La empresa estatal que aporta hasta 29 por ciento de los ingresos del Gobierno de México atraviesa por su peor momento. Es notorio que la misma Federación está en una carrera por quebrarla, advierten analistas.
Ciudad de México, 1 de marzo (SinEmbargo).– Petróleos Mexicanos (Pemex), empresa del Estado que aporta hasta un 29 por ciento de los ingresos del Gobierno federal, vive lo que expertos consideran puede ser el peor momento de sus casi 78 años: un informe de 2015 presentado ayer muestra que, a la presión internacional por la caída de los precios del petróleo, se suma una producción en declive de crudo, gas natural y petroquímicos.
El resultado hasta diciembre de 2015, de acuerdo con el informe entregado ayer a sus inversionistas a través de la Bolsa Mexicana de Valores, es una reducción en las ventas totales de 28 por ciento, aumento del 19 por ciento en el costo de la producción y, en total y pérdidas 522 mil millones de pesos; casi el doble de las registradas en 2014.
A esta disminución de los ingresos de la hoy denominada empresa productiva del Estado se suma un recorte de cien mil millones de pesos anunciado el pasado 17 de febrero por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP); medida que, de acuerdo con lo anunciado ayer por el nuevo director general de Pemex, José Antonio González Anaya, se enfrentará con una reducción de 46 mil 800 millones de pesos en Exploración y Producción (PEP), su principal fuente de ingresos.
Pero la medida, dice la analista Miriam Grunstein, es una forma “muy agresiva” de forzar a la empresa a buscar recursos propios y a utilizar los instrumentos previstos en la Reforma Energética para estimular una mayor participación de la inversión privada.
Y es también, dice el profesor en Políticas de la Energía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Víctor Rodríguez Padilla, parte de la política de la actual administración federal encaminada a “quebrar” a una empresa que todavía, dice, es la fuente de la tercera parte de los ingresos del presupuesto federal.
“Es su peor momento”, dice Rodríguez Padilla en entrevista.
“Porque por un lado se acumuló el precio del petróleo, pero eso fue lo que precipitó una pésima gestión de la empresa en los últimos años, desde 2008, que empezaron a querer privatizar. Es una gestión a propósito para llevarla al punto de la quiebra (…)
La caída en los precios del petróleo nada más precipita la mala administración, pero ya venía una mala intención de destruir a Pemex para justificar la Reforma Energética”, agrega.
LOS AJUSTES
El titular de Pemex dijo ayer a los medios que, ante los ajustes, se priorizará la selección de los proyectos de exploración y producción más “rentables”, por lo que se diferirán inversiones en campos terrestres, no convencionales y aguas profundas.
Pero el declive en la producción y exploración de reservas es ya tan marcada, dice la Auditoría Superior de la Federación en su más reciente informe, que lo que está en riesgo es el abasto de la demanda nacional de hidrocarburos y, con ello, la seguridad energética del país.
“De continuar la deficiencia operativa en PEP, se limitará la expansión de las reservas de petróleo y gas y los propios volúmenes de producción, lo que puede poner en riesgo el abastecimiento, ya que al no satisfacer la demanda nacional de hidrocarburos y derivados se incrementarían las importaciones afectando la seguridad energética, las principales industrias de consumo final y con ello a la población en general”, advierte el dictamen de la ASF sobre “Disponibilidad de Petróleo Crudo y Gas Natural”, incluido en el informe de evaluaciones sobre Desarrollo Económico presentado este mes.
Esta revisión al desempeño de PEP en 2014 por parte de la ASF arrojó déficits de hasta un 68.6 por ciento en la meta de perforación de pozos prevista, además del abandono de proyectos de extracción de gas shale.
OTRA VEZ LA CRÍTICA DEL EXTRANJERO
La situación de la principal empresa del Estado mexicano ha llamado la atención de los medios internacionales especializados, como The Financial Times, que el pasado 26 de febrero consideró que, “si Pemex fuera una empresa ordinaria, y no un pilar del presupuesto federal”, se consideraría en quiebra.
El medio atribuye la situación a un “hinchamiento” de 153 mil 85 empleados al término de 2014, que son, agrega, casi siete veces más que los que tiene la compañía estatal noruega Statoil, y por encima de un tercio más que los de compañías privadas como ExxonMobil, Shell o BP.
“Pemex presume costos que son hasta la mitad menores que los de las más grandes petroleras, pero su eficiencia la retrasa”, agrega.
Adrián Duhalt Gómez, investigador del área de Negocios Internacionales de la Universidad de las Américas de Puebla (UDLAP), explica que el recorte en la exploración afectará la producción al grado de que podría bajar hasta dos millones de barriles de petróleo diario; volumen que hoy se encuentra en 2.2 millones.
“Pemex nunca había enfrentado un contexto tan complejo como éste, y el recorte pegara a muchas áreas importantes, como también Transformación Industrial, además de Exploración y Producción”, dice.
“Es la acumulación de ineficiencias de décadas y ahora han sido exacerbadas con la caída del precio. No es lo mismo operar cuando el barril está a cien dólares que cuando está a 25”, coincide.
Grunstein, por su parte, plantea que las implicaciones trascienden a Pemex debido a que no está claro cómo hará el Gobierno federal para sustituir los ingresos de una empresa encargada de aportar el 29 por ciento del gasto público.
“Es muy preocupante, por las implicaciones al país; no entiendo cuál es la estrategia de alimentación de las finanzas pública, qué va a sustituir estos ingresos”, dijo.
“No veo mal que se despetrolice la economía, pero sí con mucha preocupación con qué se va a alimentar: si no es con esto, ¿con qué? No se ha explicado”, agregó la también titular de la consultoría Brilliant Energy.
LA IMPORTANCIA DE PEP
En su reporte, la ASF recuerda que PEP tiene la responsabilidad no sólo de aumentar la producción de hidrocarburos, sino también el inventario de reservas con nuevos descubrimientos; disponibilidad de recursos, dice, que son la base del desarrollo de la industria petrolera. La disminución de estos inventarios, por tanto, ocasiona que se reduzca también la producción y sus derivados, motivando el aumento de las importaciones para atender la demanda nacional.
Pero PEP, advierte la ASF, no garantizó un superávit en la producción de petróleo crudo y gas natural suficiente para cubrir la demanda de petrolíferos, gas y petroquímicos, por lo que se tuvo que recurrir a crecientes importaciones. El motivo, explica, fueron principalmente las “deficiencias operativas en la perforación y terminación de pozos exploratorios y de desarrollo cuyos resultados afectaron tanto la incorporación de reservas como la extracción de hidrocarburos”.
Además, agrega la ASF, “los descubrimientos de reservas en yacimientos de aguas profundas y de shale no han sido significativas. La calidad del petróleo crudo entregado al Sistema Nacional de Refinación, a PMI Comercio Internacional y a Pemex Gas y Petroquímica Básica no fue la adecuada. Respecto de la competitividad, PEP logró optimizar los costos de descubrimiento, desarrollo y de producción; sin embargo, estos resultados en conjunto provocaron que la demanda nacional de petrolíferos, gas y petroquímicos básicos y no básicos no fuera satisfecha, por lo que Petróleos Mexicanos recurrió a crecientes importaciones para cubrirla”.
¿Y EL IMP?
Otras problemáticas detectadas por la ASF es que el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), creado con la finalidad de reforzar la investigación científica y la competitividad de Pemex, concluyó 23 proyectos cuya contribución a mejorar la eficiencia operativa de la empresa “no fue posible verificar”.
Por tanto, dice la ASF, y ante la “falta de vinculación de la investigación científica y la capacitación especializada de recursos humanos realizada por el IMP con las necesidades específicas de Pemex”, es necesario replantear su visión y operación.
“En opinión de la ASF, en 2014, el Instituto Mexicano del Petróleo, por medio del programa presupuestario E006 ‘Investigación en materia petrolera’ realizó proyectos de investigación científica y desarrollo tecnológico alineados con el Programa Estratégico y Tecnológico 2013-2027 y al Plan de Negocios de Petróleos Mexicanos 2014-2018, pero no midió la manera en que los proyectos contribuyeron a mejorar la eficiencia operativa de PEMEX. Además, se constató que el instituto realizó investigación científica, desarrollo tecnológico y capacitación especializada de recursos humanos en materia petrolera sin contar con un diagnóstico sobre el problema que pretende atender, por lo que no se aseguró que esas acciones contribuyan a resolver las necesidades específicas de Pemex”, concluye.
Otra observación es que, durante la Ronda Cero de la Reforma Energética, la Secretaría de Energía (Sener) asignó a Pemex la extracción de 95 campos que la empresa no había solicitado, “lo que representa un riesgo para garantizar el avance de su prospectiva de producir 2.5 millones de barriles por día de petróleo en los próximos 20.5 años y consolidar a Pemex, a efecto de contribuir al compromiso nacional de asegurar el abastecimiento de petróleo crudo, gas natural y petrolíferos que demanda el país”.