De un día al otro, el Hospital del IMSS de Cabo dejó de atender partos. Sólo se dedicará a atender la emergencia por COVID-19. El problema es que nadie avisó a las embarazadas, quienes también se quedaron sin consultas ni seguimientos médicos en una ciudad que está en virtual toque de queda.
Por Lydiette Carrión
Ciudad de México, 17 de abril (Pie de Página).– La contingencia sanitaria en Cabo San Lucas, Baja California Sur, puso en riesgo a las mujeres a punto de parir. En una semana, y sin mediar aviso o información institucional alguna, las mujeres embarazadas y parturientas se quedaron sin consultas ni seguimientos médicos, y sin acceso al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la ciudad. Esta falta de información pone en riesgo a las mujeres y sus familias, así lo denuncia la colectiva de parteras Nueve Lunas.
Este miércoles, al menos dos mujeres en labor de parto llegaron al hospital del IMSS de Cabo San Lucas (donde debían dirigirse para dar a luz). Pero en las puertas les informaron que el hospital sólo recibiría casos por COVID. Y las enviaron “a su casa”. Ningún funcionario brindó información sobre otras clínicas u hospitales donde podrían ser atendidas.
BROTE MASIVO
Hace una semana, el pasado 8 de abril, el Hospital General de Subzona con Medicina Familiar número 26 de Cabo informó sobre un brote importante de contagio en sus instalaciones: al menos 42 trabajadores –médicos, enfermeros, personal en general– fueron infectados de COVID-19 ahí, en el hospital. El primer caso se presentó el 2 de abril.
El caso de Cabo San Lucas se suma al del IMSS Coahuila, donde se infectaron 29 personas; y también al de Tlalnepantla, Estado de México, donde fueron 22 trabajadores de la salud.
En su momento, el IMSS aseguró que sería la Hospital del IMSS Cabo (como lo conocen en la región) el destino de referencia para enfermedades respiratorias, pero seguiría funcionando de manera normal. Sin embargo, para esta semana no era así.
PARTO SIN HOSPITAL
Nuria Landa es partera de la tradición, y pertenece a la colectiva Nueve Lunas. Ellas ofrecen el servicio de partería tradicional, que implica dar a luz en la casa, siempre con un protocolo de salud y seguridad. Deben conocer a la mujer gestante desde antes, dar seguimiento durante su embarazo, asegurarse de que se proyecta un parto sin complicaciones. De ahí que no asistan partos de mujeres a las que no han seguido en el proceso.
Sin embargo, explica Nuria en entrevista telefónica, “hace dos días recibí dos llamadas de dos mujeres que iniciaron su trabajo de parto y fueron al hospital de Cabo San Lucas y no las recibieron, porque ahí sólo están recibiendo COVID. Pero, no las recibieron y, ¡tampoco las refirieron a ningún lado!, sólo les dijeron que regresaran a sus casas”.
Las mujeres querían que Nuria asistiera su parto; pero esto no era posible, debido al protocolo.“Nosotras no solemos acompañar a mujeres que no conocemos”, porque Nuria o ninguna otra partera no estaría al tanto de posibles complicaciones. Ellas, entonces, sin saber a quién recurrir le preguntaban quién podría recibir a sus bebés.
“Las referí a la línea materna. Pero no les dieron información porque no había nada qué denunciar, todavía”, explica Nuria.
“Les dije que fueran al hospital de San José del Cabo, a 40 kilómetros de distancia”. Aunque la clínica no queda realmente lejos, en una emergencia, los minutos son importantes. Además, debido al brote en San Lucas, la región entera está en una situación muy restrictiva. Hay policía patrullando la carretera, deteniendo y preguntando a quienes viajan qué hacen ahí.
“Aquí, el problema más grande, que es mi petición, mi exigencia al Gobierno, es que informen. O sea, las mujeres se enteraron hasta que llegaron a la clínica. Si hubiera información oportuna… se van a suspender las consultas.. Se va a realizar de esta forma… un poco de previsión de la situación, para que las mujeres puedan tener un poco más de paz.