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“Iota” se vuelve un monstruo de Categoría 5. Se acerca a Honduras y Nicaragua, y hay alerta máxima

16/11/2020 - 10:46 am

“Iota” es la trigésima tormenta con nombre en la extraordinaria temporada de huracanes del Atlántico de este año. También es la novena tormenta que se intensifica rápidamente esta temporada, un fenómeno peligroso que ocurre cada vez con más frecuencia. Esta actividad ha centrado la atención en el cambio climático, que según los científicos está provocando tormentas más húmedas, fuertes y destructivas.

Managua, 16 de noviembre (AP).— El huracán “Iota” se fortaleció rápidamente el lunes hasta convertirse en una tormenta de categoría 5 que probablemente provocará daños catastróficos en la misma parte de Centroamérica azotada por el poderoso huracán “Eta” hace menos de dos semanas.

“Iota” se ha intensificado sobre el Caribe occidental al acercarse a Nicaragua y Honduras. Los cazadores de huracanes de la Fuerza Aérea de Estados Unidos que volaron al centro de “Iota” midieron vientos máximos sostenidos de 260 kilómetros por hora (160 millas por hora), dijo el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

El meteoro se encuentra a unos 160 kilómetros (100 millas) al este-sureste de Puerto Cabezas, Nicaragua, y se mueve hacia el oeste a 15 kph (9 mph).

Las autoridades advirtieron que Iota probablemente llegaría a las áreas donde las lluvias torrenciales de “Eta” saturaron el suelo, dejándolo propenso a nuevos deslizamientos de tierra e inundaciones, y que la marejada ciclónica podría alcanzar entre 3,6 y 5,5 metros (12 a 18 pies) por encima de las mareas normales.

Temporada de tormentas ha generado inundaciones. Foto: AP.
El avance del huracán. Imagen: Especial.

En las áreas bajas de Nicaragua y Honduras, cerca de su frontera compartida, se estaban llevando a cabo evacuaciones ante la probable llegada a tierra de Iota. Los vientos y la lluvia comenzaron a sentirse en la costa nicaragüense el domingo por la noche.

“Iota” se convirtió en huracán la madrugada del domingo y rápidamente ganó más potencia. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos advirtió que probablemente llegaría a la parte continental de América Central el lunes por la noche.

El Centro de Huracanes dijo que “Iota” se encontraba a unos 35 kilómetros (20 millas) de la Isla de Providencia, en Colombia, y a 235 kilómetros (145 millas) al sureste de Cabo Gracias a Dios en la frontera entre Nicaragua y Honduras y avanzando hacia el oeste a 17 kph (10 mph).

“Iota” es la trigésima tormenta con nombre en la extraordinaria temporada de huracanes del Atlántico de este año. También es la novena tormenta que se intensifica rápidamente esta temporada, un fenómeno peligroso que ocurre cada vez con más frecuencia. Esta actividad ha centrado la atención en el cambio climático, que según los científicos está provocando tormentas más húmedas, fuertes y destructivas.

Todo Honduras estaba en alerta máxima, con evacuaciones obligatorias que comenzaron antes del fin de semana. El domingo por la noche se informó que 63.500 personas se encontraban en 379 refugios sólo en la región costera del norte.

Funcionarios nicaragüenses dijeron que a última hora de la tarde del domingo unas 1.500 personas, casi la mitad de ellas niños, habían sido evacuadas de áreas bajas en el noreste del país, incluidos todos los habitantes del Cayo Misquitos. Las autoridades dijeron que 83.000 personas en esa región estaban en peligro.

El viento y la lluvia comenzaron a sentirse la noche del domingo en Bilwi, una ciudad costera de Nicaragua donde la gente abarrotó mercados y ferreterías durante el día en busca de láminas de plástico, clavos y otros materiales para reforzar sus hogares, tal como lo hicieron cuando azotó el huracán Eta el 3 de noviembre.

Varios residentes de Bilwi expresaron su preocupación de que sus hogares no resistan a Iota. La televisión local mostró a personas evacuadas en botes de madera con niños pequeños, perros y gallinas.

Eta afectó a Nicaragua como un huracán de categoría 4 y provocó la muerte de al menos a 120 personas debido a que las lluvias torrenciales causaron inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en partes de América Central y México. Luego serpenteó a través de Cuba, los Cayos de Florida y alrededor del Golfo de México antes de llegar a tierra nuevamente cerca de Cedar Key, en Florida, y atravesar Florida y las Carolinas.

Se pronostica que Iota haría caer 200 y 400 milímetros (entre 8 y 16 pulgadas) de lluvia en el norte de Nicaragua, Honduras, Guatemala y el sur de Belice, con hasta 750 milímetros (30 pulgadas) en puntos aislados. Costa Rica y Panamá también podrían experimentar fuertes lluvias y posibles inundaciones, dijo el Centro de Huracanes.

Eta fue la tormenta con nombre número 28 de este año, empatando el récord de 2005. Los restos de Theta, la número 29, se disiparon el domingo en el este del Océano Atlántico.

Durante las últimas dos décadas, los meteorólogos han estado preocupados por tormentas como Iota que se fortalecen mucho más rápido de lo normal y crearon un umbral oficial para esta rápida intensificación: una tormenta que gana 56 kph (35 mph) en velocidad del viento en sólo 24 horas. Iota duplicó esa cifra.

A principios de este año Hannah, Laura, Sally, Teddy, Gamma, Delta, Zeta e Iota se intensificaron rápidamente. Laura y Delta empataron o establecieron récords de rápida intensificación.

Los científicos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica estudiaron el efecto y descubrieron que “mucho de eso tiene que ver con el cambio climático causado por los humanos”.

Esta es la primera vez que se registran en el Atlántico dos grandes huracanes con vientos superiores a los 177 kph (110 mph), en noviembre con Iota y Eta, según el investigador de huracanes de la Universidad Estatal de Colorado, Phil Klotzbach. Cuando los vientos máximos de Iota alcanzaron los 250 kph (155 mph), empataron con Lenny de 1999 como el huracán más fuerte del Atlántico a esta altura del año calendario.

El final oficial de la temporada de huracanes es el 30 de noviembre.

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El periodista de The Associated Press Marlon González contribuyó en esta nota desde Tegucigalpa, Honduras.

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