Léala es desde 2011 una feria de muchas emociones. En Los Ángeles es una respuesta para lectores hispanos que buscan preservar su identidad, herencia cultural y reafirmar así el nexo con sus países de origen.
Los Ángeles, California, 17 de mayo (SinEmbargo).– Es el lugar donde Jim Morrison compuso aquello de: Nademos hacia la luna, trepemos la marea, penetremos la noche en la que la ciudad duerme demasiado drogada; el que tiene la calle de tiendas exclusivas más famosa del mundo: Rodeo Drive; el de los migrantes indocumentados que se organizan y marchan para exigir una reforma migratoria largamente prometida; el de los niños que a los 10 años ya son miembros de una pandilla; el de César Chávez y su huelga de hambre por los derechos laborales; el que adoraba a Jenni Rivera y sigue llorando su muerte. Es el lugar donde los ángeles se quedaron mudos mientras las manos de los hombres colocaban en una de sus colinas unas letras blancas, gigantescas, que todo el mundo quiere ver cuando viene por aquí, las que crearon el mito de que aquí todo se puede, todo es de oro, aunque exista un Sunset Boulevard; letras en las que se lee: “Hollywood”.
Es la ciudad de Los Ángeles, la más grande y la más poblada del estado de California, y la segunda de Estados Unidos, y en donde vive el mayor número de hispanohablantes de ese país.
Pero hasta antes de 2011 no había aquí un lugar en donde comprar libros en español, desde los de auto ayuda y los esotéricos, hasta los de historia de México o, por supuesto, las novedades editoriales. No había un foro para que los lectores pudieran conocer a sus autores favoritos, escucharlos presentar su último libro, pedirles una firma en su ejemplar, o tomarse una foto con ellos. No había un espacio para que los más pequeños, esos que ya no quieren hablar español porque nacieron de este lado de la frontera, escucharan a un cuentacuentos en la lengua de sus padres y sus abuelos. No. No lo había. Hasta que en 2011 la Universidad de Guadalajara, utilizando el exitoso modelo de la Feria Internacional del Libro de esa ciudad, inauguró la primera edición de Léala: Feria del Libro en Español de Los Ángeles.
UNA FERIA DE EMOCIONES
La editora Marisol Schulz Manaut, quien fuera directora de Santillana México durante muchos años, fue la elegida por el Patronato de la Universidad de Guadalajara para encabezar esta hazaña librera, literaria y comercial. En entrevista para SinEmbargo, hace números y compara aquella primera aventura de 2011 con la que le siguió:
Para Marisol no hay duda: la gente, en Los Ángeles, estaba ávida de un encuentro como éste, en donde su lengua materna fuera la protagonista:
“Entonces eso fue lo que ocurrió en estas dos ultimas ediciones. Eso y muchísimas otras cosas que nos dieron a entender que era una feria del libro que se necesitaba en Los Ángeles, que la gente estaba necesitando un festival cultural en español porque hay muchas cosas, pero no necesariamente en esta lengua, y no de esta naturaleza. Ha sido muy bien recibida, superó nuestras expectativas. La gente la conoce, por supuesto que hablo de un porcentaje, no todo el mundo, pero mucha gente del mundo latino habla de la feria, y ya lo hacen como un lugar de encuentro y apenas vamos para la tercera edición”.
A diferencia de otros encuentros de este tipo, por ejemplo la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en donde el visitante espera ver uno que otro premio Nobel, o conocer la literatura que se hace en tierras lejanas y lenguas desconocidas, Léala, según su directora, se distingue por lo que significa para quienes la visitan, mucho más allá del plano racional o intelectual:
“Yo la definiría como una feria de muchas emociones, no solamente de la lectura porque sí, por supuesto, la gente quiere leer, pero va más allá de eso: busca su identidad, busca su herencia cultural; quiere no perder ese lazo, ese nexo con sus países de origen. No olvidemos que no solamente vienen mexicanos; los que vienen son de diferentes grupos, de diferentes nacionalidades. Hay mucha gente de Centroamérica: de El Salvador, de Honduras, de Nicaragua, muchísimos guatemaltecos.
Entonces lo que quieren es hacerle saber a las nuevas generaciones la importancia de esa herencia cultural. Hay un sentido de orgullo, de pertenencia”.
Después de una pequeña pausa, la directora de la Léala, ojos azules, cabello teñido de rojo, piel blanca y sonrisa plena de paz, continúa:
“Yo siempre digo que esta feria es una feria donde se manejan muchas emociones que es difícil ver en otras porque no está el elemento de la distancia, no está la añoranza de una tierra a la que a la mejor ya no se puede regresar”.
Schulz, quien lleva ya algunos años viviendo en California, reflexiona un poco antes de decir que se trata también de un asunto de dignidad:
“Cuando uno está en Estados Unidos todo lo que se habla de México es de la violencia, de la sangre. Y de repente la gente tiene un motivo de estar orgullosa de lo que tenemos, que no es, por supuesto, sólo balas y sangre”.
Sandra Lorenzano, escritora, académica, editora y periodista, coincide con que el tema de la búsqueda de la identidad es lo que distingue al público de Leála:
Sin embargo, el público que acude a la Feria del Libro en Español de Los Ángeles es muy diverso, tanto como los rostros de la migración, advierte la autora de Fuga en mí menor (Tusquets, 2012): “Por ejemplo un chico, escritor, migrante, que pasó solito a los 13 años la frontera porque su familia ya estaba ahí, y ahora tiene un doctorado y se dedica a la literatura. A mí me parece un mundo fascinante, por cuestiones personales me siento muy identificada con la gente que tiene que dejar todo para vivir en otro país pero no olvida sus raíces”.
Para el escritor Alberto Chimal, invitado este año a presentar su libro La torre y el jardín (Océano, 2012), la lengua debería ser un factor fundamental a la hora de diseñar un encuentro literario:
“Yo creo que cualquier lugar con una apreciable población de una lengua merecería ferias en ese idioma, aunque no fuese dominante. De hecho eso debería aplicarse en México, donde no tenemos ferias de lenguas originarias”.
Chimal también está convencido de que Léala pudiera servir en un futuro como “un puente en ambos sentidos: de América Latina a la población hispanohablante de los Estados Unidos, y viceversa”, aunque admite que: “no tenemos idea aún de lo que el público migrante, el emigrado y el asimilado total o parcialmente querría ver. Estas ferias son tanteos que tendrían que apuntar a favorecer la diversidad allá y enriquecerla con lo que hay aquí. Y viceversa”.
Y añade: “Porque el aislamiento actual es pasmoso todavía”.
DE LAKE TAHOE A LA, SÓLO PARA LEER EN ESPAÑOL
Manuel Rodríguez nació en México, pero tiene ya 23 años viviendo en Estados Unidos. A sus 37 de edad y con un trabajo de recepcionista en un hotel, añora leer en español. Admira a escritores mexicanos contemporáneos, como Jorge F. Hernández, Paco Taibo y Fabrizio Mejía Madrid, y su emoción al verlos en persona en Léala fue todo un regalo:
Una nube de decepción envuelve, de pronto, sus palabras:
“Este año esperaba algún poeta como los años anteriores, pero en el programa no veo nada relacionado con la poesía”.
Quizá Manuel no leyó el programa completo, pues el domingo 19 de mayo Léala ofrecerá un encuentro de voces poéticas de México y Estados Unidos con Anthony Seidman, David Shook, Amaranta Caballero y Roberto Castillo.
Pero hay otro aspecto en el que este festín de las letras sí lo satisface:
“En Léala me ha sido más fácil conseguir varios libros que busco porque fuera de ese espacio, en lo personal, donde vivo es muy difícil conseguir libros en español. Ahora con la tecnología puedo conseguir la mayoría por Amazon, Ebay o pedirle a alguien de México que me los traiga, pero en la feria los puedo comprar”.
Marisol Schulz también está convencida de que una de las causas del crecimiento de Leála en estos tres años es precisamente ésa: que representa un mercado para satisfacer la demanda de libros en español en Estados Unidos:
Para Manuel Rodríguez, sin embargo, tres días son pocos para satisfacer su curiosidad por conocer las novedades editoriales y ver en persona a los escritores de su país de origen:
“La verdad me gustaría que la feria durara más. En lo personal se me hace muy poquito tres días, ojalá con el tiempo llegue a durar varios, como la FIL, por poner un ejemplo”.
Habrá que tener paciencia para esperar a que esto suceda: la FIL de Guadalajara celebra este año sus 27 de vida; Léala apenas cumple tres.
EL PROGRAMA 2013: FUENTES, DIABLO GUARDIÁN, BOLAÑO Y LOS NIÑOS
Sorpresivamente, el 15 de mayo de 2012, Carlos Fuentes murió en la Ciudad de México. Asiduo invitado de honor a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el autor de La muerte de Artemio Cruz fue, junto con Gabriel García Márquez, promotor de la Cátedra Julio Cortázar que la Universidad de esa ciudad realiza cada año, normalmente un día antes de que comience la FIL.
En esta ocasión, la Cátedra Cortázar que por segunda vez se lleva a cabo en el marco de Léala, le rendirá homenaje, no sólo con un acto protocolario en el que los escritores Jorge F. Hernández y Xavier Velasco, su viuda la periodista Silvia Lemus y Marisol Schulz recordarán su vida y su obra, sino también poniéndole su nombre a un salón de la Feria. Además habrá una lectura para conmemorar los 50 años de la publicación de su novela Aura.
Como desde la primera edición en 2011, el periodismo estará presente en Léala 2013. Además de la mesa Violencia contra periodistas en México, en la que participarán Alfredo Corchado, Diego Osorno, Wilbert Torre, Sanjuana Martínez y Mónica Maristain, quien afirma tajante: “Sin ánimo de ofender, no soy ni seré nunca periodista cultural. Apenas puedo con ser periodista a secas”, presentará su libro El hijo de Mr. Playa (Almadía, 2012), sobre la vida del escritor chileno Roberto Bolaño y formará parte de la mesa The Making of the great Bolaño: The Man And the Myth, en la Biblioteca Central de Los Ángeles.
Al respecto, la reportera y escritora argentina comenta: “Tengo muchas expectativas con mi humilde librito, al que están leyendo mucho los jóvenes. Voy a dar una charla además en la Biblioteca de Los Ángeles, especialmente invitada, así que imagínate lo feliz que me siento. Bueno, el periodismo es como Dios, está en todos lados, aunque no se vea”.
Además de una conferencia magistral de Jaime Labastida, poeta, editor y director de la Academia Mexicana de la Lengua sobre el español en México, un panel llamado La migra, la migraña y la migración, con miembros del grupo de estudio UC Mexicanistas de la Universidad de California encabezado por la académica Sara Poot-Herrera, una mesa de poesía testimonial chicana de mujeres y la presentación de la edición conmemorativa por los 10 años de la publicación de Diablo guardián, de Xavier Velasco, en Léala habrá un amplio programa dedicado a los niños porque, según su directora, son un objetivo primordial de esta feria:
“Estamos aportando mucho a las siguientes generaciones con los talleres infantiles. Durante los tres días, en el salón infantil Cri-Cri, tenemos un programa que desarrolla Letras para volar de la Universidad de Guadalajara con 100 talleres maravillosos para niños desde El ropero de la abuela, Las leyendas del maíz, La lotería, todo eso para jugar, y jugar, siempre terminando en la lectura”.
Sara Poot-Herrera coincide con Schulz en la importancia de atender al público infantil que acude a la feria:
“Este año vamos a hacer algo siempre pensando en una comunidad de Los Ángeles, que sienta que no llega una feria externa y que se le impone. Decimos que cada vez se habla más español en los Estados Unidos; sin embargo, en una familia los niños más chiquitos ya no lo hablan. Así que hay que trabajar mucho con ellos”.
SCHULZ: UN RETO POR PARTIDA DOBLE
El 1 de abril, cuando Marisol Schulz tenía ya casi completamente confirmado el programa de la tercera edición de Léala, tomó posesión como directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en sustitución de Nubia Macías, quien después de 10 años de un trabajo brillante, renunció sin explicar las razones a la dirección de la feria del libro más importante en habla hispana.
Difícilmente quien la conoce podría dudar de la capacidad de Schulz Manaut para dirigir dos encuentros literarios tan importantes al mismo tiempo. Pero quizá también alguien podría tener sus dudas. Al respecto, ella responde con sencillez pero sin asomo de duda:
“Lo que puedo decirte es que se trata de una situación extraordinaria, pero que ningún proyecto de ninguna especie, pero mucho menos una feria del libro, se puede llevar a cabo de manera unipersonal. Es el resultado de un trabajo orquestado en equipo. Ambas ferias, FIL y LéaLA tienen equipos sólidos, eficaces, que conocen su labor a la perfección. Mi trabajo entonces es dar seguimiento, siempre con un voto de confianza a mis colaboradores”.
Léala está aquí. Se lleva a cabo del 17 al 19 de mayo en el Convention Center de Los Ángeles. La FIL de Guadalajara se realizará del 30 de noviembre al 8 de diciembre. Marisol Schulz todavía tiene tiempo para detallar un programa que, muy probablemente, Nubia Macías (ahora directora de Editorial Planeta México) dejó bien bocetado.