Gonzalo Contreras Rincón, el joven acusado en España y sentenciado por narcotráfico, está libre y en México desde el pasado 7 de febrero para empezar de cero en un país que encontró totalmente transformado y distinto a aquel año de 2007 cuando partió al país ibérico a estudiar una Maestría.
El caso del joven fue conocido en 2016, luego de que su madre Iliana Rincón Köster dijera a este medio digital en febrero de ese año, que a pesar de que había pedido ayuda desde 2015 al Gobierno de México no había tenido ninguna respuesta, mientras que por Humberto Moreira Valdés, ex Gobernador de Coahuila, había movilizado todo su cuerpo diplomático para lograr su libertad.
A Moreira Valdés le bastaron sólo ocho días después de su reclusión en una cárcel española para salir libre, mientras que Gonzalo Contreras tuvo que pasar cinco años y cuatro meses en prisión para salir por méritos propios, sin ninguna ayuda del Gobierno mexicano.
Ciudad de México, 17 de febrero (SinEmbargo).- A Humberto Moreira Valdés, ex Gobernador de Coahuila, le bastaron sólo ocho días después de su reclusión en una cárcel española para salir libre, mientras que Gonzalo Contreras Rincón, un joven oriundo de Querétaro apresado en 2012, tuvo que pasar cinco años y cuatro meses en prisión para salir por méritos propios, sin ninguna ayuda del Gobierno mexicano.
Ambos tienen en común que fueron detenidos por delitos graves, pero los diferencia el tratamiento que le dio a cada uno de los dos casos el aparato diplomático mexicano en España.
“Lo único que sucedió es que cumplí cinco años y cuatro meses. No sucedió otra cosa, salvo que pasó el tiempo”, dijo Gonzalo Contreras en entrevista con SinEmbargo.
Gonzalo llegó a México el 7 de febrero, luego de que su defensa logró su expulsión de España, un recurso legal que se emplea para reos con buena conducta que hayan pagado la mitad de su sentencia y que canjeen el resto por salir expulsados del país ibérico, en el caso del joven con la prohibición de volver a pisar suelo español durante siete años.
Gonzalo fue acusado de narcotráfico y permaneció recluido en una prisión de Aranjuez, en Madrid España, considerado uno de los centros penitenciarios más duros de ese país.
“La verdad es que estoy aquí por mis propios medios. Me da la sensación de que las autoridades mexicanas no se querían poner en contra de las autoridades españolas; así que no hicieron nada. De vez en cuando me escribían, pero realmente eso no es ayudar. Si comparamos el caso de Moreira con el mío, en mi caso no hicieron absolutamente nada que tuviera relevancia. El Cónsul me trataba muy bien, agradezco el trato, pero realmente lo que yo estaba buscando es que me ayudaran a salir de una situación en donde estaba realmente discriminado”, dijo Gonzalo.
El caso del joven fue conocido en 2016, luego de que su madre Iliana Rincón Köster dijera a este medio digital el 23 febrero de ese año, que a pesar de que había pedido ayuda desde 2015 al Gobierno de México no había tenido ninguna respuesta, mientras que por Moreira Valdés había movilizado todo su cuerpo diplomático para lograr su libertad.
“Me da una rabia terrible, porque comprueba que hay corrupción, impunidad y que en México las leyes, por más buenas que sean, no sirven de nada. Las influencias en México mueven al mundo, si no tienes influencias o conocidos en México puedes ser la persona más inocente y te sigues pudriendo en la cárcel”, dijo Iliana Rincón en entrevista en esa ocasión.
El diario español El País había publicado un día antes, el 22 de febrero, que el Gobierno mexicano puso a disposición de Humberto Moreira, también ex dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), toda la maquinaria diplomática y legal de su Embajada en España para conocer cada detalle de su situación legal, atender a su familia y sacarlo de la cárcel.
José María Irujo detalló en el reportaje “Misión: salvar en Madrid a Humberto Moreira” cómo la gestión de mayor nivel del Gobierno de México ocurrió el 21 de enero de 2016, a horas de que se llevara a cabo la audiencia de Moreira en la que el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, acordó su puesta en libertad. Dijo que en esa ocasión, la entonces Procuradora Arely Gómez González, telefoneó a su homóloga española, Consuelo Madrigal, para conocer la posición de los fiscales ibéricos que tienen el caso del ex mandatario.
“Le respondió que el caso está bajo secreto de sumario, que no podíamos darle ningún detalle y que la posición de la Fiscalía es que ese señor debía permanecer en la cárcel porque los delitos eran muy graves”, dijo un portavoz de la Fiscalía General del Estado a El País.
Humberto Moreira fue detenido por los delitos de lavado de dinero, cohecho y nexos con crimen organizado el 15 de enero de 2016 en el Aeropuerto de Adolfo Suárez de Madrid. La investigación realizada por el diario español detalló que ese mismo día los funcionarios de la Embajada de México en Madrid recibieron órdenes de que se volcaran al caso.
Luego de la movilización de la Embajada de México, Moreira Valdés salió libre el 22 de enero de 2016, apenas ocho días después de su detención.
Iliana Rincón aseguró en entrevista con este medio en 2016 que en octubre de 2015 envió una carta al Presidente Peña Nieto, con copia a la Secretaría de Gobernación (Segob) y a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) pidiéndole ayuda para resolver el caso de su hijo.
La respuesta fue una misiva en donde le dijeron que conocían el caso y que lo llevaba la Oficina de Protección a Mexicanos en el Exterior.
La madre de Gonzalo le pidió al Gobierno de Peña Nieto ayuda, ya que en octubre de 2015 el joven esperaba la resolución de un recurso de amparo presentado ante el Tribunal Constitucional de España.
La petición concreta era que México verificara que el proceso se realizara conforme a derecho y no basado en prejuicios raciales.
“Pero no tuvimos ninguna ayuda. Ningún interés real. En el caso de mi hijo fue violado su derecho a la presunción de inocencia”, dijo la madre de Gonzalo.
CULPABLE, PORQUE ERA MEXICANO
Gonzalo Contreras fue apresado en octubre de 2012 y sentenciado en 2013 a nueve años de prisión por el delito de narcotráfico, también se le impuso una multa de 4 millones de euros.
El joven vivía en España desde 2007. En ese país estudió Comercio Internacional y una maestría en Comercialización de Vinos y Licores. En 2012 fue invitado a participar en un negocio de importación de mármol.
Él se encargó del papeleo y en uno de esos viajes, había un cargamento de cocaína, por el cual fue acusado y sentenciado.
“En realidad cumplí mucho tiempo de condena. Normalmente la gran mayoría de las condenas por narcotráfico son de seis años y un día. Yo tuve la mala suerte de que me condenaran más”, dijo el joven ahora en libertad.
El mexicano fue discriminado desde un principio por su origen. A pesar de su buena conducta, al mexicano le fueron negados varios beneficios sólo por ser mexicano, reveló Gonzalo.
“Lo de la expulsión yo había preguntando a gente de la cárcel, a los juristas cuándo podían dar un tercer grado o un régimen de semilibertad: dormir en la cárcel y trabajar a lo que me dedicaba yo. No había motivos para que me negaran. Una vez le pregunté a una de las juristas y su respuesta fue: ‘la verdad si fueras español, te daríamos el tercer grado, pero como no eres, pues no. Y lo de la expulsión te tienes que esperar unos dos años y medio más para que cumplas siete años y medio, y a lo mejor puede ser’. De entrada me estaba diciendo que no me daban el beneficio, sólo por el hecho de no ser español”, dijo.
Y así fue: tuvo que esperar más de cinco años encarcelado para lograr la expulsión de aquel país al que llegó cargado de sueños en agosto de 2007 a estudiar una Maestría.
Incluso al joven se le negaba el beneficio de salir de permiso cada cuatro meses por buena conducta, sólo por ser mexicano, aclaró.
Por mantener su expediente limpio, sólo pudo salir de la cárcel con permiso dos veces al año.
Contreras Rincón agregó que la discriminación se dio desde el momento que fue detenido y juzgado.
“Cuando me detienen por un contenedor que venía desde México, a mí me afectó porque México es una zona caliente en el tema de narcotráfico. Ellos estaban 100 por ciento seguros de que yo era culpable. Les podría haber dicho yo lo que quisieran, pero ellos no iban a cambiar su forma de pensar. Ante eso no tenía mecanismos reales de defensa, había poco que yo pudiera hacer”, narró.
Junto con Contreras Rincón fue sentenciado Francisco Martín Rivera Báez, originario de Jalisco.
La sentencia número 706/13 emitida el 14 de noviembre de 2013 por la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia, España, en contra de Gonzalo Contreras Rincón y de Francisco Martín Rivera Báez – a la que SinEmbargotuvo acceso–es clara: no había pruebas directas de la culpabilidad de los acusados, pero su versión de los hechos era simplemente “increíble”.
Gonzalo Contreras recibió una condena de nueve años de prisión y dos multas de casi 4 millones euros cada una, mientras que Rivera Báez fue sentenciado a seis años y dos multas de 3 millones de euros.
El 13 de septiembre de 2012 la Aduana Marítima de Valencia interceptó dos contenedores con un cargamento de cocaína y metanfetaminas escondido entre un pedido de mármol que tenía como remitente la empresa Profumi S. A de C. V ubicada en Jalisco, México, y con destinatario a Developements Opportunities S. L. cuyo único administrador era Gonzalo Contreras.
Cuando la mercancía fue interceptada se decomisó la droga y se pidió la intervención telefónica del número de Gonzalo. Los contenedores sin la droga fueron llevados a la SEUR Alicante [almacén de la compañía de paquetería], a dónde el 28 de septiembre acudió la esposa de Contreras Rincón a preguntar por el envío.
Al percatarse de que los contenedores estaban abiertos y de que había mármol roto, la mujer tomó fotografías y avisó a Gonzalo. El joven se presentó el 3 de octubre de 2012 a verificar el estado del envío e indicó a la SEUR que una persona de México se presentaría en las instalaciones para revisar la mercancía.
“Es claro que nunca vamos a obtener una prueba directa que nos lleve a la afirmación de que Conteras sabía, y estaba concertado con los cárteles mexicanos de la droga, en la importación de tan importante partida de cocaína y metanfentamina y, es sabido además que no suele tenerse un reconocimiento de hechos cuando la penalidad es tan elevada y no se pueden llegar a acuerdos beneficiosos. Por ello hay que recurrir a la prueba de indicios, prueba hábil para vencer la presunción de inocencia como es sabido, que se lleve a afirmar, que a partir de lo que son datos fácticos, absolutamente acreditados, que sabía lo que estaba haciendo”, dice la sentencia.
Los jueces argumentan que la versión inverosímil de los acusados, fue tomada en cuenta como un indicio en su contra.
“Pensar que todo el mundo es bueno y se presta, por bondad de ánimo, a servir de cabeza a una operación de importación de drogas sin saber, pues lo que cree que está importando es mármol. Es increíble la actuación y no se entiende sino es, desde la base del conocimiento de lo que estaba haciendo, en que colaboraba de manera activa y qué estaba introduciendo a España, de lo que este Tribunal no tiene duda alguna y entiende que la prueba ha vencido el principio constitucional de inocencia que venía amparando al acusado, por lo que procede dictar en su contra sentencia condenatoria”, agrega el documento.
Uno de los argumentos principales de la sentencia es que Gonzalo es culpable, porque cuando se remite la droga por correo, o cualquier otro sistema de transporte y el acusado participó en la solicitud y operación de la importación o es el destinatario, las leyes españolas lo consideran como un delito consumado, por tener posesión inmediata de la droga remitida.
“El tráfico existe desde que el remitente pone en marcha el mecanismo de transporte previamente convenido con el receptor, por entenderse que la droga quedó sujeta a la voluntad de los destinatarios en virtud del acuerdo alcanzado”, dice la sentencia.
El 21 de octubre de 2015 Gonzalo escribió una carta a la Embajada de México en España, en la que pide ayuda para demostrar su inocencia. Afirma que fue utilizado por narcotraficantes desconocidos como un “gancho ciego”, que utilizaron su cargamento de mármol para esconder drogas.
En la misiva dirigida a “Señor Cónsul” Gonzalo le informa que no recibió visita de ningún funcionario mexicano, como le habían dicho, y pregunta cómo la Embajada de México en España, le puede ayudar.
“Como sabrá usted muy bien, los cárteles y narcotraficantes de nuestro país, en no pocas ocasiones, hacen uso de personas que nada tienen que ver con el mundo de la droga o la delincuencia, para conseguir sus objetivos lucrativos o de otra índole. Esto es el llamado ‘gancho ciego’. Y precisamente es lo que pasó a mí. Por supuesto ignoro quiénes son los autores de lo que me ha traído hasta aquí, aunque reconozco que, si lo supiera, quizás no estaría dispuesto a decirlo por la seguridad de mi familia en México. Aunque, por otro lado, de saberlo no podría afirmar no ser culpable. Pero en este caso, irónicamente, me enfrentaría a una condena menor de la que pesa sobre mi espalda actualmente”, le dijo en la misiva.
Gonzalo Contreras le explicó al Cónsul que verse “arrebatado de nueve años de su vida, no siendo culpable, es intragable. Por no decir atroz”.
“Siento que los sueños y anhelos que tenía antes de entrar se vuelven más difusos y los veo más lejanos. Por momentos me encuentro privado de la fuerza vital de empuje con la que encaraba la vida, con la expectativa de un futuro brillante”, escribió.
Una vez, la carta de Gonzalo evidenció la diferencia que hizo el Gobierno mexicano entre su caso, y el de Moreira al informar que no había recibido la visita de ningún funcionario mexicano como le habían dicho.
El reportaje de El País publicado el 22 de febrero de 2016 da detalles sobre el caso Humberto Moreira.
“El interés de la embajada por la situación del populista político mexicano no terminó ahí. El lunes 18, dos días y medio después de la detención, el cónsul de México en Madrid se trasladó hasta la prisión de Soto del Real para visitar al reo. El cónsul visita con frecuencia a presos nacionales, pero fuentes penitenciarias aseguran que sus visitas no se producen ‘con tanta celeridad’”, planteó el diario español.
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AHORA, A EMPEZAR DE CERO
Gonzalo Contreras ya está en México y el sueño que se volvió una pesadilla en España, terminó.
Llegó al país ibérico en agosto de 2007 para estudiar una Maestría en Relaciones Económicas y Comercio Internacional. Luego de concluir sus estudios trabajó becado en la Escuela Universitaria del Real Madrid.
“Mis aspiraciones no fueron económicas. No te voy a mentir: me quería ir a Europa con la finalidad de conseguir algo más, pero no era el dinero lo que me cegaba. Mucha gente puede decir que vi la opción de ganar dinero fácil y que por eso dije que sí, pero no es así. Trabajando me podría haber ido muy bien”, dijo en entrevista.
A Gonzalo empezaba a irle muy bien cuando cayó preso, recuerda. Tenía buenos contactos y en ocasiones ganaba al mes hasta 3 mil 500 euros.
“Para una persona de 24, 25 años, está súper bien”, consideró.
Pero sus sueños quedaron truncados luego de su tiempo en prisión. Ahora en México empezará de cero, porque en la cárcel trabajó en la tienda del lugar para comprar artículos de aseo personal y para ayudar a su madre a pagar los gastos de sus abogados.
Además, dijo, de ese trabajo dependía poder salir al menos dos veces al año, pues a diferencia del trato que le daban a los españoles que podían salir cada cuatro meses por buena conducta, él debía interponer recursos y pagar abogados para obtener el beneficio.
“No era español, me negaban los permisos y tenía que gastar. Llego sin dinero, sin un colchoncito para empezar de nuevo”, explicó.
Durante los años que Gonzalo estuvo en España, en México se desató la llamada guerra contra el narcotráfico con un saldo de miles de muertos, desaparecidos y desplazados.
Pero Gonzalo afirmó que la realidad del nuevo México, a unos días de llegar, aún no la asimila. Apenas se adapta a su nuevo espacio y a la oportunidad de moverse con libertad.
“En la cárcel mi rutina era muy básica y sencilla. Ahorita hay cosas que se me hacen asombrosas, que no termino de encajar bien dentro de mi cabeza. Saber que tengo tantas posibilidades de hacer tantas cosas. En prisión era blanco y negro todos los días”, dijo.
Gonzalo consiguió su libertad y desde México seguirá luchando por demostrar su inocencia.
“No sé a qué me voy a dedicar. Me gustaría seguir intentando limpiar mi nombre, porque puede ser que me perjudique si quiero buscar trabajo, que espero que no. Por si acaso voy a seguir con esa lucha”, detalló.
El joven planea acudir a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con la ayuda de sus abogados.
“Lo intentaré. Que me pase a mí lo aguanto, pero que le pase a más gente no, porque la gran mayoría de los mexicanos que van a España o Europa en general, van a estudiar, a pasear, a dejar ahí su dinero y lo hacen de buena fe, sin malas intenciones; y me molestaba tanto que se nos tengan como si todos fuéramos narcotraficantes, porque la verdad no es así”, argumentó.
VOTAR PARA CAMBIAR LAS COSAS
Gonzalo llegó a México el 7 de febrero y un día después acudió a un módulo del Instituto Nacional Electoral (INE) para tramitar su credencial de elector.
“Me da mucho gusto regresar a México para este momento crucial del país. Hoy más que nunca tengo ganas de votar. A lo mejor mi voto no cambiará nada, pero si hay algo que puedo hacer por mi país es votar”, dijo.
El joven queretano llega a México con la elección presidencial a unos meses, y aunque aún no revisa las plataformas electorales de los aspirantes a la Presidencia de la República para tomar una decisión y “votar por convicción por alguno de ellos”, está convencido de que debe votar porque “cada país tiene el Gobierno que se merece”.
“Y si la gente no vota, luego no te puedes quejar de que el país lo lleven, como lo llevan”, dijo.