Orgullo + Prejuicio + Zombis llega para contarnos cómo Elizabeth Bennet y sus hermanas se hubieran encargado de los no-muertos. Por nuestra parte, te contamos todo lo que hay que saber sobre Jane Austen, una de las autoras clásicas más atemporales.
Por Marta Trivi, Canino Mag
Ciudad de México, 9 de abril (SinEmbargo/ElDiario.es).- Mark Twain odiaba muchas cosas y a Jane Austen por encima de todas ellas. La odiaba tanto que, como buen troll, dedicaba numerosas líneas en sus cartas personales a analizar de la forma más destructiva posible las novelas de su compañera inglesa. Para culminar, tenía pensado escribir un libro sobre la famosa autora simplemente para darse el gusto de odiarla delante de un público aún más amplio. Él era así.
Si Mark Twain viviera en la actualidad probablemente sería un hater y seguro que algún tuitero ya le habría cantado las cuarenta porque, seamos serios, algo tiene que tener Jane Austen para que casi doscientos años después de su muerte siga estando entre las autoras más leídas, adaptadas y reconocidas de la lengua inglesa. Algo tiene que haber en Orgullo y prejuicio (1813) para que sea la segunda novela más querida en el Reino Unido o en Emma (1815) para que Robert McCrum considere que es la séptima entre las cien mejores novelas jamás escritas en inglés.
Para muchos Jane Austen es una autora clásica, una autora importante a la que es mejor mantenerse a distancia porque sus libros deben de ser aburridos, inaccesibles o anticuados. Nada más lejos de la realidad. Las novelas de Austen son libros divertidos y atemporales, con personajes realistas y diálogos muy cuidados. Si estás interesado, pero aún no te atreves a abrir uno de ellos, aquí tienes 5 claves de lo que todavía te estás perdiendo.
Realismo y costumbrismo en la Inglaterra del siglo XIX
Austen seguía la máxima «escribe sobre lo que conoces» en su forma más literal. Sus siete novelas (estoy incluyendo aquí Lady Susan -1805- a pesar de ser una nouvelle) están ambientadas en la Inglaterra donde ella creció y vivió toda su vida. Sus heroínas, al igual que ella misma, pertenecen a familias de la burguesía territorial inglesa o a la nobleza más baja e insignificante (la llamada gentry) y sus personajes se mueven por escenarios (casas de campo, mansiones, pueblos pequeños) que la propia autora podría haber recorrido en vida.
Si Austen consigue llegar a la gente de diferentes países y diferentes clases sociales incluso hoy es porque, detrás de su retrato de las costumbres y rutinas de la burguesía inglesa, encontramos personajes sensibles con los que es muy sencillo identificarse y escenas que, con matices, son fácilmente exportables a cualquiera de nuestras vidas. Por ejemplo: ¿quién de nosotros —como Emma— no ha encontrado que sus acciones, realizadas con la mejor intención, acaban por volverse en su contra? ¿Quién —al igual que las hermanas Dashwood— no ha dudado de si fiarse de su cabeza o de su corazón?
Ironía, sátira y buenos diálogos
Algo difícil de creer, imaginando a Austen con un vestido imperio tomando el té en un lujoso salón, es que fuera una cachonda. Pero lo era. O eso es lo que reflejan sus novelas. Una mujer observadora, inteligente y mordaz.
Ya en sus primeras obras, recopiladas en tres volúmenes llamados Juvenilia (1922), hace gala de su mala leche, por ejemplo, cuando reescribe la historia de su país natal copiando la voz y el tono de sus libros de texto. Poco después, en La abadía de Northanger (1818), su primera novela, publicada de forma póstuma, se ríe de las exageraciones de la novela gótica y de lo melodramático de sus personajes.
La primera frase de Orgullo y prejuicio no es célebre por casualidad. Es una muestra de la ironía (no muy sutil, en este caso) que encontraremos en sus textos: “Es una verdad reconocida por todo el mundo que un soltero dueño de una gran fortuna siente un día u otro la necesidad de una esposa”
Mujeres reivindicando su voz
Aún hoy se debate sobre si Austen es una autora feminista o no.Los críticos con su figura destacan cómo sus novelas suelen acabar con sus heroínas vistiendo un traje de novia y cómo es un hombre —de buena posición, hay que añadir— el que siempre acaba por resolver todos los problemas de la trama. Y es cierto. Estas cosas pasan en las novelas de Austen pero hay que tener en cuenta que no está muy lejos de lo que pasaba en la realidad. La tranquilidad (que no la felicidad) de una mujer y de su familia pasaba porque esta estableciera un buen matrimonio que le permitiera mantenerse o subir en la escala social.
Sin embargo, el hecho de que sean las mujeres las que narren su historia o que sea a ellas a quien sigue el narrador es un paso de una importancia extraordinaria que no debe dejarse de lado. Las mujeres de Austen tienen tanto virtudes como defectos pero estos nunca las posicionan, ni intelectual ni moralmente, por debajo de ningún hombre. Las historias de Austen terminan con una boda porque, por desgracia, elegir a su marido era una de las decisiones más importante que podía tomar en su vida una mujer y es valioso que la historia de la literatura se detenga a repasar lo que eso les hacía sentir, al igual que se detiene en otras muchas experiencias típicamente masculinas.
Más allá de eso, las protagonistas de las novelas de Jane Austen muestran diversas inquietudes alejadas de la búsqueda de marido. En sus libros podemos escuchar fuertes opiniones femeninas acerca de la familia, la amistad, el deber, la moral, la importancia de la educación y la búsqueda de la felicidad.
Romance sin “amor romántico”
Uno de los problemas del romance en la literatura (y en el cine, si nos ponemos) es que recae en los mitos del amor romántico que tanto daño hacen a la sociedad. El concepto de “media naranja”, la idealización de los celos y la posesión y, antes que eso, el mensaje de que el amor lo puede todo, son conceptos tóxicos muy asentados en la población debido, en parte, a la ficción.
A pesar de que Jane Austen escribe lo que podría considerarse romance, en sus novelas encontramos que muchas veces el amor (en ocasiones identificado como pasión) termina siendo fuente de problemas o resulta imposible debido a las presiones sociales. Los celos y la posesión se identifican como sentimientos indeseables que muchas veces son provocados a propósito por personas mezquinas. Y, al final, la pareja de las protagonistas resulta surgir de la mezcla entre la opción más inteligente/conveniente y el hombre más virtuoso (cariñoso, inteligente, locuaz…). Los romances narrados por Austen pueden ser clasificados como realistas, más centrados en la identificación de un personaje con otro más que en el tópico de “los opuestos se atraen”.
Adaptaciones. Adaptaciones everywhere
Todas las novelas de Jane Austen han sido adaptadas múltiples veces tanto al cine, como al teatro y a la televisión, siendo las más destacadas la película Sentido y sensibilidad (1995) dirigida por Ang Lee con Kate Winslety Emma Thomson en los papeles protagonistas y la miniserie televisivaOrgullo y prejuicio (1995) con Colin Firth como el señor Darcy.
A pesar de que la miniserie Emma (2009) de la BBC lograra una postulación al Globo de Oro a su protagonista, Romola Garai, esta fiel adaptación sigue en segundo plano frente a la película Fuera de onda (1995) una reintepretación del clásico ambientado (muy ambientado) en los noventa que se ha acabado haciendo un hueco dentro de la cultura pop.
Muchas otras películas toman la figura de la autora o su legado cultural como premisa en sus tramas. La joven Jane Austen (2007) nos cuenta la relación entre Jane y Tom Lefroy, el joven irlandés con el que la autora no pudo casarse y Jane Austen recuerda (2008) nos presenta a la autora, ya en la cuarentena, afrontando diversos problemas familiares.
Persiguiendo a Jane Austen (2008), Conociendo a Jane Austen (2007) y En tierra de Jane Austen (2013) son tres producciones que exploran, con más o menos acierto, la importancia de la autora en la cultura popular, que no es poca. Sin ir más lejos, este 2016 nos trae dos estrenos directamente relacionados con sus novelas: Orgullo + Prejuicio + Zombis (2016) imagina qué habría pasado si Elizabeth Bennet, además de lidiar con sus hermanas y el idiota del señor Collins, se hubiera tenido que enfrentar a una horda de no-muertos, mientras que Love & Frienship (2016) adapta de forma mucho más fiel y fresca Lady Susan, la historia de una mujer dispuesta a todo por lograr que su sosa hija consiga un matrimonio beneficioso (para ella misma).
Mark Twain debe de estar revolviéndose en su tumba. Parece que la figura de Jane Austen está más presente y viva que nunca. Su sencillez, su sátira y su naturalidad siguen gustando e inspirando a lectores, escritores y fans de los zombis de todo el mundo.
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