Cuando faltan 10 meses para que Javier Duarte de Ochoa deje la gubernatura, el priista tiene varios pendientes: El aumento de la deuda estatal, el pleito con la Universidad Veracruzana y las acusaciones de los pensionados y jubilados del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), sin dejar de soslayar las agresiones a periodistas y la violencia que ha dejado decenas de muertos y desaparecidos en la entidad.
Ciudad de México, 27 de febrero (SinEmbargo).– Esta semana, un fuerte rumor se extendió en el mundo de la política: se preparaba la renuncia del Gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa. Líderes de su partido, el Revolucionario Institucional (PRI), dieron pie a tal cosa y aunque horas más tarde se retractaron los rumores continúan y la presión por parte de la oposición también.
Todo inicio el pasado 17 de febrero con el informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que reveló en su más reciente informe que los recursos públicos destinados a las entidades federativas y a los municipios son tan deficientemente administrados que en 2014 hubo al menos 77 mil 380 millones de pesos en los que se detectó algún tipo de irregularidad u observación.
El documento muestra también un tabulador con lo que denomina “monto de las acciones con impacto económico” en las que ha incurrido cada estado, y en las que aparece Veracruz en primer lugar, con 14 mil millones de pesos pendientes de solventar en 2014 y, desde 2011, 35 mil 421.
El ente fiscalizador reclamó al Gobierno de Veracruz la devolución de al menos 721.9 millones de pesos producto de presuntas irregularidades en el manejo de fondos federales para obras en los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014.
Manlio Fabio Beltrones, presidente nacional del PRI, emplazó al Gobernador de Veracruz a rendir cuentas concretas y verdaderas ante los reclamos sobre corrupción que enfrenta.
Tras el informe, legisladores de oposición, especialmente el Partido Acción Nacional (PAN), a través de la junta directiva del Senado, envió una petición a la Cámara de Diputados para iniciar juicio político contra el Gobernador priista de Veracruz Javier Duarte de Ochoa, con base en el informe de la Auditoría Superior Federación.
Las denuncias por el desvío de recursos en Veracruz llegaron hasta los priistas quienes intentaron fijaron una postura al respecto, aunque después se retractaron.
Por ejemplo, el 23 de febrero, en entrevista con el diario Reforma, durante su visita a Villahermosa para apoyar a la candidata a la Alcaldía de Centro, Liliana Madrigal, Beltrones expresó: “Javier Duarte deberá de estar presentando, obviamente, cuentas concretas y verdaderas a los veracruzanos. Al PRI nos ocupa mucho cualquier señalamiento que se pueda hacer de bueno o mal gobierno y actuamos en consecuencia. En lo bueno, insistimos, y en lo malo, lo sancionamos“.
Las declaraciones de Beltrones comenzaron a crear especulaciones en la política y la prensa mexicana, quienes aseguraron que Javier Duarte tenía las horas contadas en Veracruz.
Al día siguiente, Beltrones corrigió, y aseguró que su expresión iba dirigida a todos los habitantes de esa entidad. Duarte de Ochoa hizo lo mismo y señaló que no dejaría la gubernatura.
“La declaración de hoy [de Beltrones] creo que mata la declaración de ayer y deja muy claro la postura del presidente del Partido Revolucionario Institucional a nivel nacional”, dijo Duarte.
El líder priista y el Gobernador dijeron que los rumores son por los tiempos electorales que vive el país. Aunque, en realidad, los rumores vinculan la caída de Duarte con los desvíos detectados por la Auditoria Superior de la Federación y que pueden ser solventados en los tiempos marcados por la Ley.
A 10 meses de que Duarte deje la gubernatura, el priista tiene otros pendientes: El pleito con la Universidad Veracruzana, quien denunció su gobierno por más de 440 millones de pesos que la institución ha dejado de recibir; y las acusaciones de los pensionados y jubilados del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), quienes califican al gobierno de Javier Duarte y a sus predecesores, Fidel Herrera Beltrán y Miguel Alemán, como “jinetes del apocalipsis” para el sistema pensionario, al cual llevaron a la quiebra por el mal manejo de recursos.
Sin dejar de soslayar las agresiones a periodistas y la violencia que ha dejado decenas de muertos y desaparecidos en la entidad.