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Arquidiócesis critica a partidos por usar "cartuchos quemados, juniors y dinastías familiares"

10/04/2016 - 8:50 am

La Arquidiócesis de México planteó en su editorial "Otra vez a votar" los dilemas que enfrente el electorado de 13 estados y de la Ciudad de México que votará para elegir 12 gobernadores, 388 diputados de mayoría y representación proporcional, 965 ayuntamientos y 60 diputados a la Asamblea redactora de la Constitución de la capital del país ante una clase política desgastada y cuestionada que recurre a "viejos candidatos, funcionarios señalados, cartuchos quemados, juniors y dinastías familiares, sea en solitario o al amparo de coaliciones kafkianas".

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Ciudad de México, 10 de abril (SinEmbargo).– La Arquidiócesis de México planteó los contrastes entre los niveles de pobreza alojados en las entidades que celebrarán elecciones en junio próximo y los gastos, dispendio de recursos y prerrogativas exorbitantes que son destinados a los partidos políticos, ante lo cual propuso contemplar con seriedad la posibilidad de un recorte presupuestal a estos institutos, "sobre todo cuando el gobierno federal ha hecho un enorme recorte al gasto público".

"El padrón convocado [a elecciones] representa el 45.40 por ciento de los mexicanos en edad para votar, y llama la atención el porcentaje de pobreza alojada en las entidades sufragantes: 23 millones de pobres (casi el 42 por ciento del país) y 5 millones de personas en pobreza extrema (el 43 por ciento de quienes sufren estas condiciones en el territorio nacional). Evidentemente, estos porcentajes se contraponen a los gastos, dispendio de recursos y prerrogativas exorbitantes a partidos políticos y los resultados del sistema dedicado a los procesos electorales", refirió la Arquidiócesis en su editorial publicada en el semanario Desde la Fe.

En cuanto a los candidatos, dijo que el electorado tiene de frente los dilemas de una clase política desgastada y cuestionada. Agregó que en medio de la corrupción y opacidad, "todo se paraliza en las negociaciones legislativas, y los acuerdos se generan a raíz de los resultados en las urnas".

La Arquidiócesis criticó el que los partidos recurran a "viejos candidatos, funcionarios señalados, cartuchos quemados, juniors y dinastías familiares, sea en solitario o al amparo de coaliciones kafkianas". Dijo que las ideas políticas "son pura ilusión que se aferran a campañas huecas que persiguen el poder sin proponer".

Refirió que los costos multimillonarios del sistema democrático permiten el acceso a los tiempos públicos, en radio y televisión, "a partidos políticos y candidatos independientes sin creatividad propagandística, bombardeando al elector con basura política comercial, que raya en lo soez y prosaico".

"Definitivamente, no hay razón para permitir que los partidos políticos sigan derrochando inmoralmente los recursos de un país sumergido en la pobreza. Por ello, resulta inaplazable contemplar con seriedad la posibilidad de un recorte presupuestal a estos institutos políticos, sobre todo cuando el gobierno federal ha hecho un enorme recorte al gasto público. ¡Hoy no hay excusas!", dijo.

Sin embargo, agregó, la participación ciudadana es la mejor carta en la transformación y exigencia cabal a los políticos.

La Iglesia Católica criticó los resultados obtenidos a partir de la Reforma Electoral y cuestionó "el centralismo exagerado" del Instituto Nacional Electoral (INE) al atender elecciones federales, locales, controversias, fiscalización de recursos y validación de la democracia participativa, como es, dijo, la evaluación de iniciativas ciudadanas o consultas populares "para que, al final, sean rechazadas por el órgano electoral, como sucedió con las consultas sobre la Reforma Energética".

Indicó que aunado al debilitamiento de los Institutos locales electorales, el INE carga además con "la maltrecha, confusa, forzada y artificial Reforma Política de la Ciudad de México, esforzándose para llegar a los ciudadanos de la capital y elegir una Asamblea Constituyente que no naufrague el 5 de junio".

"En el mejor de los casos, y en el ánimo del elector, la extinción del Distrito Federal sólo quedó en una marca y raras siglas color rosa que adornan transportes públicos y papeles oficiales, sin incidir en la conciencia ciudadana sobre el significado de los comicios para la nueva Constitución que, aún antes de nacer, está en la palestra de los cuestionamientos cuando la izquierda fragmentada obedece a las ideologías destructoras de la dignidad de la persona, en lugar de dar cabida a cada uno de los derechos consagrados por la Constitución General de la República, entre ellos el de la vida", criticó la Arquidiócesis.

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