Justo una semana después del llamado “golpe de timón”, el equipo de Josefina Vázquez Mota se puede apuntar el tanto de que pudo imponerle un tema al PRI: el Partido Revolucionario Institucional ha entrado de lleno al debate sobre el cumplimiento, o no, de los compromisos de Enrique Peña Nieto durante su gestión como gobernador del Estado de México.

Los panistas, al menos momentáneamente, han logrado que la temática en los medios deje de ser la crítica sobre la marcha de la campaña de Vázquez Mota, y provocaron que desde el presidente nacional del tricolor hasta el mismo candidato se engancharan en la narrativa que cuestiona la imagen de Peña Nieto como un político que cumple sus compromisos.

En el cuarto de guerra de Peña Nieto discutían la semana pasada si convenía dejar pasar estos ataques o contrarrestarlos. Se ha impuesto la lógica de quienes revisaron lo que le ocurrió a Andrés Manuel López Obrador, quien se equivocó en 2006 cuando no reaccionó a tiempo a los embates que le calificaban como “un peligro para México”.

¿Los spots contra Peña Nieto lanzados por el equipo comandado por Roberto Gil Zuarth tienen poder para causar daño al priísta? Fuera del mérito de haber logrado cambiar de tema, esta campaña –rebautizada como “Peña no cumple”– está condenada a un pronto agotamiento, pues ninguna de las obras que se ponen en entredicho, incluso con imágenes, tienen un valor representativo o fundamental en un país que tiene décadas acostumbrado a que el señor Presidente, o cualquier gobernador, inaugura un hospital que tardará semanas e incluso meses en empezar a funcionar.

¿Desenmascaron los panistas a Peña Nieto con esos spots? Difícilmente. Hay que recordar que estamos ante quien como gobernador presentó hace menos de un año cifras irreales sobre los homicidios en su estado, números que solo corrigió una vez que fue balconeado por The Economist, y no oportunamente cuando voces locales le evidenciaron antes que el semanario británico.

Los spots no pondrán en riesgo la candidatura del mexiquense. Pero sí muestran que la campaña puede calentarse. Más aún si sumamos que desde ayer se adelantaron datos de una encuesta nacional de María de las Heras en la que la ventaja de Peña Nieto es de apenas ocho puntos sobre Vázquez Mota y diez sobre López Obrador (en porcentajes: el priísta 39%, la panista 31 y el candidato de las izquierdas 29%).

Al entrar al tema de sus contrincantes, el PRI subió, sin embargo, este lunes la apuesta al retar a los panistas a un debate para la tarde de hoy martes, discusión que pomposamente el líder nacional tricolor denominó “mesa de la verdad”. En ese encuentro se dirimirían las realidades sobre los cuestionamientos que bajo la leyenda de “Peña Nieto miente”, los panistas lanzaron vía spots, en una reedición light de las campañas negativas del 2006.

Es la hora de los panistas, de mostrar que tienen más con qué provocar fisuras a la candidatura hasta el momento casi sin abolladuras (la FIL y el tema de la señora de la casa son cosa ya muy lejana). Se puede poner bueno.

Salvador Camarena

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Es periodista y conductor de radio.

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