
EL FRACKING NO PUEDE SER SEGURO
Los especialistas internacionales presentaron el “Compendio de hallazgos científicos, médicos y de medios de comunicación que demuestran los riesgos y daños del Fracking”. Este documento fue la base para prohibir este método de extracción en el estado de Nueva York, Estados Unidos en diciembre del 2014.
“El 85 por ciento de la literatura científica que estudia los riesgos del fracking los ha encontrado. El fracking no puede es ni puede ser seguro. Esa es nuestra conclusión”, dijo Sandra Steingraber, profesora del Colegio de Ithaca en Nueva York .
El documento que se encuentra dividido en 17 ejes fue elaborado en Nueva York por colaboradores que no fueron pagados, dijo Steingraber.
De acuerdo con el compendio, las regulaciones del fracking no bastan para evitar la contaminación en el ambiente. “Hay fuertes consistencias de que el agua queda contaminada con al menos 19 tóxicos, incluyendo algunos cancerígenos”, apuntó la profesora.
“Un nuevo estudio acaba de demostrar que la inyección de agua en un pozo puede salir con químicos en un río. Es decir es mentira que donde inyecten el agua ahí se queda”, agregó.
Asimismo, los daños en la salud han sido ampliamente documentadas, sostiene el compendio. “Un estudio reciente de la universidad John Hopkins determinó que puede afectar hasta en un 40 por ciento los nacimientos prematuros”, dijo Steingraber, pero hay más efectos, aclaró, que van desde afectaciones a las vías respiratorias hasta cáncer.
Los trabajadores del fracking son siete veces más vulnerables a sufrir un accidente en comparación a otras industrias.
Steingraber apuntó que en la COP21 celebrada en Paris, importantes dirigentes empresariales aseguraron tener tecnología para generar extracción limpia. No obstante, son los mercados financieros los que han impedido su implementación.
Colleen Boland, activista del We Are Seneca Lake en Nueva York, expuso que hay un punto donde la desobediencia civil es necesaria.”Serví 17 años en a la armada y no lo digo a la ligera. Pero hay grandes ejemplos de hacerlo de forma pacífica como el de Martin Luther K”, expuso.
EL RIESGO EN PUEBLA
Una investigación presentada hace dos meses, alertaba que al menos 35 municipios de la Sierra Norte de Puebla se encuentran en riesgo por la perforación de aproximadamente 233 pozos mediante la técnica de fracking para la extracción de gas.
Según la investigación “La fracturación hidráulica en la Sierra Norte de Puebla: una amenaza real para las comunidades”, distintas organizaciones de la sociedad civil y de pueblos nativos de la región denunciaron que el Gobierno planea intensificar esta actividad en los próximos cinco años a través de asignaciones a Petróleos Mexicanos (Pemex) y contratos a empresas privadas derivados de la Reforma Energética.
Estas acciones ponen el riesgo a los pueblos totonaco, nahua, otomí y tepehua.
El documento alerta que la región está en la provincia petrolera Tampico-Misantla, la segunda del país en prioridad para explotar hidrocarburos en yacimientos de lutitas (no convencionales) a través de fracturación hidráulica.
“Pemex calcula que esta provincia cuenta con la mayor cantidad de recursos prospectivos de petróleo y gas húmedo en este tipo de yacimientos, con 57.8 por ciento del total nacional. Por lo que el Estado planea intensificar la actividad exploratoria en los próximos años para determinar las reservas realmente existentes, lo que ya implica el uso de la fracturación hidráulica y, consecuentemente, la generación de impactos negativos y daños irreparables a las poblaciones indígena y campesina de la región”, detalla el documento.
De acuerdo con el análisis, en 2013 existían ya al menos 233 pozos en los que ya se utilizaba la técnica en los municipios de Francisco Z Mena, Venustiano Carranza y Pantepec, con 121, 98 y 14 pozos respectivamente. Dichos datos se obtuvieron a través de solicitudes de transparencia, ante la falta de información por parte del Gobierno a las comunidades afectadas.