El Inegi informó que que el 52.9 por ciento de la población económicamente activa estuvo ocupada en el primer trimestre de 2016, por lo que la tasa de desocupación registró un ligero descenso frente al trimestre anterior al pasar de 4.2 por ciento a 4.3 por ciento. El número de personas que trabajan en el sector informal representó el 57.4 por ciento de la población ocupada.
Ciudad de México, 13 de mayo (SinEmbargo).– El 52.9 por ciento de la población económicamente activa estuvo ocupada en el primer trimestre de 2016, por lo que la tasa de desocupación registró un ligero descenso frente al trimestre anterior al pasar de 4.3 por ciento a 4.2 por ciento.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el primer trimestre un total de 50.8 millones de personas se encontraban ocupadas, cifra mayor en 973 mil personas a la del primer trimestre de 2015.
El número de personas que trabajan en el sector informal sumaron 29.1 millones de personas, un crecimiento de 1.5 por ciento respecto a igual periodo de 2015 y representó el 57.4 por ciento de la población ocupada.
De manera detallada, 13.7 millones conformaron específicamente la ocupación en el sector informal, cifra que significó un aumento de 1.7 por ciento anual y constituyó 27.1 por ciento de la población ocupada.
De la Tasa de Ocupación en el Sector Informal, 2.3 millones corresponden al servicio doméstico remunerado; 5.7 millones al ámbito agropecuario, y otros 7.4 millones al de las empresas, gobierno e instituciones.
“La Tasa de Informalidad Laboral se refiere a la suma, sin duplicar, de los que son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, con aquellos cuyo vínculo o dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo”, explicó el Inegi.
Para el ciudadano común, aquel que no sabe sobre temas de cuenta corriente, inflación, superávits, Producto Interno Bruto (PIB), política monetaria, confianza del consumidor, entre otros tantos términos económicos, pero que independientemente tiene y busca un ingreso para alimentarse (bien o mal), la ocupación laboral informal será su única opción. Tan sólo al cierre del año pasado se reportó un nuevo repunte no visto en años.
En abril pasado, un análisis de BBVA Bancomer puntualizó que el elevado grado de economía informal existente en México se ha convertido en el principal obstáculo para el crecimiento de la nación.
“El problema más serio es la informalidad del país, mientras la informalidad no se resuelva es imposible que el crédito traiga niveles de penetración como en otros países”, dijo el director general de BBVA Bancomer, Eduardo Osuna, filial de la española BBVA y la primera entidad financiera de México.
De acuerdo con los analistas, la población mexicana que labora en el sector informal equivale a toda la población de países como Perú, Arabia Saudita o Venezuela, o bien la de cinco países juntos: Paraguay, El Salvador, Dinamarca, Finlandia y Noruega.
En septiembre de 2014, el Presidente Enrique Peña Nieto lanzó el programa “Crezcamos Juntos” para incorporar a la economía formal a los trabajadores y empresas informales.
A través de beneficios fiscales, el Gobierno federal pretendía reducir la informalidad, ya que esto último entre otras cosas limita la recaudación fiscal y concentra la recaudación en los trabajadores cautivos, que para el caso son 4 de cada 10.
Con un potencial nuevo ajuste al crecimiento económico de México para este año, el empleo informal aumentará y quizá harán falta más plazas públicas, cruceros vehiculares para los vendedores informales. Con todo y “Crezcamos Juntos” el número sigue creciendo.
Respecto a la población subocupada, el Inegi informó que llegó a 4 millones de personas en el trimestre de 2016, para una tasa de 7.9 por ciento respecto a la población ocupada, proporción inferior a la de igual periodo de 2015, que fue de 8.1 por ciento.
Por entidad federativa, los estados que tienen las mayores tasas de participación en la actividad económica son Colima con 67 por ciento; Quintana Roo, 66.9 por ciento; Baja California Sur, 66.3 por ciento; Nayarit, 63.6 por ciento; Yucatán 63.2 por ciento; Jalisco, 62 por ciento; Sinaloa y Sonora con 61.9 por ciento cada uno.
En contraste, las entidades que durante el primer trimestre de 2016 observaron las tasas de desocupación más altas fueron Tabasco con 7.2 por ciento; Ciudad de México, 5.7 por ciento; Sonora, 5.1 por ciento; Tamaulipas, 4.9 por ciento y el Estado de México con 4.8 por ciento.