Un indigente quemado y un ataque violento a clientes y personal de la Hostería La Bota, un conocido restaurante cuyos parroquianos son también turistas extranjeros, son sólo dos acontecimientos recientes que ejemplifican la escalada de violencia en el Centro Histórico de la Ciudad de México y el abandono paulatino de las autoridades. El sueño de revivir la zona plagada de historia y belleza se vivió sólo unos años. Desde el sexenio de Miguel Mancera Espinosa comenzó el derrumbe más pronunciado, denuncian quienes ahí habitan, trabajan y lo visitan todos los días.
Sólo en 2018 se registraron al menos 55 homicidios dolosos en la zona centro de la capital del país que, dicho por las autoridades, estarían presuntamente ligados a ejecuciones entre grupos delictivos o son atribuibles a grupos delictivos.
Ciudad de México, 17 de febrero (SinEmbargo).- El Centro Histórico de la Ciudad de México, corazón del país, fue dejado a su suerte y ahora “agoniza” lentamente, denuncian habitantes, empleados y hasta quienes sólo lo visitan. Las autoridades descuidaron la zona al abandonar la seguridad y ahora, sin ningún control eficiente, el declive se agiliza, añaden los afectados.
Asaltos, ambulantaje sin control, poca regulación en centros nocturnos, narcomenudeo y una creciente ola de violencia es lo que se percibe en el primer cuadro de la capital del país, mientras que, a la par, hay una “total ausencia de las autoridades”, coinciden ciudadanos en entrevistas y también en denuncias realizadas en redes sociales.
El Centro Histórico ha perdido desde la década de 1950 a la fecha alrededor de 302 mil habitantes, de acuerdo con información del Gobierno de la Ciudad de México. La regeneración de este lugar no es un tema nuevo: ha sido argumento en múltiples discursos de diversas autoridades e incluso se han realizado acciones e inversiones para su recuperación.
Cuando el hoy Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, era Jefe de Gobierno de la Ciudad de México se instaló el Consejo Consultivo para el Rescate del Centro Histórico de la Ciudad de México, en agosto de 2001.
El Comité fue integrado por altas personalidades empresariales, culturales y políticas, entre sus miembros destacaban el empresario Carlos Slim Helú y José Iturriaga, quien fue nombrado presidente honorario; también estaban ahí escritores e intelectuales, así como funcionarios de alto nivel.
En años posteriores se realizaron acciones y se destinaron importantes partidas presupuestarias para el rescate primer cuadro capitalino. En dos décadas se invirtió –con dinero de la iniciativa privada, gobiernos y sociedad– alrededor de 16 mil millones de pesos en los 10.28 kilómetros cuadrados que comprenden la zona centro, de acuerdo con un diagnóstico elaborado por las Autoridades del Centro, del Gobierno de la Ciudad de México.
Sin embargo, poco a poco el proyecto del rescate fue quedando en el olvido y la recuperación se dejó a la vera. Tanto así que hoy los ciudadanos viven su acelerado declive.
El centro de la CdMx presenta además un marcado deterioro de patrimonio cultural: el 62 por ciento de los más de 743 inmuebles catalogados para su conservación están en una condición de regular a mala, según información oficial. Además, el 75 por ciento de los inmuebles de comercio informal son bodegas.
El mismo diagnóstico establece que hay zonas de alta incidencia delictiva en al menos el 50 por ciento del territorio que comprende el Centro Histórico, área delimitada al norte por la calle República de Honduras; al sur por la calle José María Izazaga; al este por la avenida Anillo de Circunvalación, y al oeste por la Avenida Paseo de la Reforma.
Residentes y habitantes han denunciado, tanto en entrevistas como en redes sociales, que las autoridades delegacionales, y los gobiernos capitalino y federal han descuidado este histórico lugar.
Estuvimos paseando por Regina y es inevitable preguntarnos: ¿estamos intentando convertir esta calle en una sucursal del Mercado de la Lagunilla?
— 06000 Observatorio Vecinal del Centro Histórico (@06000Observa) 3 de febrero de 2019
En esto se está convirtiendo Regina y ¿qué está haciendo @AlcCuauhtemocMx? @06000Observa pic.twitter.com/lHcw9UlKbq
— Latoya Catson (@LatoyaCatson) 2 de febrero de 2019
En noviembre de 2018, Claudia Sheinbaum Pardo, entonces Jefa de Gobierno electa, anunció un nuevo plan para “revitalizar el centro”, cuyos ejes de acción se basan en la habitabilidad, la competitividad y el trabajo comunitario, y la calidad urbana.
INSEGURIDAD Y ABANDONO
Un indigente quemado, así como un ataque violento a los clientes y personal de la Hostería La Bota, un conocido restaurante que atrae también a múltiples turistas, incluso extranjeros, son sólo dos acontecimientos recientes que ejemplifican la escalada de violencia en la zona y el abandono que sienten sus residentes, empleados y visitantes.
Penélope es una mujer que por cinco años ha trabajado en las zonas aledañas del centro histórico, y destaca que en los últimos meses “la zona se ha vuelto muy conflictiva”.
Sólo en 2018 se registraron al menos 55 homicidios dolosos en la zona centro de la CdMx que -dicho por las autoridades– presuntamente estarían ligados a ejecuciones entre grupos delictivas o también serían atribuibles a grupos delictivos.
El pasado 28 de enero alrededor de las 11 de la noche, clientes y personal de la Hostería La Bota fueron violentados por al menos seis personas. Se presume que el ataque se debió a que los meseros no permitieron que dos hombres molestaran a dos de sus clientes a quienes, al parecer, les exigían dinero por medio de hostigamiento; es decir, una posible nueva forma de asalto.
Los acontecimientos ocurrieron en la calle San Jerónimo, un pequeño corredor de restaurantes y bares en el Centro Histórico. Dos clientes varones llegaron al restaurante bar y se sentaron en una de las mesas. Detrás de los comensales, arribaron otros dos sujetos con un lenguaje corporal intimidatorio, explicaron testigos de los hechos.
Erick, uno de los meseros de La Bota, narra a SinEmbargo que primero le dio la atención a los dos comensales, fue a la barra por el pedido de los clientes y después, al ver a los dos sujetos y notar que atosigaban a los clientes, decidió pedirles que salieran del restaurante.
“Los clientes comentaron que los dos sujetos al parecer los querían robar”, destaca el empleado.
La petición del mesero molestó a los dos sujetos, quienes empezaron agredir verbalmente al empleado y a decirle que “ahora tenían un problema directo” con él. Momentos después, los dos hombres comenzaron a golpear al mesero.
“Uno de los sujetos, cuando le pedí que se retirara, me dijo que él ‘era aquí, el aquel’, yo le pedí que me dejaran trabajar, que estaban en mi zona de trabajo, pero me dijo que ahora el problema era conmigo”, narra el joven.
Ricardo, otro testigo del lugar, comenta que desde un principio se pidió la atención de la policía al notar la tensión que provocaron los dos agresores desde su arribo.
“Dos sujetos llegaron, intentando amedrentar a dos de los clientes que se encontraban en el lugar, y que habían llegado hace poco. Su intención era, al parecer, pedirles dinero. Mi compañero Erick intentó ayudar a los clientes, invitando a los dos sujetos a que abandonaran el establecimiento. Al yo acercarme y ver la actitud en la que ellos dos se encontraban, me aproximé al líder de la barra, para informar de la situación y solicitar que llamara a la policía, pues temía que la situación escalara. A partir de ese momento, nuestro contacto con los operadores del 911 fue prácticamente continúo, pues otro compañero también intentaba llamar a la policía”, relata el otro testigo.
Cuando el par de sujetos agredieron al mesero, el empleado intentó defenderse y sus compañeros salieron para tratar de auxiliarlo. La pelea duró unos minutos; después, los dos sujetos se retiraron del lugar. Los clientes y personal, pensaron que ya había terminado el capítulo de violento, pero no fue así.
Uno de los barristas pidió a la clientela disculpas y ofreció una ronda, les explicó que el bar era un lugar tranquilo y que jamás se había presentado este tipo de incidentes violentos.
Sin embargo, el hecho no quedó ahí: al poco tiempo, los dos hombres regresaron con más personas a causar destrozos y atacar a los presentes. Al menos unos seis individuos irrumpieron en el bar, arrojaron las mesas hacía los clientes, quebraron botellas y golpearon a las personas del lugar, principalmente a los trabajadores.
El grupo de agresores se metió hasta la cocina, en donde golpearon el rostro y quebraron la nariz a un chef, a otro empleado, lo tiraron al piso y le patearon la cara.
El saldo del ataque fue de al menos unas seis personas heridas, dos de gravedad: uno con la nariz fracturada, lesión que requirió cirugía, y otro empleado con costillas quebradas, tanto que por poco le perforan un pulmón.
Los testigos y empleados narran que, mientras se desarrollaba el ataque, vieron circular a una patrulla a paso lento por la calle Isabel La Católica - a unos 100 metros-, le hicieron señas y pidieron el auxilio, pero los agentes de la patrulla los ignoraron, siguieron de paso.
La agresión duró alrededor de 15 minutos, y quedó videograbada por las cámaras de seguridad del restaurante, misma que fue difundida recientemente en redes sociales.
El escritor Antonio Calera, uno de los dueños del bar, explicó que después del ataque los afectados acudieron a levantar la denuncia ante el Ministerio Público, y pidieron ayuda a una ambulancia que estaba en el lugar, pero la unidad solo dio atención “primaria”, negándose a trasladar a los heridos a un hospital.
“A Pepé, el compañero que le fracturaron la nariz, solo le quitaron los vidrios, le dieron una gasa y le dijeron ‘apriétala’, y nada más. Pese a que perdía mucha sangre, se negaron a trasladarlo al hospital, argumentando que por supuesto protocolo”, narra Edwin, otro testigo de los hechos.
Los agentes del Ministerio Público pidieron a los dueños del bar que no abrieran al día siguiente, martes 29 de enero, porque iban a enviar personal de criminalista, sin embargo, los peritos nunca llegaron.
Además, la primera acta levantada no sirvió. Antonio Calera Globet explica que al momento en que las víctimas acudieron a la procuraduría capitalina a ratificar la denuncia, les dijeron que la primera acta no servía y tenían volver a levantarla.
“Ojalá que podamos nosotros tener una relación, no solamente educada, sino profesional, contundente, precisa, con el Gobierno”, demanda el entrevistado.
Las carpetas de investigación iniciadas por asalto a transeúnte en la zona centro casi se duplicaron el año pasado en comparación a 2017, pues registran un aumento de 91.70 por ciento, al pasar de 366 denuncias de robo con violencia en 2017 a 700 reportes en 2018, de acuerdo a datos de la procuraduría capitalina.
En enero de 2019, se han levantado al menos 40 denuncias por asalto en la zona centro. En 2016, se presentaron al menos 264 denuncias.
Las denuncias por el delito de violación sólo en el primer cuadro de la CdMx también van en aumento, y aglomeran al menos 40 casos desde 2016 a enero de 2019. Tres en el presente año; 16 en 2018, 12 en 2017 y 9 en 2016.
Las investigaciones por robo con violencia a negocio también muestran una tendencia al alza. La PGJE-CdMx reporta 203 registros de carpetas de investigación iniciadas desde 2016 a enero de 2019. Al menos 13 en enero de 2019, en 2018, se reportaron 89 casos, 56 en 2017 y 45 en 2016.
Otros ataques y peleas han sido denunciadas de manera constante en el sector:
Terrible. Esto es resultado de años de mala gestión en nuestro Centro Histórico; hay quienes se sienten totalmente por encima de la ley.
Y se les está acabando. Agradecemos la pronta actuación de la policia. #DenunciaCiudadana https://t.co/Zq1PKQyHsp— Mariana Cabral (@marianacabralMX) 12 de enero de 2019
El 1 de febrero pasado, un indigente fue calcinado mientras dormía en las calles del Centro Histórico, de acuerdo con información difundida en medios de comunicación.
El cuerpo fue localizado totalmente quemado sobre una banqueta de la calle Bolivia. La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJE-CdMx) informó que había tomado nota del hecho; sin embargo, hasta el momento no se han brindado mayores pormenores del hecho.
La procuraduría capitalina reporta – diferente a los datos proporcionados en el diagnóstico de las Autoridades del Centro Histórico– 64 asesinatos en la zona centro desde el 2016 a enero de 2019. El número de homicidios dolosos ha ido en aumento: en 2016, reportan 20 casos; en 2017, 19 casos; 2018, 23 asesinatos, y 2 en enero de 2019.
Residentes y comerciantes consideran que las cifras son mayores, que hay un alto indice de personas que no denuncian, pues señalan que hay un patrón en las autoridades preventivas de instar a las víctimas a no interponer acciones legales.
“Cuando hay un asalto, lo que hacen las autoridades, intentan disuadir al ciudadano [...] Siempre hay un desaliento, siempre es invitada a no hacerlo. Aquí no sufrimos necesariamente eso, lo que recibimos de la policía es que llegó tarde, durante 15 minutos no llegó, y cuando llega, la rapidez para efectuar la justicia, siempre es lenta, se demora y si la justicia no es expedita no es justicia, la justicia no puede tardar”, comenta el escrito Antonio Calera.
PIDEN ALTO A LA VIOLENCIA
“¿Qué sucedió?, ¿Por qué se pauperizó tan rápido el entorno?”, se cuestiona con indignación el escritor, Antonio Calera Grobet, en relación al aumento de la violencia en la zona.
Calera Grobet destaca que se sienten abandonados por las autoridades y asegura que la policía trabaja de manera epidérmica, pues prefieren acechar a personas por faltas administrativas menores, pero a la hora en que se requieren para una emergencia no están.
"Es más fácil, todo mundo lo sabe, que vengan aquí a perseguir a alguien cuando está fumando marihuana, o tomando en la vía pública, a que vengan cuando están golpeando a alguien. Sospechosamente, no quiero con esto decir que toda la policía esté en contubernio con los hampones, pero extrañamente, misteriosamente o sospechosamente es que siempre llegan tarde. […] cuando se requiere una actitud gallarda, profunda, de gran calado, nunca aparece. Siempre llegan tarde. ¿Cuándo en nuestra vida nos hemos sentido seguros cuando viene un policía? no son sinónimo de protección”, reclama.
En ello coincide su hermano, Adrián Calera, uno de los dueños de La Bota, quien considera que las autoridades del centro histórico se han visto rebasadas, ante una falta de elementos policiacos.
“En la calle San Jerónimo es muy fácil que la policía acuda cuando alguna persona comete una falta administrativa. Ahí, en ese momento, la ley llega en poco tiempo, porque este trabajo no supone un riesgo para ellos, dos elementos policiacos pueden realizar esta tarea [...], también ‘la mordida’ es un aliciente para acudir. Pero si un restaurante está siendo violentado o si un grupo de personas golpean a un transeúnte [...], dos elementos no tienen la capacidad de someter a los delincuentes, entonces, les da miedo actuar. En los dos casos pasados que expongo y que suceden a menudo en el Centro Histórico la policía siempre desaparece”, ejemplifica el empresario restaurantero.
El escritor llama a las autoridades a que cambien la imagen que se tiene de la policía, y que actúen, no solo en su caso sino para toda la ciudadanía y no solo en la zona centro sino en todo el país.
“Yo no pido que me estén privilegiando con una seguridad especial. Yo no quiero que me protegen nada más a mí y mi familia, ni solamente a mis clientes, pensando que mis clientes son distintos a los de una paletearía en Cuemanco, o a una tienda de hamburguesas en la Gustavo A. Madero, no. Yo pido que me protejan como a cualquier otro ciudadano, que no tenga que ser que tú, como policía, recibas el llamado de ocho o nueve personas que te están clamando respeto y que tú aceleres y te vayas, eso es cobardía, negligencia, contubernio, eso a mí no me corresponde definirlo”.
Y añade que también deben darse por enteradas que la ciudadanía, en cualquier punto, "está en desacuerdo con la forma en que se ha llevado la justicia. Lo que pedimos es que cumplan con su trabajo, y su obligación por brindar es seguridad”. Antonio Calera destaca que la seguridad en un punto crucial si en realidad se quiere tener una transformación en el país. “No habrá jamás transformación alguna si no paran desapariciones, violencia y asesinatos en este país”, expone.
El Secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México, Jesús Orta Martínez, indicó que detrás del ataque a la Hostería La Bota estaría involucrado algún grupo de la delincuencia organizada, sin embargo, no quiso precisar mayores detalles, de acuerdo a información de medio nacionales.
Cuestionado sobre el tema, Orta Martínez respondió que ya posteriormente anunciará “un nuevo esquema de trabajo” en diversos puntos del centro histórico.
Ante inseguridad en la zona, es más frecuente encontrar denuncias.
Necesario retomar y proteger el #CentroHistórico ¡ya!
La inseguridad nos aqueja a habitantes y trabajadores del primer cuadro.
Cc @ach_CDMX @Ricardojaral @DuniaLudlow
— Mariana Cabral (@marianacabralMX) 13 de febrero de 2019
La Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, reconoció semanas atrás que la ciudadanía fue abandonada por las autoridades en materia de seguridad.
“Nos entregaron una ciudad realmente en un estado desastroso en materia de seguridad […] Creo que hubo un abandono por parte de las instituciones hacia lo que tienen que ser la preocupación central de todo Gobierno: la tranquilidad de la gente, el que la gente se siente identificada con sus instituciones, que sienta confianza en sus instituciones, eso se abandonó”, destaca Godoy Ramos.
La Procuradora dijo a SinEmbargo que los delitos en la Ciudad de México crecieron como consecuencia a la indefensión en que dejaron a la capital.
“Hay la sensación de que la ciudad caminó sola, que la ciudadanía está sola en materia de servicios, seguridad y de combate a la corrupción. La evaluación que yo puedo hacer de la anterior administración y cómo nos dejaron esta ciudad es bastante mala”, afirma la abogada.
Entre julio y diciembre del año pasado, hubo un aumento significativo en todos los delitos, principalmente el de homicidio doloso y el cometido con arma de fuego. “Eso es uno de los indicadores que tenemos para decir que efectivamente había un abandono por parte de las instituciones de seguridad”, reitera.
Otro de los aspectos que reconoció Godoy Ramos en la Procuraduría es que no se estaba haciendo una labor de investigación.
“Yo creo que [no se investigaba] por falta de voluntad, por falta de disposición de hacerlo, porque tenemos casi 4 mil policías de investigación en la ciudad. Tenemos todo un edificio de la policía de investigación con equipo. A lo mejor también falta de capacitación y profesionalización en materia de investigación. Veo a algunos policías de investigación que son muy creativos, porque saben técnicas de investigación, siguen una línea, se van por otra, abren varias líneas de investigación y hay otros que no”, dijo la funcionaria capitalina.
La administración de Miguel Ángel Mancera mantuvo un fuerte silencio y negó la operación de bandas del crimen organizado en la Ciudad mientras que la violencia creció exponencial, sobre todo los delitos que se asocian a la delincuencia organizada.
Los asesinatos de arma de fuego crecieron 62.46 por ciento en 2018 si se comparan con el 2016, pues de 626 homicidios dolosos con arma de fuego registrados se pasó a 1 mil 017 asesinatos registrados en 2018.
El homicidio doloso en diferentes modalidades subió 16.44 por ciento en 2018 (1 mil 380 víctimas) en comparación al 2017, cuando se reportaron mil 153 personas asesinadas; en 2017, ese delito subió 14.31 por ciento en comparación al 2016, cuando se reportaron 988 víctimas.
De enero a diciembre de 2018, al menos 1 mil 213 personas fueron asesinadas en la capital del país; de éstas 892 fueron atacadas con arma de fuego, de acuerdo con las cifras del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Se trata de 60 personas más que el total de víctimas en todo 2017, año que cerró con mil 153 víctimas de homicidio doloso.