En los últimos meses, luego de casi dos décadas de avances, la izquierda sudamericana experimenta un retroceso. Desde la elección como Presidente al empresario de derecha Mauricio Macri por encima del sucesor designado por Cristina Fernández. Mientras que en Brasil, la Presidenta Dilma Rousseff ha estado en el ojo del huracán por una ola de denuncias de corrupción, que también han salpicado a su antecesor Luiz Inácio Lula Da Silva.
CARACAS, Venezuela 23 de febrero (AP) — El Presidente venezolano Nicolás Maduro expresó el pasado lunes su solidaridad con su homólogo Evo Morales y afirmó que el estrecho margen que se evidencia en los resultados del referendo realizado el domingo es fruto de una campaña sucia orquestada por Estados Unidos para desacreditar al líder boliviano.
En un discurso televisado, Maduro afirmó que mientras Morales y sus aliados "están pidiendo paciencia, serenidad al pueblo de Bolivia" a la espera que se concluyan los cómputos, su gobierno viene enfrentando un complot, orquestado por "el imperio norteamericano que quiere destruir todos los procesos independientes, progresistas, revolucionarios de América Latina y el Caribe".
Los bolivianos votaron el domingo para decidir si cambian la Constitución de Bolivia para permitir que su actual Presidente se presente a una tercera reelección en 2019. Cualquiera de las dos opciones debe ganar con 50 por ciento más un voto.
Luego de contabilizado el 37 por ciento de las actas, el "No" obtenía 61 por ciento frente al 38.8 por ciento del "Sí". Morales se ha mostrado confiado de lograr remontar la desventaja una vez se sumen todos los votos.
"Hay una amenaza contra los procesos populares revolucionarios de cambio porque la derecha latinoamericana unida al ombligo del imperio norteamericano no respeta las reglas del juego. Miren lo que le hicieron a Evo, una campaña sucia", indicó Maduro, quien comentó que horas antes conversó telefónicamente con el mandatario boliviano.
"Evo Morales es el líder más honesto que jamás haya conocido Bolivia. Es un líder íntegro y vienen a acusarlo de una cantidad de cosas que no tienen nombre, todos días. Una campaña todos los días contra Evo, para destruir a Evo y destruir el proyecto de los pueblos originarios de Bolivia", comentó Maduro, quien señaló un escándalo en que relacionan a Morales con una mujer con quien tuvo un hijo que falleció. La mujer supuestamente fue contratada como gerente comercial en una empresa china que en años recientes se ha adjudicado contratos millonarios de proyectos estatales en ese país andino. La mujer ha negado que el gobierno de Morales influyese en su designación.
"El imperio estadounidense está detrás de la guerra sucia contra todos nosotros, quieren desgajar, destruir e instalar en América Latina y el Caribe otra vez la larga, oscura y horrorosa noche neoliberal imperial", insistió Maduro, cuyo país atraviesa una severa crisis económica y quien repetidamente dice que Washington y sus adversarios locales conspiran para desacreditarlo y justificar una destitución.
En los últimos meses, luego de casi dos décadas de avances, la izquierda sudamericana viene experimentando un retroceso.
En noviembre pasado, los argentinos eligieron como Presidente al empresario de derecha Mauricio Macri por encima del sucesor designado por la mandataria Cristina Fernández, otra estrecha aliada del ahora fallecido Presidente venezolano Hugo Chávez y de Maduro, su heredero político.
En Brasil, la Presidenta Dilma Rousseff, cuyos índices de aprobación en las encuestas son muy bajos, ha estado en el ojo del huracán por una ola de denuncias de corrupción, que también han salpicado a su antecesor Luiz Inácio Lula Da Silva.
El propio Maduro, en diciembre, fue estremecido por una derrota electoral. En esos comicios la oposición venezolana logró, por primera vez en 17 años, el control del Congreso al alcanzar 112 de los 167 escaños, mientras que el oficialismo obtuvo 55 diputados. A finales de diciembre, el Tribunal Supremo de Justicia suspendió a tres diputados opositores y uno del oficialismo por supuestas irregularidades en la elección, pero la coalición opositora mantuvo la mayoría en el congreso.