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Comer insectos no es una idea que nos atraiga mucho, parece una idea futurista o del fin del mundo, sin embargo es mas bien una tradición antigua que hemos perdido, hemos cambiado la fauna nativa por la fauna exótica y hoy en día preferimos comer vacas, pollos, borregos o cerdos que nada tienen que ver con nuestro país. En la época prehispánica se consumían muchos insectos como fuente de proteína y dada la crisis alimentaria hoy en día se están retomando algunos de ellos, por lo menos como idea de buena alimentación.
A pesar de que todos hemos oído hablar de que probablemente nuestros nietos tengan que alimentarse de insectos, no es común llegar a un restaurante elegante y que de primer plato te ofrezcan un bicho colorido de aspecto extraño y que pregunten ¿gustaría degustar un “Cocopache de Mezquite”? , los mas aventurados lo aceptan y se lo comen, los escépticos aceptan el plato pero prefieren dejarlo y los quisquillosos ni siquiera permiten que les dejen el plato. El bicho en cuestión se trata de un juvenil de una chinche llamada Thasus gigas en latín, conocida comúnmente como cocopache en Puebla o xamui en Hidalgo. No es una chinche de cama y no chupa sangre, no se asusten, sino una chinche que se alimenta de la savia de los árboles de mezquite en las regiones semiáridas de México, y tiene un sabor dulzón.
Los cocopaches se consumen desde tiempos prehispánicos ya sea hervidos, fritos o asados, y generalmente se les quita las patas antes de cocinarlos. La forma tradicional de comerlos es en tacos con alguna salsa picante pero en el Valle del mezquital, el xamui se muele junto con un chile y se elabora una salsa tradicional. En los restaurantes de comida contemporánea los sirven como aperitivos sobre una cama de hojas verdes fritas.
Como buen insecto, las chinches del mezquite pasan por varios estadios de desarrollo que son diferentes entre sí, cuando son juveniles son muy coloridos y carecen de alas se les conoce como ninfas, al llegar a la adultez tras varias mudas pierden la brillantez en sus colores y desarrollan las alas. Se pueden consumir en todos los estadios, pero son preferidas las ninfas.
Los cocopaches resultan ser un buen alimento puesto que al analizar su contenido químico, se ha demostrado que son una buena fuente de proteínas, arriba del 66% de su cuerpo está compuesto por proteínas, es decir que si sus hijos no quieren comer carne de vaca o pollo es una buena idea probar con insectos que pueden perfectamente suplir los requerimientos proteicos de los humanos.
Sin embargo dado que los insectos tradicionales han dejado de ser un alimento de consumo exclusivamente rural, en épocas recientes comienzan a estar bajo la presión de los mercados urbanos y por lo tanto empiezan a sufrir las consecuencias en sus poblaciones. Estudios recientes de la Dra Ramos Elorduy en Hidalgo han encontrado que varias especies de insectos comestibles, incluidos los xamuis han disminuido sus poblaciones porque ahora se venden en los mercados, y ya no son exclusivamente cosechados para consumo familiar. De tal manera que los consumidores locales pasan mas tiempo buscando estos insectos que antes eran abundantes. Esta problemática nos demuestra que deben existir planes de manejo para las especies consumidas por el ser humano, inclusive para los insectos, puesto que podemos impactar sus poblaciones sin remedio. En el caso de los cocopaches o xamuis, dado que se conoce su biología es factible promover su cultivo, establecer cooperativas de producción de los insectos sobre los árboles de mezquite que son abundantes y posteriormente comercializarlos a los restaurantes elegantes de la ciudad de México, de esta forma todos ganamos, diversificando la dieta de los humanos, procurando recursos económicos para los campesinos y protegiendo a los insectos que llevan miles de años existiendo sobre el planeta.
Bibliografía adicional:
Ramos-Elorduy, J. 2006. Threatened edible insects in Hidalgo, Mexico and some measures to preserve them. Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine 2006, 2:51 doi:10.1186/1746-4269-2-51 online.