Los padres de los 43 normalistas desaparecidos no se reunirían con el Papa durante su visita a México. El único acercamiento que tendrían con el Pontífice sería el presenciar desde tres espacios en primera fila la eucaristía multitudinaria en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 17 de febrero. No obstante rechazaron esta oferta.
Ciudad de México, 16 de febrero (SinEmbargo).– Seminaristas, sacerdotes, religiosos y las miles de personas que acudieron al estadio Venustiano Carranza, en Morelia, Michoacán, realizaron un conteo –antes del arribo del Papa Francisco– por los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, desaparecidos en septiembre 2014, en Iguala, Guerrero.
En un video que circula a través de redes sociales se observa cómo varios religiosos organizan a las personas del estadio y realizan un conteo hasta llegar al número 43. Todo ocurrió cuando quedaban unos 40 minutos para que Francisco arribara. Entonces, el maestro de ceremonias rogó oraciones por las familias, los sacerdotes y las vocaciones y, a continuación, pidió un minuto de silencio por "los 43".
Tras unos segundos de silencio, se empezó a corear la cuenta del 1 al 43, la cual fue acompañada por los golpes de batería de los músicos que estaban animando la espera.
En un principio, el presentador pidió el minuto por "los 49", lo que hizo pensar a varios de los asistentes que se refería a los reos fallecidos en el motín sucedido el pasado jueves en el penal de Topo Chico (Nuevo León). Sin embargo, el presentador rectificó al momento, confirmando que el silencio se guardaría por los 43 estudiantes que desaparecieron el septiembre de 2014 en el sureño estado de Guerrero a manos de policías y miembros del crimen organizado.
Los 43 normalistas siguen desaparecidos, a pesar de las presiones internacionales para que el Gobierno de México dé con ellos. Las autoridades lograron capturar al capo más notorio del mundo, Joaquín “El Chapo Guzmán, pero no han logrado aclarar el asesinado de 43 jóvenes. La investigación realizada por el entonces Procurador Jesús Murillo Karam, la llamada “verdad histórica”, resultó un fiasco y fue desmontada por peritos y expertos extranjeros del Grupo Interdisciplinario de Expertas y Expertos Independientes (GIEI).
La cúpula clerical mexicana, por lo regular relacionada con la élite de poder en México, apenas se ha pronunciado sobre los 43 jóvenes desaparecidos por policías en una noche en la que hubo presencia de fuerzas federales. A niveles más bajos de la iglesia católica, sin embargo, otros religiosos sí han denunciado al Estado mexicano.
Los padres han solicitado que el Papa no se vaya sin pronunciarse o recibirlos. Pero se les respondió con un balde de agua fría.
El pasado 5 de febrero, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, informó que el Papa Francisco no se reuniría con los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, debido a la agenda “apretada” del líder de la Iglesia católica. "Varios grupos han solicitado una reunión con el Papa, incluidas las víctimas de violencia y sus familiares”, dijo Lombardi antes de que el Pontífice viajara a México.“El programa es apretado y duro”, agregó.
El día de ayer, Lombardi reiteró que el Obispo de Roma no tiene contemplado reunirse de manera particular con familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre del 2014 en el estado de Guerrero.
Al ser consultado sobre la postura de que no asistirán a la misa en Ciudad Juárez, Chihuahua al no tener un encuentro con ellos consideró:
"Es un poco extraño que se tenga que presionar, en particular al Papa. Por qué decir al Papa lo que tiene que hacer, si él habla por todos con gran comprensión y cercanía", dijo.
En su homilía de este martes, Francisco pidió la Iglesia en Michoacán evitar “atrincherarse” en la sacristía por miedo o resignación.
“¿Qué tentación nos puede venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la precariedad? ¿Qué tentación podemos tener nosotros una y otra vez, nosotros llamados a la vida consagrada? Al presbiterado, al Episcopado: ¿Qué tentación podemos tener frente a todo esto, frente a esta realidad que parece haberse convertido en un sistema inamovible?. Creo que la podríamos resumir con una sola palabra: Resignación”, dijo Francisco.
El Pontífice dijo que frente a esta realidad “nos puede ganar una de las armas preferidas del demonio, la resignación”.
“Una resignación que nos paraliza y nos impide no sólo caminar, sino también hacer camino; una resignación que no sólo nos atemoriza, sino que nos atrinchera en nuestras ‘sacristías’ y aparentes seguridades; una resignación que no sólo nos impide anunciar, sino que nos impide alabar. Una resignación que no sólo nos impide proyectar, sino que nos impide arriesgar y transformar”, agregó.
En días pasados la agencia Efe afirmó que los padres de los normalistas desaparecidos no se reunirían con el Papa durante su visita a México como lo pedían ellos. El único acercamiento que tendrían con el Pontífice sería el presenciar desde tres espacios en primera fila la eucaristía multitudinaria en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 17 de febrero. No obstante, rechazaron esta oferta.
Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los normalistas mencionó el día de ayer, 15 de febrero, que ven “muy lejana” la posibilidad de reunirse con el Papa Francisco y confirmó que no asistirán a la misa en Ciudad Juárez.
El abogado mencionó que las posibilidades de mantener un encuentro con el Papa se habían esfumado luego de que el domingo, día en que el Obispo de Roma tenía un espacio en su agenda, se reunió con hermanos jesuitas en la Nunciatura Apostólica.
Rosales dijo que el sábado los padres de las víctimas enviaron al Papa una carta a través de los hermanos jesuitas con el objetivo de que “en algún momento el Papa haga un pronunciamiento en específico de la problemática que enfrentan los 43 y sobre los miles de desaparecidos en el país”.
En esta misiva, que les hicieron llegar a través de los hermanos jesuitas, se describe la “crisis” abierta en el país a raíz de la desaparición de los jóvenes de la en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de 2014, a manos de autoridades corruptas y criminales.
En el escrito, firmado por el comité de padres de los 43, también hablan del “contexto político y de corrupción en las fuerzas de seguridad”, y se hace un recuento del dolor “ocasionado a los padres con el engaño” de la versión oficial y “la obstrucción de la justicia”.
Rosales destacó que los padres siguen “apostando por la reunión privada” y confirmó que no asistirán a “ningún acto público” que lleve a cabo el Pontífice.