La artista japonesa interviene Ciudad de México –otrora el Distrito Federal- para llenarla de un positivismo activo y convincente. En su arte y en sus palabras, nada suena hueco ni banal. El Museo Memoria y Tolerancia recibe a un ícono del arte contemporáneo del siglo XX
Ciudad de México, 3 de febrero (SinEmbargo).- Sigue cualquiera de sus instrucciones. Por ejemplo, toma un pequeño papel blanco, escribe a lápiz un deseo muy profundo, cuélgalo del árbol de los deseos y verás cómo de pronto el cielo se abre ante tus ojos.
Parece una brujería, justamente proviniendo de una mujer a la que han llamado “bruja” durante 50 años –como dijo ayer en la conferencia de prensa llevada a cabo en el Museo Memoria y Tolerancia- y la que conquistó el corazón del venerado John Lennon (1940-1980) con una de sus instrucciones.
Precisamente, en la muestra Tierra de esperanza que la artista inauguró ayer en el citado recinto museístico está la escalera con lupa que también presentó en el Guggenheim de Bilbao titulada “Pintura de techo” (Ceiling Painting) y que el Beatle más entrañable descubrió en la Indica Gallery de Londres, en 1966.
En ella se invita al espectador a subir mentalmente a la parte superior de una escalera blanca donde una lupa, sujeta con una cadena, cuelga de un marco colocado en el techo. El espectador utiliza la lupa para descubrir unas “instrucciones” en mayúsculas tras el cristal enmarcado, que dicen: “YES” (SÍ).
Lo positivo del mundo, los muchos sí que tiene la experiencia de la vida y con la que esta mujer pequeña y delgada, a punto de cumplir 83 años de edad, refrenda su imaginación fecunda, su apuesta por la paz, el sentido de comunidad y empatía que le permite creer que esta tierra imperfecta alguna vez será perfecta, gracias entre otras cosas al intercambio de energía humana y a los muchos sí que encuentras tras el cristal sólo si te atreves a subir una escalera.
“Encender un fósforo y vigilar hasta que se consuma”
“Dejar un trozo de tela o un cuadro terminado en el suelo o en la calle”
“Poner las sombras juntas hasta que se conviertan en una”
“Mirar el sol hasta que se ponga cuadrado”
“Haz una lista numerada de tristezas en tu vida / Apila las piedras que correspondan con esos números / Agrega una piedra cada vez que haya tristeza / Quema la lista y aprecia el montón de piedras por su belleza / Haz una lista numerada de alegrías en tu vida / Apila las piedras que correspondan a esos números / Agrega una piedra cada vez que haya alegría / Compara ese montón de piedras con el de la tristeza”.
En pequeños cuadros blancos sobre una pared, las palabras parecen saltar hacia el centro del cerebro. Siguiendo las instrucciones de Yoko Ono, el acto hace presencia. Dejas de estar sentado, inerme e inánime, en algún rincón olvidado del mundo y comienzas a formar parte de lo que hay alrededor.
UNA PROPUESTA PARA LA PAZ
Esa es la propuesta de una mujer artista que no tiene la ingenuidad como propósito y por eso comparte en la muestra Tierra de Esperanza, impulsada por el Proyecto Paradiso de la Comisión de Cultura Arzobispado de México 16 piezas originales que se exhibirán en la sala de exposiciones temporales, que dirige Linda Atach.
Son obras emblemáticas que hacen hincapié en lo efímero y la naturaleza desmaterializada de sus creaciones, mostrando piezas basadas en “instrucciones” que invitan al espectador a participar en el proceso creativo, congregando opiniones, experiencias e imágenes de mujeres y hombres mexicanos con el fin de explorar temáticas como discriminación, debates de género, la paz y la guerra.
Está “Imagina la paz”, una serie de mapas donde la artista ha destacado los puntos más violentos de México y hay una muy especial llamada “Arising” o “Resurgiendo” Agencia Reforma, para la que Yoko Ono invitó a las mujeres de cualquier edad, àra que envíen una imagen de sus ojos junto a una declaración sobre el daño que hayan recibido por ser mujeres.
El mensaje se puede firmar con un nombre de pila. Se pide no dar nombre completo, además. Luego se publicará un libro con una selección de testimonios e imágenes.
Considerada una de las artistas conceptuales más reconocidas y longevas del mundo, con más de 180 exposiciones y eventos en su haber, Yoko Ono expresa a través de diversas disciplinas artísticas su sentir sobre problemáticas que atañen a la humanidad, creando ex profeso para la Ciudad de México, una inolvidable muestra curada por Gunnar B. Kvaran, director del museo Astrup Fearnley de Oslo, Noruega.
Para celebrar la visita a México de la artista plástica y activista incansable, se sembrarán Árboles de los Deseos en el parque Cuitláhuac, fundando así el Parque de la paz como monumento vivo y permanente de Yoko Ono.
Simultáneamente se lleva a cabo una muestra extramuros en distintos espacios públicos de la ciudad con el apoyo y coordinación de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, Fideicomiso del Centro Histórico, el Sistema de Transporte Colectivo Metro, Grupo IMU, Festival Ambulante y el Bosque de Chapultepec.
La exhibición extramuros inició el pasado 26 de enero y se ubica en diversas zonas de la metrópoli tales como Reforma, Insurgentes, Tlalpan, Periférico, La Viga, Eje Central, Chapultepec, Iztapalapa y Polanco, por mencionar algunas.
“Sueña, siente, recuerda, imagina la paz”, son algunos de los mensajes autoría de Yoko Ono que, miles de personas han apreciado a través de una campaña instalada en más de 150 parabuses en la Ciudad de México.
“El objetivo de la exhibición extramuros es acercar al arte a todo el público posible y hacerlos participes del movimiento de paz que Yoko Ono intenta transmitir mediante sus creaciones, además de fomentar la interacción social ya que para la artista esto es muy importante”, destacó Edith Pons, Directora del Proyecto Paradiso.
“Camina de una habitación a otra
abriendo y cerrando puertas.
Hazlo muy lentamente.
a) imagina que abres y cierras
tu cerebro cuando lo hagas.
b) imagina que abres y cierras
tu corazón cuando lo hagas.
c) imagina que abres y cierras
la mente de la gente cuando lo hagas.”
“En la tarde, antes del crepúsculo,
aléjate lo más que puedas de tu casa
sin perderla de vista.
Obsérvala un tiempo.
Piensa en todas las cosas que han sucedido ahí
y en las millas que has recorrido en sus cuartos.
Un día, tal vez te mudes.
Un día, tal vez pases junto a ella.
Sé amable contigo esta tarde:
a) cómprate algo.
b) llévate a comer.
c) mira al espejo y date una sonrisa.”