ENTREVISTA | Vivimos durante 50 años con el sistema de TV equivocado: Nicolás Alvarado

25/01/2016 - 12:05 am

El periodista y escritor acaba de ser nombrado director de TV UNAM, al frente de la cual, asegura, privilegiará las coproducciones e inaugurará el sistema digital de televisión.

Nicolás Alvarado, un hombre de la televisión. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Nicolás Alvarado, un hombre de la televisión. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 25 de enero (SinEmbargo).– Quien tiene el privilegio de conocer de cerca al periodista y escritor Nicolás Alvarado sabe de su probidad moral y de su serio compromiso con la cultura que difunde en sus varios proyectos tanto televisivos como literarios.

Es un hombre que se ha formado en la televisión y que ha formado desde la televisión con una firme e indeclinable voluntad incluyente, sin concesiones.

Desde su espacio en el ahora acotado en el tiempo noticiero Hoy, conducido por Carlos Loret de Mola, Nicolás, nacido en ciudad de México hace 40 años, nunca rebajó el lenguaje para “hacerse entender” y jamás disfrazó su genuina erudición con una etiqueta de “muchacho cool” para ganarse fácilmente la audiencia.

Por esas razones y otras en las que no debe faltar la mención a su talento, gran parte de la comunidad cultural vivió con alegría su designación al frente de la  TV UNAM, un espacio desde donde intentará aumentar las coproducciones e inaugurará el sistema digital para una pantalla que requiere a gritos una transformación.

Nicolás Alvarado Vale –es hijo de la también conocida periodista Tere Vale- hizo estudios de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Iberoamericana. Es autor de los libros Con M de México, un alfabeto delirante y La Ley de Lavoisier (ambos editados por Norma).

Ha conducido diversos espacios culturales en la televisión mexicana como los programas La Dichosa Palabra, de Canal 22, y ReVerso, coproducción de Canal 22 con Televisa, participó también como comentarista de cultura en el noticiario Primero Noticias y dirigió la revista El Huevo.

En entrevista exclusiva con SinEmbargo, cuenta algunos de sus planes.

–¿Qué es la televisión para ti?

–La televisión es algo que rebasa el televisor, es decir, dicen que la televisión se está muriendo, lo que se está muriendo el televisor, que pronto será una pieza de museo de enseres domésticos. La televisión es un medio vivo que está en una transformación muy importante, que está enriqueciendo su lenguaje. Ya no hay dicotomía entre el lenguaje verbal y el visual. Internet echó por tierra esa dicotomía. Ahora utilizamos muchas herramientas para comunicarnos en la pantalla; pienso en la pantalla del teléfono, de la tablet, de la computadora. Esa es la nueva televisión, se compone de audio, de video, de foto fija, que tiene recursos como Instagram, Spotify…la nueva televisión, en consecuencia es una plataforma multimedia.

–La televisión es cada vez más personal, además.

–Es que la digitalización revolucionó el concepto de televisión, que fue una heredera de la radio. La radio eran esos muebles hermosos alrededor de los cuales se reunía la familia para escuchar los programas. Después fueron sustituidos por los televisores blancos o dorados. Eso, por desgracia y por fortuna, cada uno tiene su propia televisión en dispositivos que lleva en su bolsa o en el bolsillo. Un programa de televisión ya no es algo que dura una hora o media ahora y que aglutina a la familia, al menos no es sólo eso. La factura ha cambiado, los formatos y el lenguaje cambiaron.

–El que no entiende esa revolución, muere. ¿Lo han entendido los empresarios de medios?

–Creo que los empresarios tardaron en entenderlo en México y están empezando a entenderlo. Viví ese proceso trabajando en Televisa, que se tardó y que recién ahora está empezando a lidiar con el problema. No veo a Televisión Azteca ni siquiera empezando a lidiar con el problema. Creo que la televisión pública se vio rebasada por la tecnología.

Al frente de TV UNAM, intentará formar audiencias interesadas en la cultura y en los buenos contenidos televisivos. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Al frente de TV UNAM, intentará formar audiencias interesadas en la cultura y en los buenos contenidos televisivos. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

–¿Cómo es tu historia en la televisión?

–Bueno, nunca he trabajado en Canal 11, es la única televisora en donde no hice nunca nada. Aprendí a hacer televisión en Canal 22, cuando me llamó Enrique Strauss, quien hacía un programa que se llamaba Textos y Pretextos en el ya lejano 1998. Ahí conocí a un amigo entrañable, Pablo Boullosa. Nos volvimos cómplices y comenzamos a hacer un montón de muchas cosas. Cuando Enrique se convirtió en el director del canal fui convocado para conducir algunos programas y ahí aprendí a escribir televisión, dirigir y producir para la pantalla. Tuve muchos maestros como el propio Enrique, José Luis Aguilera, Froilán, Pablo Boullosa. Ahí también supe a ver la televisión como factor de formación de ciudadanía y en ese sentido Jorge Volpi fue una gran influencia para mí. Aprendí que la televisión y su lenguaje enfebrecido no sirven para educar, pero sí sirven para informar y entretener de manera inteligente.

Hay una frase muy buena de Umberto Eco que dice que no le da miedo lo que le hace la televisión a la gente, sino lo que le hace la gente a la televisión. Si los contenidos de la televisión son tan malos es porque eso es lo que sintoniza la gente y eso es lo que le permite vender publicidad. ¿Cuál es entonces la función de la televisión pública? Formar audiencias, enseñarle a los públicos a exigir una mejor televisión, mostrarles que hay otras maneras y esa es la escuela televisiva que me entusiasma. Trabajé un tiempo en Televisión Azteca, donde fui tratado, aunque no fue una empresa donde me sintiera cómodo. Trabajé un largo tiempo en Televisa y a pesar de que tiene varias cosas malas que tiene que cambiar en su pantalla, también tiene muchas cosas buenas. Es un lugar donde fui eminentemente libre para tratar los temas que quisiera de la manera que quisiera. Creo que es bien sabido que no soy precisamente un admirador del Presidente Enrique Peña Nieto y lo pude decir en todos los tonos posibles en Televisa, pero mejor aún, pude hablar de aborto, de homosexualidad, de Descartes, de Nietzsche o de Joyce.

–¿Cómo te sentías en ese espacio de las noticias, hablando de cultura?

–Me sentía muy bien, muy aceptado, muy respetado. Televisa supo valorar que lo que había hecho en Canal 22. Me gusta mucho lo que haces en la Dichosa Palabra fue lo primero que me dijo Carlos Loret de Mola cuando me llamó para invitarme. A partir de eso viví una historia de nueve años en la televisión privada, donde aprendí muchísimo, yo que soy un bicho de la televisión pública.

–¿Jorge Volpi es un modelo a seguir como funcionario público ahora que te nombraron director de TV UNAM?

–Creo que Jorge fue un extraordinario director de Canal 22 porque entendió que una función pública equivale a hacer políticas públicas y a construir ciudadanía. Él no era un hombre de televisión, pero tenía un proyecto de hacer políticas públicas y construir ciudadanos co-responsables en la sociedad y eso hizo mucho bien a Canal 22. Desde luego, Jorge Volpi es un modelo de gestión pública para mí.

–Quiero la BBC.

–Yo también, pero para eso tenemos que trabajar mucho. En 1950, el Presidente Miguel Alemán nombró a una comisión de dos formada por Guillermo González Camarena y Salvador Novo, para que hicieran una investigación en torno a qué tipo de televisión convenía al país. Le reportaron la existencia de dos modelos, la BBC del Reino Unido y el modelo privado de los Estados Unidos. Se eligió este último. El resultado fue que hasta el advenimiento de la televisión por cable la televisión estadounidense fue bastante mala. PBS (Public Broadcasting Service) es una señal extraordinaria, pero marginal. En cambio, en el Reino Unido es la reina, tiene un órgano autónomo de gobierno y la comercialización no es su objetivo principal. Tiene un presupuesto para forma audiencias, para armar grandes contenidos.

La televisión privada es buena porque tiene que competir con la BBC, que ya formó audiencias. ¿Cuál es el problema de no tener la BBC en México? El modelo. Crecimos con el modelo de televisión equivocada. La perversión intrínseca es el modelo no el señor Azcárraga, no el señor Salinas Pliego. Por suerte, con la televisión digital, el modelo está dejando de importar. Aunque mucha gente no lo crea, tengo una gran amistad con Carmen Aristegui. Una vez nos tocó dar juntos una conferencia en el CCC sobre televisión y nos empezamos a pelear, porque Carmen y yo nos queremos mucho pero estamos en desacuerdo en casi todo. De pronto, un joven, levanta la mano y nos dice que la discusión que estábamos teniendo era absurda, porque el futuro de la televisión es digital. Y tenía razón, estábamos teniendo una discusión de viejitos. El modelo sería de muchas pequeñas BBC, gracias a la plataforma digital.

–¿Llevarías a Carmen Aristegui a TV UNAM?

–Me encantaría, si pudiéramos llegar a un acuerdo de hacer un programa de periodismo de investigación. Ella es una extraordinaria reportera.

–¿Qué harás en TV UNAM?

–En principio, una plataforma digital y luego me gustaría mucho trabajar a partir de la propia UNAM. No quisiera hacer una televisión donde la UNAM se viera el ombligo, sino donde la UNAM fuera el centro. Por ejemplo, para entender la arquitectura o la Bauhaus, empeces por CU, porque CU es Mario Pani, Mario Pani son los multifamiliares Miguel Alemán, que a su vez son Le Corbusier, lo que nos puede remontar al Renacimiento o a la arquitectura clásica. Sería imposible entender el arte contemporáneo sin la aportación del MUAC. La UNAM es el gran centro de conocimiento de nuestro país, tanto científico como artístico y humanístico. Eso se tiene que ver reflejado.

Creo que TV UNAM ha hecho gran esfuerzo para ser una buena televisión cultural y creo que debe ser más que eso. Las artes necesitan un lugar y suceden cosas fascinantes en la UNAM, como mis dos primeros proyectos que me han caído, no es que yo los haya inventado. Uno es la visita de Peter Greenaway a la Cátedra Bergman, lo que representa una gran oportunidad para hacer un buen perfil de Greenaway. El otro es la intervención de Carlos Amorales de toda la comunicación en la Casa del Lago, lo que dará lugar a un documental sobre arte, lingüística, semiología y neurofisiología. Una historia fascinante que contar, de ese tamaño es la UNAM.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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