La movilización nacional contra las violencias machistas reunió este domingo a miles de mujeres en diferentes ciudades del país. El lema #VivasNosQueremos sirvió para hacer visibles agresiones sexuales en todos sus niveles: desde el acoso callejero hasta los feminicidios.
Ciudad de México, 25 de abril (SinEmbargo).– “¿Pues qué le hizo para que la trate así?”, fue lo que el juez le respondió a Carmen Zamora cuando ella lo cuestionó sobre los avances de su caso. Durante ocho años, Carmen ha presentado denuncias y pruebas para que su violador –su esposo– sea consignado. Tras visibilizar su caso por medio de las redes sociales y no desistir en el proceso penal, lo logró: desde hace un mes, Claudio Baruch Alarcón Muñoz está recluido en el penal de Chiconautla, en Ecatepec, Estado de México.
Actualmente, el temor de Carmen es que sea liberado: “Si sale, me va a matar”. Zamora protestó ayer en contra de la violencia machista, al lado de Irinea Buendía, otra mujer originaria del Estado de México, cuya hija no alcanzó a denunciar a su agresor, porque un día “apareció” muerta. La conclusión de las autoridades judiciales mexiquenses fue que Mariana Lima Buendía se había suicidado, pero cuatro años después, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenó a las autoridades locales investigar el caso con perspectiva de género.
Las historias de Carmen y Mariana son un par entre los miles de feminicidios registrados cada día en México. Tan sólo de 2012 a 2013 fueron asesinadas 3 mil 892 mujeres, de acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. De este total, 613 fueron investigados y las sentencias no superaron el 2 por ciento. En el Estado de México, ni siquiera decretar la Alerta de Violencia de Género contra las mujeres en 11 municipios ha bastado: casi un año después los resultados son nulos y las víctimas, sus familiares y los activistas todavía se preguntan en qué ha sido invertido ese dinero.
Es por esto que ayer miles de mujeres se manifestaron en al menos cinco estados de la República Mexicana bajo la etiqueta #VivasNosQueremos para denunciar el acoso, maltrato y las agresiones cotidianas de las que son objeto. Aproximadamente 27 ciudades del país se unieron a esta iniciativa promovida por organizaciones feministas, periodistas y académicas pro derechos de la mujer.
“Es muy importante que las personas ya empiecen a reaccionar. Hay toda una legislación a nivel nacional y de aplicarse no deberían ocurrir todas las cosas que ocurren”, afirmó Tamara Medina, oficial del Programa de Género y Derechos Humanos de Amnistía Internacional (AI).
La activista también destacó la magnitud de la movilización: “Nunca había ocurrido que en todo el país dijéramos ‘ya basta’”. La fecha de esta protesta se convirtió en tendencia en redes sociales con la etiqueta #24A; sin embargo, los organizadores aseguraron que la fecha no corresponde a la conmemoración de algún otro evento, “lo importante era hacerlo inmediatamente, en virtud de todo lo que ha estado ocurriendo”, precisó Tamara Medina.
EL RECORRIDO
La movilización de la capital del país empezó en el Palacio Municipal de Ecatepec, Estado de México, a las 10:00 horas. Este punto fue elegido porque el municipio mexiquense es el que registra el mayor número de feminicidios a nivel nacional, superando a Ciudad Juárez, Chihuahua, lugar en el que hace seis años eran asesinadas 60 mujeres por cada 100 mil habitantes.
Los manifestantes se dirigieron en caravana desde Ecatepec hasta Indios Verdes, en donde los policías del Metrobús les impidieron abordar ese servicio. El Sistema de Transporte Colectivo Metro fue utilizado como alternativa y más de un centenar de personas abarrotaron dos vagones para llegar hasta la estación Hidalgo, de la línea 3, mientras gritaban consignas como “Queremos vivas a todas las Mujeres, el pecado es creer en sus leyes”.
Tras cuatro horas de movilización, el contingente procedente del Estado de México fue recibido en el Monumento a la Revolución por grupos de ciudadanos, organizaciones civiles y estudiantes que habían estado reunidos en ese punto desde mediodía. En ese momento, a las 500 personas que iniciaron la marcha en el municipio mexiquense se les unieron centenares más y la protesta en la Ciudad de México ya constaba de miles de manifestantes.
Entre ellos se encontraba Valentina, una niña de 11 años que asistió a la movilización con su madre. “Queremos ser libres, no queremos acoso, no queremos que nos insulten y no queremos que nos toquen. Las mujeres tenemos nuestros derechos”, dijo al ser cuestionada sobre los motivos por los se encontraba ahí.
La marcha fue dirigida por un contingente de mujeres. Se hizo especial énfasis en que los hombres debían permanecer en la retaguardia porque este día las protagonistas eran ellas. A lo largo del recorrido hubo incidentes tanto con espectadores como con medios de comunicación, su presencia en la vanguardia de la manifestación no era bien recibida: un espectador no identificado que en cierto momento intentó ingresar al contingente fue obligado a abandonar la marcha y acusado de acosar a las manifestantes.
Una vez que llegaron al Ángel de la Independencia, leyeron un pronunciamiento final en el que hicieron un llamado a reeducar a la sociedad para cesar los mensajes de odio y los estereotipos de género. Asimismo, culparon al Estado de la violencia ejercida en su contra y ejemplificaron esta denuncia con casos como el de la activista Nadia Vera, asesinada junto a otras tres mujeres en la colonia Narvarte el año pasado; el de la periodista Andrea Noel, quien fue agredida sexualmente en la Condesa, y el de Ana Laura “Zunduri”, la joven que fue secuestrada y esclavizada en la delegación Tlalpan.
Las activistas organizadoras del movimiento recalcaron que “la movilización no se queda aquí, esto es sólo el inicio”, e hicieron un llamado a seguir participando por medio de las redes sociales y el portal. Para las víctimas, como Carmen Zamora, reunir a miles de personas que apoyaran esta causa significó esperanza: “Creo que después de esto (las autoridades) se van a poner a trabajar. Que vean que no vamos a permitir ni una mujer muerta más”.