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La amapola ni negocio es, dejen ya de la lanzar químicos, exigen comuneros a Gobierno y Sedena

17/04/2019 - 6:30 pm

Los militares han causado daños al medio ambiente con sus químicos, dicen campesinos de Guerrero. “Nuestra sierra nos la están contaminando, enfermando, y al término de 10 o 15 años van a quedar los cerros pelones, sin árboles, y quién sabe qué vaya a ser de nosotros”, expone el comisario de Cueva de Guerrero. Piden en la sierra que el Ejército no fumigue campos de amapola o derribarán helicópteros.

La señora Evangelina es La Tendera de Campo Morado, desde hace más de un año sus ventas han bajado a causa de la caída en el precio de la goma opio, “la gente ya no tiene para comprar” y ahora tiene que fiar. “Nosotros sentimos esto que destruyen (los plantíos de amapola) y todo, lo sentimos y a veces lo alegamos porque es la única entrada de dinero, la única porque no tenemos nada, no hay ningún apoyo, nada”, comentó.

Por Lenin Ocampo Torres

Tlacotepec, Guerrero, 17 de abril (El Sur/SinEmbargo).– Habitantes de la sierra de Heliodoro Castillo (Tlacotepec), demandaron al Gobierno federal y a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que dejen de fumigar los campos de amapola, y amenazaron con “tumbar” los helicópteros que además han causado daños al medio ambiente con sus químicos.

“El helicóptero nos está acabando, nuestra sierra nos la están contaminando, enfermando, y al término de 10 o 15 años pues van a quedar los cerro pelones, sin árboles, y quién sabe qué vaya a ser de nosotros”, expuso Moisés Donjuan Lucena, comisario de Cueva de Guerrero.

Esta semana vecinos de Pandoloma, Durazno San Vicente, El Frío, Capulines, Chilpancinguito, Las Juntas, Tejamil, Los Saucitos, La Aurora, Agua Zarca, Cueva de Guerrero, La Primavera y Campo Morado se reunieron en la cancha de basquetbol de esta última comunidad para dar una conferencia a medios de comunicación.

Los habitantes de esa zona amapolera exigen a los gobiernos estatal y federal ayuda con proyectos para salir de la crisis que ha dejado la caída del precio de la goma de opio.

CONTAMINAN EL RÍO

Pobladores de la zona dijeron que no están en contra de la destrucción de plantíos de amapola, pero sí están en contra de que los helicópteros fumiguen sus cerros.

“Llegan y fumigan cerca del ojo de agua, afectan nuestros cultivos y matan la vida de los ríos, ya no hay truchas y sólo quedan puros sapos, nos llegan enfermedades que antes no conocíamos”, informó Benjamín Nájera de Campo Morado.

Los habitantes de esta parte de la sierra de Guerrero han señalado que si las fumigaciones persisten van a “tumbar” los helicópteros, porque la gente “ya está enojada”.

El comisario de El Durazno San Vicente, Gabriel Ontiveros Álvarez informó que el gobierno “se comprometió a no fumigar” luego de la retención de 40 soldados del Ejército la semana pasada.
Además reveló que por acuerdo de los pueblos “tumbarán los helicópteros si el gobierno no cumple” y siguen las fumigaciones.

Los pobladores de estas comunidades retuvieron a militares que llegaron a destruir los plantíos de amapola. Los pobladores los liberaron luego de que el gobierno estatal se comprometió a mandar apoyos para el campo y rastrillar los caminos.

“Nosotros no secuestramos a los militares, se retuvieron, llegando a buenos términos con ellos, nosotros tratamos que por medio (de la retención) de ellos nos atendieran”, dijo el representante de El Durazno de San Vicente, Santana Guzmán.

Los habitantes de esta parte de la sierra de Guerrero han señalado que si las fumigaciones persisten van a “tumbar” los helicópteros, porque la gente “ya está enojada”. Foto: El Sur

Dijo que se están, “manifestando por la pobreza, porque el gobierno nunca se ha preocupado por venir a los pueblos para ver qué es lo que necesitan, nosotros como ciudadanos es nuestra forma de hacer que alguien de ellos venga, no hemos logrado que el gobernador (Héctor Astudillo Flores) se digne a darnos la cara o que venga hasta acá a nuestros pueblos a ver las necesidades que tienen, no nos hacen caso”.

“Quisiéramos que si se va destruir (la amapola) sea por tierra”, pidió un poblador de La Primavera, y a cambio de eso “que se nos den proyectos productivos, queremos muchas obras, construcción de bachilleres, centros de salud, si el Gobierno nos da esos apoyos solitos nos retiramos de esos sembradíos de enervantes, por si solos dejaríamos de sembrar, pero queremos respuestas contundentes”.

Ananías Flores Benítez de La Primavera exclamó, “la sierra por sí solita se mantenía, el gobierno estaba acostumbrado que la sierra no decía nada, pero a raíz de que se viene que la amapola ya no vale, entonces la sierra dice que si el gobierno nos está destruyendo por tierra y por aire que nos de apoyos, que hagan un estudio en cada comunidad, con que se le puede apoyar a la comunidad, no nomás destruirnos y nada de apoyo”.

Los comisarios manifestaron que cerca de 15 mil ciudadanos en estas comunidades, no tienen de qué vivir y piden a las autoridades que “no los señalen como delincuentes”.

Artemio Márquez Lucena, segundo comisario de Campo Morado lamentó que “sean comunidades olvidadas del gobierno”.

“No estamos en contra del Gobierno, no estamos en contra de que nos la destruyan (la amapola), estamos en contra de que fumiguen los árboles, están contaminado los ríos, el pescado está saliendo con una llaga negra y está enfermo, yo creo que tiene una enfermedad que nosotros no sabemos, nosotros queremos que nos cambien la forma de trabajo, lo de la amapola ya no vale”, dijo Márquez Lucena.

En esta parte de la sierra de Heliodoro Castillo que colinda con San Miguel Totolapan y Atoyac, el precio del kilo de goma de opio es 5 mil pesos. Según los pobladores desde hace más de 30 años el Ejército fumiga para destruir sembradíos de amapola.

 

YA NO QUIEREN SEMBRAR AMAPOLA

La señora Evangelina es La Tendera de Campo Morado, desde hace más de un año sus ventas han bajado a causa de la caída en el precio de la goma opio, “la gente ya no tiene para comprar” y ahora tiene que fiar.

“Nosotros sentimos esto que destruyen (los plantíos de amapola) y todo, lo sentimos y a veces lo alegamos porque es la única entrada de dinero, la única porque no tenemos nada, no hay ningún apoyo, nada” comenta mientras atiende a un cliente.

Evangelina Dimas González, es la dueña de la tienda principal de Campo Morado, municipio de Heliodoro Castillo, orgullosa cuenta que hasta hace dos años era una “tienda grande” donde varias comunidades llegaban para abastecerse.

“Ya no es vida, antes venían a comprar de Pueblo Viejo, Tejamanil, El Frio, Capulines, Renacimiento, La Aurora, Los Saucitos, El Durazno y Chilpancinguito, ahora ya no viene nadie” tristemente expresa.
La Tienda de doña Evangelina esta dentro de su casa, en anaqueles de madera donde sólo se ven pocos aceites comestibles, unas cuantas latas de chiles, veladoras, sopas, tapas de huevo, pañales y un refrigerador casi vacío con unos pocos lácteos, nada de aquella tienda que mantuvo por mucho tiempo su vida en la sierra.

“El Gobierno no se preocupa en mandar un grupo de gente para ver que necesidades tenemos” reclama mientras muestra una caja con medicinas, porque también ante la falta de salud una enfermera dejó medicamentos con su hijo “para que si alguien se sentía mal se los diera, ahí esta la lista para ver cual se tiene que recetar”.

Menciona que la crisis de la goma de opio comenzó “hace dos años” y desde ahí comenzó a fiar, “ahora ya casi nadie tiene para pagarme, mi hijo me dice que aguante, que las cosas se van arreglar, luego me da coraje y al final pues sí, ni modo que no les fie a la gente huevos y frijoles”.

Además los programas del gobierno federal no han llagado a las comunidades de la sierra, eran de ayuda pues “me pedía la gente: fíeme un par de chanclitas, fíeme un par de calcetas, fíeme esto, ahora cuando llegue el apoyo yo le pago las calcetas de los niños, sus zapatitos; y sí, ya cuando llegaba ya comenzaba a juntar, ahora ya ni dicen, ya no hay opción, vemos como hemos perdido eso nosotros por acá”.

Campo Morado está a 5 horas de Tlacotepec, la cabecera municipal de Heliodoro Castillo, no hay carretera pavimentada, el camino es angosto de terracería, para llegar hay que subir los cerros hasta la parte mas alta del filo y después bajarlos a la parte más baja de la sierra, pareciera que la carretera no tiene fin.

La actividad comienza desde muy temprano cuando los hombres van a sus siembras y a alimentar a su ganado, a cortar leña, a trabajar. Las mujeres cuidan a los niños y hacen las tareas que por años han hecho sus madres, sus abuelas en sus casas. En la tarde los jóvenes se concentran en la cancha de basquetbol donde encuentran señal de Internet.

“Antes las muchachas chiquitas se casaban y ahorita hay muchísimas muchachas con las ganas de estudiar (el bachillerato), se ponían contentas con su beca”, contó sonriendo Evangelina.

En el trayecto hacia el pueblo se vieron al menos unas cuatro camionetas con familias completas, “se iban para Tijuana o a Los Cabos, la gente se está yendo porque ya no hay nada”.

Campo Morado tiene aproximadamente unos 600 habitantes, colinda con San Miguel Totolapan y Atoyac de Álvarez.

Hace poco la mayoría se dedicaba a la siembra de amapola, su economía giraba en torno a los cultivos y muchos mandaban a sus hijos a estudiar fuera “para superarse”, hoy prácticamente en toda la sierra de Guerrero se ven los estragos de la crisis del opio, provocada por la caída del precio de esta droga ilegal.

ESTÁN EN EL OLVIDO

La gente en el pueblo se queja de que están en el olvido, que los gobiernos sólo los buscan en las elecciones, que no les mandan apoyos, que los consideran delincuentes y los tienen sumidos en la pobreza.

Benito Nava es uno de ellos, un viejo que ha vivido prácticamente toda su vida en Campo, parte de su economía venía del programa de pensión para adultos mayores, los trabajadores llegaban al pueblo a pagarle a los beneficiarios.

Ahora tiene que ir por su tarjeta y cobrar su dinero en el cajero más cercano que se encuentra en Atoyac, a tres horas de Campo Morado, se ríe y muestra su preocupación por los demás adultos mayores que al igual que él no tienen cómo ir a recibir el beneficio.

“No estamos de acuerdo porque el programa es para ancianos, unos nos podemos mover tantito e ir y hay otros que están incapacitados ¿cómo podemos llevarlos?”.

Ahora le han descontado Procampo, tiene 4 hectáreas de tierra y tiene que ir por su fertilizante a Tlacotepec, por cada bulto le cobran 70 pesos por flete, “no alcanza para ir, mucho menos para regresar”.

La gente de Campo ya no quiere dedicarse a la siembra de amapola, “quiere producir sus tierras, sembrar jitomate, aguacate, duraznos, quieren proyectos productivos”, platica Artemio Márquez Lucena, el segundo comisario. “Sabemos que la amapola ya no vale, queremos que nos cambien proyectos productivos por la amapola, ya no queremos sembrar eso, nosotros no estamos en contra del gobierno, queremos que el gobierno nos eche la mano, queremos dejar de dedicarnos a eso”. (Lenin Ocampo Torres / Campo Morado, Heliodoro Castillo).

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