La Gran Mancha Roja era aproximadamente tres veces más ancha que la Tierra, ahora es solo dos veces más ancha, por ello la comunidad científica se pregunta si algún día desaparecerá por completo.
MADRID, 17 Mar. (EUROPA PRESS).- El grosor de la icónica Mancha Roja de Júpiter se ha mantenido relativamente estable a medida que ha disminuido su área de superficie, lo que desafía la teoría de que esta característica joviana esté en trance de desaparecer, según nueva evidencia recabada por investigadores de la Universidad de Aix-Marseille.
Júpiter fue descubierto por primera vez en 1610 por Galileo Galilei, quien posteriormente también encontró tres de las lunas de los planetas. Su Gran Mancha Roja fue observada por primera vez aproximadamente 200 años después por Samuel Heinrich Schwabe. Desde entonces, el lugar ha sido objeto de curiosidad y escrutinio tanto por astrónomos profesionales como aficionados.
En los últimos años, ha quedado claro que se está reduciendo. Donde antes era aproximadamente tres veces más ancha que la Tierra, ahora es solo dos veces más ancha. Debido a eso, algunos en la comunidad científica espacial han comenzado a preguntarse si la tormenta que crea este rasgo se está calmando y si algún día desaparecerá por completo.
En este nuevo esfuerzo publicado en Nature Physics, los investigadores buscaron comprender mejor el grosor de la mancha, lo que podría proporcionar pistas sobre la fuerza de la tormenta y, en última instancia, si es probable que la mancha desaparezca.
En 1979, las dos sondas espaciales Voyager pasaron por el planeta gigante, dando a los investigadores la oportunidad de medir la Mancha Roja. Los investigadores de este nuevo proyecto se preguntaban si su grosor había cambiado desde entonces. Pero debido a la atmósfera opaca, es imposible medir el grosor de la mancha directamente.
Eso los obligó a usar medios indirectos, como la creación de modelos matemáticos y simulaciones numéricas, incluso construyeron un sustituto para la Mancha Roja, un vórtice en un tanque de plexiglás lleno de agua salada. Al comparar y peinar los resultados de sus esfuerzos de trabajo, pudieron llegar a un consenso: la mancha tiene aproximadamente 170 kilómetros de espesor. Señalaron que sus resultados coincidían muy estrechamente con las mediciones tomadas por las sondas Voyager, lo que sugiere que el grosor de la mancha se ha mantenido relativamente estable. Luego planean comparar sus resultados con los datos de la sonda espacial Juno de la NASA, que órbita el planeta cada 53 días.