La tragedia de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa es la de los 27 mil ausentes, según la cifra de una guerra en la que no tenemos arte ni parte y que nos obliga a pagar con sangre y lágrimas los sucios asuntos de un sistema impiadoso
Ciudad de México, 10 de marzo (SinEmbargo).- Tardamos un poco en escribir bien la palabra Ayotzinapa: oscura ortografía de una ignominia histórica.
Muchos no demoraron tanto en descreer de la tragedia, en esa especie de anestesia colectiva que nace cuando la realidad resulta demasiado dura para aceptarla.
En un acto de lo que se conoce como “libertad de expresión”, no faltará incluso el que debajo de esta nota mande un correo anónimo diciendo: “se lo merecían por chairos”.
Sin embargo, como bien reza el dicho popular mexicano: no se puede tapar el sol con un dedo y pasará mucho tiempo antes de que la desaparición de 43 estudiantes normalistas en una escuela rural de Iguala, Guerrero, pueda verse como un hecho cotidiano, “natural”, de la realidad moderna.
Es más, si algún día eso pasara, si existiera en el futuro ese día en que para la humanidad fuera “normal, habitual”, que las fuerzas públicas de un pueblo, coludidas con el crimen organizado, se sacaran de encima a estudiantes molestos, desapareciéndolos sin más ni más y sin dar noticias de lo que pasó realmente hasta la fecha, habremos decretado nuestro fin como especie.
En el contexto de un crimen colectivo que sigue sin resolverse, que desde hace dos años tiene en vilo y en pie de lucha a las familias directamente afectadas, hay quienes ponen en duda la pertinencia de seguir mencionando el hecho. Encogiendo los hombros se preguntan y preguntan: si ya sabemos que no aparecerán, ¿para qué seguir?
Precisamente porque esa “certeza” es imposible de imponer a los padres, destinados a buscar a sus hijos por siempre jamás, es que la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Normal Isidro Burgos es hoy un símbolo que engloba a todos los desaparecidos del México contemporáneo.
El llamado a “pasar página” cuando aun no aparecen los desaparecidos, resulta cuanto menos una indiferencia muy cercana a la crueldad y a la falta de empatía con el prójimo que sufre.
Según el reporte oficial del Gobierno Federal, hay un registro total de 27 mil 659 desaparecidos, desde 2007 hasta el 31 de diciembre de 2015.
El Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) da cuenta que, de todos los casos, 989 están relacionados con el fuero federal y 26 mil 670 con el fuero común.
De acuerdo con las cifras del RNPED, 19.5 por ciento de los casos en materia de fuero federal corresponde a personas que están entre los cero y los 19 años edad, con un total de 193 registros al 31 de diciembre del año pasado.
Un total de 556 casos corresponden a personas que van de los 20 a los 49 años, equivalentes a 56.2 %, mientras que 47 de los 989 registros son de personas de 50 años o mayores, el 4.75 por ciento, mientras que en 193 casos no se especifica la edad de la víctima.
AYOTZINAPA 26
A esta juventud diezmada, está dedicada la película Ayotzinapa 26, que reúne 26 cortometrajes de cineastas, artistas conceptuales e ilustradores de diversos países como México, Argentina, Francia, Brasil y Bélgica.
Se trata de un llamado de exigencia para encontrar la verdad, lograr justicia y reparación por los 43 estudiantes de Ayotzinapa y por las más de 27,000 personas desaparecidas en México, se anunció.
Los participantes son: Fernando Eimbcke, Abraham Escobedo Salas, Dr. Alderete, Paula Markovitch, Aarón Fernández , Julien Devaux y François Olislaeger, Pablo Gasca, Jorge Bolado, Sergio Ortiz Borbolla, Luis Felipe Alanis, Christiane Burkhard, Alberto Reséndiz , Viviana García Besné y Mónica Lozano, Ricardo del Conde, Hari Camino, Ludovic Bonleux, Lucía Gajá y Emilio Ramos, Bruno Bichir, Mariana Rodríguez, Sebastián Hoffman, Jaime Ramos, Hari Sama, Alejandro Iglesias, Marcello Sahea, Joshua Gil y Kenya Márquez.
El filme se proyectará hoy en la Sala Julio Bracho del Centro Cultural Universitario a las 18:00 horas y para su presentación contará con la presencia de miembros de la Amnistía Internacional, la entrada será gratuita, con cupo limitado.