En los últimos 25 años, el acelerado crecimiento económico de China ha creado una clase media con apetito por lujos y el país salió de la nada para volverse el 5to mayor mercado para las exportaciones de vino de Estados Unidos. En 1994, las exportaciones de vino estadounidense a China apenas llegaron a 123 mil dólares.
LIVERMORE, California, EU (AP) — Atrapados en el fuego cruzado de la guerra comercial del Presidente Donald Trump con China, los viñedos de Estados Unidos están pasando trabajos para vender sus shiraz y chardonnays en ciudades como Shanghái y Shenzhen. Están en peligro de perder su posición en uno de los mercados vinícolas de mayor crecimiento en el mundo.
La disputa de 16 meses entre las dos mayores economías del mundo en realidad no tiene mucho que ver con el vino. El Gobierno de Trump acusa a China de robarse tecnología estadounidense y forzar a compañías norteamericanas a entregar secretos industriales y ha impuesto aranceles sobre más de 360 mil millones de dólares en productos chinos. China rechaza las acusaciones.
Cuando Beijing respondió con sus propios aranceles sobre los productos estadounidenses, apuntó contra los vinos norteamericanos.
Desde junio, China ha estado imponiendo aranceles de 93 por ciento sobre las importaciones de vino, arriba de los de 48 por ciento antes del comienzo de las hostilidades comerciales, de acuerdo con el Wine Institute, un grupo comercial para mil bodegas y negocios vinícolas en California. A menos que los dos países lleguen a un acuerdo -y están trabajando en ello-, los aranceles sobre los vinos estadounidenses se elevarán a 106 por ciento para el 15 de diciembre.
En contraste, los aranceles chinos son de 41 por ciento sobre los vinos de la Unión Europea y de 23 por ciento sobre los vinos procedentes de Australia, Chile y Nueva Zelanda.
"Nosotros ya no podíamos competir, especialmente con países que tienen acuerdos de libre comercio como Chile y Australia, nuestros dos mayores competidores", dijo Michael Parr, vicepresidente de ventas internacionales en la bodega Wente Vineyards, basada en Livermore, California, uno de los primeros productores estadounidenses en exportar a China hace 25 años.
Parr dijo que Wente no ha "enviado una sola botella de vino a China" desde junio, cuando entraron en vigencia los aranceles chinos más recientes.
En general, las exportaciones de vino estadounidense a China cayeron 25 por ciento en 2018, medidas por volumen, dijo el Wine Institute. Calculada en dólares, el panorama es similarmente malo: las cifras del Departamento de Agricultura de Estados Unidos muestran que las exportaciones de vino a China cayeron un 25 por ciento el año pasado, a 59.2 millones de dólares, y están abajo otro 48 por ciento este año comparado con el período enero-septiembre de 2018.
"China sigue siendo un mercado importante para los vinos de California, pero los aranceles excepcionalmente altos ponen nuestros productos en una desventaja de precios", dijo Robert Koch, presidente del Wine Institute.
En los últimos 25 años, el acelerado crecimiento económico de China ha creado una clase media con apetito por lujos y el país salió de la nada para volverse el 5to mayor mercado para las exportaciones de vino de Estados Unidos. En 1994, las exportaciones de vino estadounidense a China apenas llegaron a 123 mil dólares. De ahí en adelante subieron, llegando a 81.5 millones en 2016 y bajando a 78.7 millones en 2017, antes de desplomarse en 2018 al estallar la guerra de aranceles.
California, hogar del Valle de Napa y otras regiones vitivinícolas famosas, produce 95 por ciento de las exportaciones de vino estadounidense.