El Canciller Marcelo Ebrard explicó que el documento se presentará ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el 22 de noviembre, en espera de que más naciones se unan al acuerdo propuesto por el Presidente López Obrador.
Ciudad de México, 16 de noviembre (SinEmbargo/EFE).- El Canciller mexicano, Marcelo Ebrard, informó este lunes que más de 100 países se han interesado en participar en el Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar propuesto por el Presidente Andrés Manuel López Obrador durante la reunión de seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“En este momento tenemos interés ya de más de 100 países de participar o de formar parte, o de aportar a este plan. Lo más relevante, o la relevancia de hacer un planteamiento de esa naturaleza en el Consejo de Seguridad cuando se llevan muchos años asumiéndose que la situación que el Presidente planteó, es que así es esa la situación habitual, la normal, no se debería de discutir, ya lo sabemos”, dijo el Canciller.
En conferencia de prensa desde Palacio Nacional, el Secretario de Relaciones Exteriores explicó que el documento se presentará ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la próxima semana, en espera de que más naciones se unan al acuerdo.
“Entonces, un llamado ético de ese calado, de esa profundidad, por supuesto que genera un gran interés en muchos países y vamos a presentar ese plan (…) En síntesis, la instrucción que nos dio el Presidente es presentar en la semana que inicia, el día 22 de noviembre, o sea, la próxima semana, es presentar ya el documento conceptual con los detalles correspondientes a todos los países representados en Naciones Unidas”, señaló.
Marcelo Ebrard agregó que durante la reunión de seguridad de la ONU, más de 47 países tanto los que son miembros permanentes como de los que no lo son del Consejo de Seguridad, se inscribieron para participar en el plan.
“Ese mismo día en cuanto conocieron el planteamiento, más allá de los que son miembros permanentes o no permanentes del Consejo de Seguridad”, dijo.
El pasado 9 de noviembre, el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se sumó al debate sobre la fiscalidad a las grandes fortunas mundiales y propuso un plan que consiste en tasar con un cuatro por ciento las grandes riquezas como receta para acabar con la pobreza.
En su esperado discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York, el Presidente señaló cómo estaría compuesto este “fondo” que llamó Plan Mundial por la Fraternidad y el Bienestar”: un cuatro por ciento “voluntario” que pagarían las mil personas más ricas del mundo, otro porcentaje similar pagarían las mil empresas más grandes y los países del G-20 destinarían finalmente un 0.2 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) al fondo.
Propone el Presidente López Obrador el ” Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar” con inversión de 1 billón de dolares anuales : 4% de los ingresos de las personas más ricas del mundo ; 4% de los ingresos de las 1000 corporaciones más grandes y 0.2% del PIB de cada país del G20
— Marcelo Ebrard C. (@m_ebrard) November 9, 2021
Con ello se recaudarían “un billón de dólares”, que serviría para sacar de la pobreza a los 750 millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares al día, según explicó en este discurso que dio aprovechando que México presidió el Consejo de Seguridad.
Aunque los detalles se desvelarán en los próximos días en la ONU, López Obrador dijo que para ser beneficiario de este fondo se requerirá “una tarjeta o monedero electrónico” que puede ser creado por el Banco Mundial (BM) o el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En ese entonces adelantó que los primeros destinatarios de los fondos serían los más ancianos y los niños con discapacidades, y serviría además para financiar becas de estudio y programas de aprendizaje profesional, así como para distribuir vacunas y medicamentos gratuitos.
Para animar a las contribuciones al fondo, López Obrador sugirió a la ONU que entregue una especie de “certificados de solidaridad” con los que se reconozca a “las corporaciones o personas que destaquen por su vocación humanitaria”.
Aunque no llegó tan lejos como afirmar que su país ha desterrado la pobreza, sí puso de ejemplo a su Gobierno por haber sido capaz de “desterrar la corrupción y destinar al bienestar del pueblo todo el dinero liberado”, y desgranó algunas de las iniciativas para favorecer, por ejemplo, el empleo juvenil y así “evitar la desintegración familiar y la pérdida de valores morales”.