En documentos oficiales que fueron entregados en la Ventanilla Única Delegacional consta que la llamada Torre Mitikah del consorcio Fibra Uno, que tendrá 260 metros de altura y 504 mil 594 metros cuadrados de construcción, albergará a mil 520 personas en residencias (41 pisos) y otras 720 de alojamiento en un hotel de 14 niveles.
Además de los 55 pisos para alojamiento y viviendas (de las que 248 medirán entre 109 y 224 metros cuadrados cada una), Torre Mitikah dispondrá de tres niveles más para comercios, con una tienda “ancla” y cines. Seis sótanos serán destinados a los mil 567 cajones de estacionamiento. El conjunto contará con salón de usos múltiples, gimnasio y business center.
Por Francisco Ortíz Pardo
Ciudad de México, 16 de diciembre (LibreEnElSur).- Pese a la veda impuesta por el anterior Gobierno Federal, que prohibía la implementación de nuevos pozos de extracción en Ciudad de México dadas las afectaciones ambientales y los graves hundimientos que ya dejaron ver sus secuelas en el sismo del 2017, tanto el Sistema de Aguas de la Ciudad de México como la Comisión Nacional del Agua han avalado la construcción de un pozo para abastecer el macro desarrollo Mitikah, en la colonia Xoco.
Con base en documentos oficiales, Libre en el Sur dio a conocer en un reportaje publicado el 7 de diciembre del 2017 –hace justo dos años– que el edificio más alto de la Ciudad de México, de 60 pisos, que se construye en plena zona sísmica de transición en el antiguo pueblo de Xoco, en la actual Alcaldía Benito Juárez, albergará dos mil 240 personas que consumirán en conjunto el equivalente a 211 pipas de agua potable al día.
En documentos oficiales que fueron entregados en la Ventanilla Única Delegacional, cuya copia obra en poder de Libre en el Sur, consta que la llamada Torre Mitikah del consorcio Fibra Uno, que tendrá 260 metros de altura y 504 mil 594 metros cuadrados de construcción, albergará a mil 520 personas en residencias (41 pisos) y otras 720 de alojamiento en un hotel de 14 niveles.
Cada cuarto de hotel tendrá un consumo de 300 litros de agua al día y en cada vivienda se requerirán 200 litros. En suma, 211 mil litros de agua consumidos diariamente, solamente en esa torre: 2.44 litros cada segundo en una zona impactada desde hace una década por graves deficiencias en el suministro de agua.
La construcción de Mitikah y de las City Towers, levantadas en las colonias General Anaya, Santa Cruz Atoyac y Xoco, detonó un movimiento vecinal desde abril pasado de ese 2017, que escaló después del temblor del 19 de septiembre cuando se integró al colectivo Vecinos Organizados de la Benito Juárez, que exigió sin éxito una moratoria inmobiliaria y castigo para empresas de construcción y funcionarios corruptos.
El enojo tenía sustento: Los propios dueños de Mitikah reconocían en su página de internet que el desarrollo “aprovechará la infraestructura que ya existe, con una alta densidad”.
Bajo los registros de manifestación de construcción RBJC-0088-11 y RBJC-0216-11, cuyos detalles se habían mantenido en secreto, el Director Responsable de Obra 1744, Luis Antonio Rosales Villar, entregó a la Alcaldía Benito Juárez el 14 de octubre del 2011 la “memoria descriptiva” del proyecto arquitectónico de la Torre 2A, que es como se denomina a la Torre Mitikah.
Aunque Real de Mayorazgo 130, que es el domicilio oficial del predio donde se levantan cinco edificaciones en total, entre ellas la de 60 pisos, contaba con uso de suelo para inmuebles de cuatro niveles, un “proyecto de usos mixtos resultado de un polígono de actuación HM 60/50”, autorizado por la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda el 4 de septiembre del 2009 (DGAU.09/DEIU/052/2009), posibilitó la monstruosa obra en proceso.
Según la Mecánica de Suelos realizada por el ingeniero Juan Carlos Estrada Romero, hasta los 16 metros de profundidad del predio en que se asienta el conjunto hay depósitos aluvio-lacustres con 30 por ciento de agua.
De acuerdo con el Atlas de Riesgos del Gobierno de Ciudad de México, la mayor afectación del terremoto del pasado 19 de septiembre se dio en la zona de Transición –en la que está Mitikah— y la Zona Lacustre. “Se tienen dos lineamientos Inferidos, los cuales forman una barrera natural, en donde las ondas sísmicas quedan rebotando, haciendo que la propagación de las ondas se intensifiquen”, se explica.
Además de los 55 pisos para alojamiento y viviendas (de las que 248 medirán entre 109 y 224 metros cuadrados cada una), Torre Mitikah dispondrá de tres niveles más para comercios, con una tienda “ancla” y cines. Seis sótanos serán destinados a los mil 567 cajones de estacionamiento. El conjunto contará con salón de usos múltiples, gimnasio y business center.
Un ejemplo de la inviabilidad del conjunto, que en total tendrá 10 mil 233 cajones de estacionamiento solo en la primera etapa, es el hecho de que contará con “accesibilidad vehicular por el lado de la calle Real de Mayorazgo, con zonas de desembarque de pasajeros, accesos y salidas de estacionamientos y conexiones al resto del Distrito y pueblo de Xoco”, lo que implica un evidente estrangulamiento vial de esa colonia de angostas callejuelas.
El proyecto pone en su memoria descriptiva que la Torre Mitikah “posee una forma elíptica en planta”, la cual “es constante hasta el primer tercio y después comienza a reducirse hasta la punta”.
En enero de 2017 Libre en el Sur también reveló que Fibra Uno buscaba obtener en comodato del Gobierno de la Ciudad el uso de la calle Real de Mayorazgo para integrar a Mitikah con el desarrollo que planea en Avenida Universidad 1200, donde se encuentra un edificio catalogado por el INBA que albergó el Centro Bancomer.
Eso, que fue confirmado por Seduvi y más tarde por los hechos que derivaron en la tala de más de 60 árboles sobre el actual camellón, obligaría a que los autos que ingresen de Avenida Universidad pasen por debajo de la gran plancha y representaría otra concesión del espacio público al gran negocio privado.
Este sábado, la secretaria de Medio Ambiente capitalina, Marina Robles, reconoció la intención de construir un pozo de extracción en el interior del inmueble de lo que fue el Centro Bancomer, un edificio que por cierto se encuentra catalogado por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Aunque –aseguró— la construcción de dicho pozo estará sujeta a una consulta por parte de los vecinos de Xoco.
“La Comisión Nacional del Agua y el Sistema de Aguas de la Ciudad de México aprobaron el pozo como una de las obras de mitigación”, reconoció la funcionaria en entrevista con el diario Reforma.