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La paradoja del sexo en Japón: celibato y prostitución

20/03/2016 - 11:08 am

De acuerdo a la Agencia Nacional de Policía de Japón (NPA), a partir del 2011 hubieron más de 29 mil negocios relacionados a la industria del sexo: 10 mil negocios más que cuatro años atrás, en el 2007.

Foto: Archivo/Shutterstock.
Foto: Archivo/Shutterstock.

Por Nevin Thompson, traducción de Vanessa Peirano

Ciudad de México, 20 de marzo (SinEmbargo/Global Voices).– A fines de febrero del 2016, la oficina de censo de Japón anunció que la población del país ha experimentado una disminución neta, con más personas muertas que nacidas, por primera vez desde que el estado empezó a mantener estos registros en 1920.

La información llega en medio de noticias periódicas en medios de comunicación occidentales de que los japoneses están teniendo menos sexo que nunca . Algunos escritores occidentales hasta están preguntando por qué los jóvenes japoneses han dejado de tener sexo.

¿Cuánto sexo están teniendo los japoneses, a fin de cuentas, y ¿tener más sexo podría ayudar a Japón a mejorar su decreciente tasa de natalidad?

Primero, consideremos la disminución de la población de Japón. Durante los últimos cinco años (Japón realiza censos íntegros una vez por década, con un conteo parcial cada cinco años), la población de Japón disminuyó en cerca de 950 mil personas (por 0.7 por ciento) a 127.1 millones de persones. Cerca de un tercio de todos los japoneses son mayores de 65 años en el 2015. Para el 2050, casi el 40 por ciento será mayor de 65.

Para empeorar las cosas sobre el futuro de la población de Japón, la tasa de fertilidad del país está cerca de 1.41 nacimientos por mujer, lo cual pone al país por debajo de la “tasa de sustitución de la población” de aproximadamente 2.1 (el número promedio de hijos nacidos por mujer para reemplazar a la población por aproximadamente cuarenta años desde los 70s).

Entonces, el anuncio de la oficina de censo de una disminución neta en la población de Japón, ha sido previsto desde hace un buen tiempo.

Japón no es el único país en el mundo que experimenta este fenómeno. En Alemania, la tasa de fecundidad se mantiene por debajo de 1.5 hijos por mujer desde 1975, mientras que el Banco Mundial indica que Asia Oriental y la región del Pacífico están envejeciendo más rápido que cualquier otra región. En otras palabras, el “envejecimiento” de la nación es un reto global que no sólo Japón enfrenta.

El Gobierno de Abe tiene como objetivo “estabilizar” la población de Japón a 100 millones alentando a las mujeres (de alguna forma) a tener más hijos y mejorar la tasa poblacional de Japón.

El principal problema (dice la creencia popular, en todo caso) es que los japoneses ya no están interesados en tener sexo.

EL «SÍNDROME DEL CELIBATO»

En vez de compararla con sus pares como Alemania, la población de Japón usualmente es relacionada a la percepción de que los japoneses simplemente no están teniendo sexo. Aparentemente existe un nombre para este fenómeno en Japón: el “síndrome de celibato” (セックスしない症候群). Curiosamente, la entrada de Wikipedia para esta frase cita un artículo de The Guardian del 2013 como fuente primaria para el término.

Un artículo en japonés sobre el “síndrome de celibato” comienza por hacer referencia a un documental del 2013 de la BBC llamado “No Sexo, Por Favor, Somos japoneses.” La mayoría de resultados de búsqueda para “セックスしない症候群” parecen haber aparecido alrededor del 2013, y artículos de medios de comunicación propiedad de extranjeros tales como Huffington Post y China’s People’s Daily Online encabezan la lista de resultados en japonés.

La encuesta de Durex del 2006/07 aún es influyente

La idea puede haberse originado con el estándar de oro para la investigación sobre sexo, la Encuesta Global Sobre Bienestar Sexual. Llevada a cabo por la fabricante de preservativos, Durex en el 2006 y 2007, esta encuesta de casi una década atrás recogió las respuestas de 26 mil personas de 16 a más años, en 26 países sobre sus hábitos sexuales.

A pesar de tener casi 10 años, los resultados de la encuesta de Durex continúan siendo reciclados año tras año tanto por medios de comunicación occidentales como japoneses.

Por ejemplo, en un artículo del 2014 en la edición en linea de la revista Toyo Kezai, Sechiyama Kaku, un profesor de la Universidad de Tokio, cita el estudio de Durex del 2006/07 para argumentar que “Japón tiene uno de las frecuencias sexuales más bajas en el mundo.” (En el estudio de Durex, los encuestados japoneses informaron tener relaciones sexuales 45 veces al año, el número más bajo entre los 41 países encuestados.)

Dicho esto, un informe japonés poco conocido parece confirmar las conclusiones de Durex sobre la libido nacional de Japón. De hecho, Sagami, una empresa líder de preservativos en Japón, llevó a cabo su propia encuesta sobre sexo en Japón en el 2013. El blogger Yuta Aoki resumió los resultados de la encuesta de Sagami aquí en inglés. Aoki se dio cuenta que la más reciente encuesta de Sagami parece confirmar la conclusión de Durex: los japoneses informan tener poco sexo.

MATRIMONIOS SIN SEXO

Aoki notó que la encuesta de Sagami indica que las personas en relaciones en Japón (Durex encuestó a cualquiera que estuviese activo sexualmente) quizás estén teniendo sexo menos de 45 veces por año. Una encuesta del 2006 de Bayer encontró que las parejas casadas japonesas tenían sexo sólo 17 veces al año, en promedio.

Encima de ello, el estudio de Salami halló que 55.2 por ciento de parejas casadas se consideran así mismas como sin sexo. Los “matrimonios sin sexo” se han convertido en un tema candente en Japón en años recientes.

En una encuesta propia, la Asociación de Planificación Familiar de Japón encontró que la mayoría de hombres casados están muy ocupados o cansados por el trabajo para tener sexo. Las mujeres japonesas informaron que el sexo era “demasiado inconveniente.”

Sin embargo, lo interesante del estudio de Salami, dice Aoki, es que, en términos generales, las personas de Japón no tienen aversión al sexo: 83 por ciento de hombres solteros y 58 por ciento de mujeres solteras en sus 20s y 30s dicen que quieren tener sexo.

Aunque puede haber una serie de razones por las que algunas personas en Japón optan por no tener sexo, una aversión a las relaciones sexuales no parece ser una de ellas.

Hombres japoneses quizás estén teniendo sexo, sólo que no siempre con sus parejas

Es importante notar que, en el contexto de la encuesta de Salami, las personas en pareja que indicaron ser parte de un “matrimonio sin sexo” simplemente reportaron sobre si tenían o no sexo con sus parejas.

Lo que casi siempre queda universalmente sin reportar es el sexo extramarital, y sexo a cambio de dinero.

Según varias encuestas, entre 10 y 20 por ciento de hombres casados admiten tener sexo extramarital (不倫, furin) con las mujeres alrededor de la mitad de ese número. Entonces, aún si muchos japoneses son parte de un matrimonio sin sexo, no siempre es acertado decir que ellos no están teniendo sexo.

Además, muchos hombres casados en Japón también se valen del comercio sexual, industria que genera 5 mil de millones de dólares (5兆6,884億 円) en el país. Ciertamente, una minoría significativa de hombres heterosexuales casados en Japón escogen pagar por sexo.

Una minoría significativa de hombres japoneses quizás estén pagando por sexo

De acuerdo a la Agencia Nacional de Policía de Japón (NPA), a partir del 2011 hubieron más de 29 mil negocios relacionados a la industria del sexo (性風俗関連特殊営業, seifuzokukanrentokushueigyo)—10 mil negocios más que cuatro años atrás, en el 2007.

El comercio sexual de Japón consiste en una variedad de establecimientos y empresas, que incluyen prostíbulos (“soaplands”), salas de masaje, agencias de acompañantes y servicios de citas “pagados”.

En una encuesta llevada a cabo por MiW (una comunidad abocada a proveer apoyo y consejo a aquellos cuyos cónyuges se involucraron en sexo extramarital), 23 por ciento de los hombres casados encuestados en Tokio dijeron haber pagado por sexo.

Otra encuesta a cargo del Centro Nacional de Educación de Mujeres de Japón encontró que el 40 por ciento de hombres japoneses pagaban por sexo.

Entonces, aún cuando el “síndrome de celibato” en Japón pueda existir, quizás sólo sea entre parejas heterosexuales en relaciones de larga duración.

Gracias a la nueva política del gobierno de Abe, las mujeres en Japón están siendo colocadas en una situación de doble —o hasta triple—filo: las mujeres japonesas son alentadas a tener más hijos para incrementar la tasa de fertilidad del país y reducir la disminución de la población. Al mismo tiempo, las mujeres japonesas son alentadas a “lanzarse” y participar más en la fuerza de trabajo. Sin embargo, todavía se espera que las mujeres sean responsables por el cuidado de los hijos, a la vez que cuidan de parientes mayores.

Así que, aún si más sexo significa una mayor tasa de natalidad, para las mujeres japonesas podría significar más trabajo, y aún menos tiempo libre del que tienen ahora.

-Con investigación de Masae Okabayashi.

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