Desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia más de tres millones de personas han salido de Ucrania, además, la devastación de zonas urbanas con presencia de población civil va en aumento.
Madrid, 17 de marzo (Europa Press).– La invasión de Ucrania ordenada el 24 de marzo por el Presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha derivado en una crisis humana de proporciones aún desconocidas, pero que deja ya datos sin precedentes recientes, como el éxodo de más de tres millones de personas y la devastación de zonas urbanas con presencia de población civil.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos tiene confirmadas ya unas mil 900 víctimas civiles desde que estalló el conflicto, de las cuales más de 700 son fallecidos. Sin embargo, asume que el dato real será mayor, en la medida en que tarda en verificar datos y hay áreas como Mariúpol que son un agujero negro informativo fruto del asedio ruso.
Las autoridades locales de este enclave a orillas del mar de Azov han denunciado que más de dos mil personas han fallecido sólo en Mariúpol y el Gobierno de Ucrania estima que en todo el país han muerto ya más de un centenar de niños. En lo que sí coinciden todos los observadores, es en que los civiles están sufriendo en primera persona las consecuencias del conflicto.
De hecho, más de 3.1 millones de personas han salido de Ucrania en estas dos semanas, con unos dos millones de refugiados en Polonia. Rumanía ronda las 500 mil llegadas, mientras que Moldavia ha recibido a 350 mil personas, Hungría a 282 mil y Eslovaquia a 228 mil, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), que actualiza diariamente los datos.
Naciones Unidas ya había anticipado poco después del inicio de la ofensiva rusa que podría haber entre cuatro y cinco millones de refugiados y, a estas alturas, pocos dudan de que se vaya a alcanzar esta cifra, dado que los combates no dan muestra de cesar. Además, 1.9 millones de personas son desplazados internos, es decir, han abandonado sus hogares, pero permanecen dentro de Ucrania.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estima que, como consecuencia del conflicto, hasta el 90 por ciento de la población ucraniana puede sufrir pobreza o una vulnerabilidad económica extrema. El Gobierno de Ucrania ha estimado las pérdidas derivadas del conflicto en más de 500 mil millones de euros, si bien también este dato es provisional y previsiblemente crecerá.
El plan de respuesta humanitario de la ONU para 2022, actualizado tras el inicio de la invasión, estima que en 2022 habrá 12 millones de personas que necesiten ayuda humanitaria. Reclama mil 100 millones de dólares para ayudar a seis millones de personas y de estos fondos ya ha recibido en torno al 22 por ciento, según recoge la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
ATAQUES A OBJETIVOS CIVILES
El bombardeo el miércoles de un teatro de Mariúpol donde se refugiaban civiles es uno de los últimos ejemplos de hasta qué punto no hay inmuebles seguros en Ucrania, a pesar de que el Derecho Internacional recoge una protección específica para la población y la infraestructura civil. Las autoridades ucranianas han acusado a Rusia de perpetrar crímenes de guerra y la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI) ha abierto una investigación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha confirmado ataques contra más de 40 infraestructuras sanitarias y ha advertido de que hay más de 300 en el frente de combate o en zonas que ahora controla Rusia, mientras que otras 600 se encuentran a menos de 10 kilómetros de los enfrentamientos.
Por otra parte, el Ministerio de Educación de Ucrania ha denunciado que unos 350 centros educativos han sufrido daños y más de 60 han quedado completamente destruidos.