En EU, la violencia por armas de fuego y los tiroteos masivos son una de las principales preocupaciones de los ciudadanos con respecto a los crímenes violentos, pero, a pesar de los aumentos, aún no alcanza los picos que se vieron en otras décadas como el noventa o el ochenta.
Ciudad de México, 17 de marzo (SinEmbargo).– México y Estados Unidos han discutido en los últimos días sobre la violencia en cada país, a raíz del asesinato de dos de los cuatro estadounidenses secuestrados en Matamoros, Tamaulipas, cuando realizaban un viaje desde su país.
La situación –enmarcada en el contexto del aumento de migración y de los sentimientos nacionalistas y xenófobos en EU– desató una respuesta de los legisladores más radicales de aquel país, que pidieron que su ejército combata a los cárteles mexicanos, a quienes responsabilizan por el tráfico de drogas hacia el norte.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador respondió este lunes asegurando que México es más seguro que Estados Unidos y dijo que las advertencias de viaje de Estados Unidos y los informes de violencia en México eran resultado de una conspiración de políticos conservadores y medios de comunicación estadounidenses para desprestigiar su administración.
Lo cierto es que Estados Unidos tiene uno de los problemas más particulares en el mundo: la violencia por armas de fuego. Amparados en la Segunda Enmienda a la Constitución de aquel país –que otorga el derecho de portar armas–, la cultura de una parte del país considera que es uno de sus derechos sagrados.
Pero de acuerdo con la organización civil Brady United, que busca pasar legislación para regular el control de armas de fuego, cada día un total de 321 personas reciben un disparo en los Estados Unidos.
Citando estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que también compila heridos y asesinatos por armas de fuego, entre muchas otras cosas, a diario 111 personas mueren por impacto de bala y 210 sobreviven pero sufren heridas.
Cada día, según estas cifras, 42 estadounidenses son asesinados directamente con un armada, 65 mueren por suicidio, y una persona pierde la vida de manera involuntaria por un arma de fuego.
Esto significa que un quinto de las muertes por arma de fuego en el mundo ocurren en EU, si se toma en cuenta que AI considera que 500 personas mueren al día por violencia con arma de fuego. “Per cápita, es un número significativamente mayor que en otros países industrializados”, señala la organización. Además, los homicidios con arma de fuego en EU “afectan de manera desproporcionada a las comunidades de color y particularmente a hombres afroamericanos jóvenes”, subrayó AI.
Entre los menores de edad, 22 niños, niñas y adolescentes –de uno a los 17 años– reciben un disparo en EU a diario, indica Brady United. Cinco mueren cada día por violencia de arma de fuego, tres son homicidios y 17 sobreviven con heridas de bala. Ocho menores reciben balazos en contextos familiares –es decir, reciben un disparo por un arma almacenada de forma defectuosa o reciben un tiro por el mal uso de un arma dentro del hogar–.
Cada año, asegura la organización, unas 117 mil 345 personas reciben algún disparo en Estados Unidos. De ellos, unos 40 mil 600 casos son víctimas de violencia por arma y otros 15 mil 300 casos son directamente homicidios. Cerca de 500 personas al año en EU (492) son asesinadas involuntariamente con un arma de fuego.
Entre los niños, niñas y adolescentes, la violencia anual tiene un impacto de casi 8 mil ataques (7 mil 957): mil 839 de estos mueren por violencia con arma de fuego y 992 son asesinados directamente. Además, 99 anualmente mueren por tiros involuntarios o heridas causadas por armas de fuego.
De acuerdo con la CDC, para 2020 Mississippi fue el estado con la tasa más alta de muertes por cada 100 mil habitantes: tuvo 28.6. Le siguieron Luisiana –también en el sur de EU– y Wyoming –en el oeste–, con 26.3 y 25.9, respectivamente.
Precisamente Nueva Orleans, la ciudad más importante de Luisiana, aparece como la más violenta de EU, de acuerdo con el ranking anual de las 50 ciudades más violentas alrededor del mundo, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
De hecho, los Estados Unidos aparecen siete veces en la lista de las 50 urbes más violentas: Baltimore (17), Detroit (23). Memphis (25), Cleveland (27), Milwaukee (39) y Filadelfia (46) completan el panorama general.
Apenas el martes, el Presidente estadounidense Joe Biden anunció nuevas medidas federales para frenar la violencia con armas de fuego, pero declaró que debe haber más. La orden ejecutiva está destinada a endurecer los controles de antecedentes para la compra de armas, promover un almacenamiento más seguro de las armas de fuego y garantizar que las agencias policiales obtengan más a partir de una ley bipartidista de control de armas promulgada el verano pasado.
No se trata de una legislación, ya que esa tendría que pasar por un Congreso que tiene una Cámara de Representantes dominada por los opositores republicanos, siempre muy cercanos al lobby proarmas y autoproclamados “defensores de la Segunda Enmienda”, sino que además tienen una mayoría de apenas un voto en el Senado.
LOS TIROTEOS MASIVOS
Biden firmó su orden ejecutiva en Monterey Park, una comunidad en el suburbio de Los Ángeles donde un hombre armado irrumpió en un salón de baile y mató a 11 personas en enero. Esto no es nuevo en EU y cada vez es más común..
Un tiroteo masivo no está definido de manera formal y cada organización o agencia usa sus propias definiciones. El FBI, por ejemplo, en su reporte 2000-2019, indica que hay un aumento de incidentes con un “tirador activo” –su propia definición para eventos similares a los tiroteos masivos– crecieron de tres incidentes de este tipo en el 2000 a 40 casos para 2019.
El grupo de investigación detrás del Gun Violence Archive (GVA), uno de los sitios dedicados a recopilar este tipo de eventos violentos, define el tiroteo masivo como aquel acto donde al menos cuatro personas –incluido el tirador o agresor– hayan recibido un disparo, sin importar si no fue fatal o no.
El GVA es uno de los sitios más respetados con respecto al registro de este tipo de eventos violentos. Y, de acuerdo con sus registros, que comenzaron en 2014, los tiroteos masivos sí han aumentado en los últimos años. En 2014 ocurrieron 273 casos. Para 2022, se registraron 647. Entre 2015 y 2019 los registros por año sumaban entre 336 y 417 tiroteos, pero para 2020, esto eventos comenzaron a sumar más de 600 al año.
Este 2023, con corte al 13 de marzo, el GVA ha registrado ya 112 tiroteos masivos.
El Centro de Investigaciones PEW indicó en su análisis de violencia con armas que en 2020 se alcanzó el número total de muertes por arma de fuego en EU, aunque el inédito número tiene que ver también con el aumento de la población. Sin embargo, en su consideración per cápita, concluyó que se registraron 13.6 muertes por cada 100 mil personas en 2020, la tasa más alta desde mediados de los 90, hace unos 15 años, aunque por debajo de la tasa de 16.3 alcanzada en 1974.
La “epidemia de violencia con armas de fuego”, explica el PEW, se explica ya que en 2020 hubo un total de 45 mil 222 muertes en total, la mayor cifra registrada hasta ahora, lo que representó un 14 por ciento más que en 2019 y un 25 por ciento más que un lustro atrás. Comparado con 2010, hubo un aumento marcado de 43 por ciento de muertes de este tipo.
CRÍMENES VIOLENTOS
El PEW indica, en un análisis de las últimas tres décadas, que la tasa de crímenes violentos cayó un 49 por ciento entre 1993 y 2019. El homicidio cayó en ese periodo un 47 por ciento.
Pero el PEW advierte que, aunque el total del crimen violento en EU no parece haber incrementado recientemente, los homicidios sí han aumentado “significativamente” durante la pandemia: tanto el FBI como los CDC reportaron un aumento del 30 por ciento en las tasas nacionales entre 2019 y 2020, en uno de los aumentos de un año a otro más grandes desde que se tiene registro.
Para 2020, ocho de cada 10 (79 por ciento) asesinatos en aquel año –cerca de 19 mil 400 casos de 24 mil 500– involucraron el uso de armas de fuego.
Además, el Consejo de Justicia Criminal realizó un reporte de violencia en 27 de las principales ciudades estadounidenses de los primeros tres años de la pandemia de COVID-19 (2020-2022), donde encontró que los homicidios en 2022 fueron un cuatro por ciento más bajos que los de 2021.
Pero la tasa de homicidios se mantuvo un 34 por ciento más alta que en 2019, el último año sin coronavirus, y cerca de la mitad de los picos más altos en 1980 y 1991.