El equipo de investigación estima que la transmisión silenciosa (asintomática o presintomática) del SARS-CoV-2 de personas que no tosen o estornudan representa al menos el 40 por ciento de toda la transmisión. Esta transmisión silenciosa es una de las principales vías de propagación de la COVID-19 en todo el mundo.
Madrid, 17 de abril (EuropaPress).- Existen pruebas sólidas y consistentes de que el virus del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, se transmite predominantemente por el aire, según una nueva evaluación publicada en la revista médica The Lancet. El artículo está firmado por seis expertos de Reino Unido, EU y Canadá, entre ellos José-Luis Jiménez, químico de la Universidad de Colorado Boulder (Estados Unidos).
“Las pruebas que apoyan la transmisión por vía aérea son abrumadoras, y las que apoyan la transmisión por gotas grandes son casi inexistente. Es urgente que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros organismos de salud pública adapten su descripción de la transmisión a las pruebas científicas para que la mitigación se centre en la reducción de la transmisión aérea”, detalla Jiménez.
El equipo de expertos, dirigido por Trish Greenhalgh, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), revisó las investigaciones publicadas e identificó 10 líneas de evidencia que apoyan el predominio de la vía aérea.
2/ Primera: muchísimos brotes de superpropagación, q no se pueden explicar por superficies o gotas grandes (“de la OMS”), pero se explican fácilmente por transmisión por el aire
Como p. ej. el caso del coro que estudiamos nosotros (líder @ShellyMBoulder)https://t.co/8bAg0OxYjr
— Jose-Luis Jimenez (@jljcolorado) April 15, 2021
En primer lugar, apuntan a los eventos de superdifusión, como el brote del Coro de Skagit, en el que 53 personas se infectaron a partir de un único caso infectado. “Los estudios han confirmado que estos sucesos no pueden explicarse adecuadamente por el contacto cercano o por tocar superficies u objetos compartidos. Además, las tasas de transmisión del SARS-CoV-2 son mucho más altas en el interior que en el exterior, y la transmisión se reduce en gran medida con la ventilación interior”, explican.
El equipo destacó la investigación que estima que la transmisión silenciosa (asintomática o presintomática) del SARS-CoV-2 de personas que no tosen o estornudan representa al menos el 40 por ciento de toda la transmisión. Esta transmisión silenciosa es una de las principales vías de propagación de la COVID-19 en todo el mundo, “apoyando un modo de transmisión predominantemente aéreo”, según esta evaluación.
Los investigadores también citan trabajos que demostraban la transmisión a larga distancia del virus entre personas que se encontraban en habitaciones contiguas en hoteles; personas que nunca estuvieron en presencia de otras. Por el contrario, el equipo encontró pocas o ninguna prueba de que el virus se propague fácilmente a través de grandes gotas, que caen rápidamente por el aire y contaminan las superficies.
“Pudimos identificar e interpretar artículos muy complejos y especializados sobre la dinámica de los flujos de fluidos y el aislamiento de virus vivos. Aunque algunos documentos individuales se evaluaron como débiles, en general la base de pruebas de la transmisión por aire es amplia y sólida. No se debería retrasar más la aplicación de medidas en todo el mundo para proteger contra dicha transmisión”, argumenta Greenhalgh.