Los archivos publicados por WikiLeaks permiten una observación del funcionamiento interno y las estrategias de grupos; además, hay 38 subcarpetas que contienen documentos relativos a diferentes casos de información, que fueron identificados y elegidos como objetivo por el grupo español para intentar su eliminación.
Por Dánae Vílchez y Diana Cariboni
Ciudad de México, 15 de octubre (OpenDemocracy).- El grupo ultraconservador español HazteOir –que emplea argumentos sobre la “libertad de expresión” para hacer campaña contra la igualdad de derechos para las personas LGBT– se enfrentó a Google para “ocultar” supuestos nexos con una controvertida sociedad católica secreta, según muestran documentos liberados por WikiLeaks.
Esta sociedad secreta, El Yunque, es un grupo anticomunista fundado en México en la década de 1950. Carece de registro formal como tal, y de sitio web, pero se cree que está activa en América Latina y en España.
Periodistas de investigación de medios importantes, entre ellos El País, han documentado cómo El Yunque y HazteOir operan en conjunto. Esto es especialmente controversial en España, donde las organizaciones secretas están prohibidas por la constitución.
Los artículos de medios de prensa se encuentran entre más de 150 enlaces que aparecían en búsquedas de Google y que HazteOir intentó que el gigante tecnológico “eliminara” (según sus palabras) en 2015, al igual que las “búsquedas relacionadas” que incluyeran el nombre del grupo y palabras tales como “extrema derecha”.
Cuando el pedido directo a Google fracasó (la compañía contestó que “la inclusión de la noticia o las noticias en los resultados de búsqueda de Google sigue siendo […] relevante y de interés público”), HazteOir trasladó su pelea a un juzgado de Madrid, indican los documentos de WikiLeaks.
Mediante solicitud judicial, HazteOir reclamó a Google que “admitiera y procediera” a eliminar los contenidos del motor de búsqueda, abonar compensaciones en dinero al grupo y firmar un acuerdo de confidencialidad, “de tal forma (que) las entidades requeridas (Google Inc. y Google España) no podrán dejar constancia pública de la ocultación, informar a terceros o, ni a priori ni a posteriori, a las web de origen”, entre ellas los medios de comunicación.
En septiembre de 2015, un juzgado madrileño convocó a un “acto de conciliación” para el mes siguiente. No está claro qué pasó luego; no encontramos documentos posteriores en los archivos que publicó WikiLeaks, y los enlaces que HazteOir quería eliminar siguen indexados en el motor de búsqueda de Google.
EN HAZTEOIR “TIENEN QUE ACEPTAR QUE HAYA PERIODISTAS QUE PUEDAN DEDICARSE A INVESTIGARLOS”
Los archivos publicados por WikiLeaks –17 mil documentos de HazteOir y de su organización hermana CitizenGo que abarcan el período 2001-2017– permiten una observación sin precedentes del funcionamiento interno y las estrategias de esos grupos.
Sus acciones para suprimir u ocultar información, detalladas en estos documentos, contrastan a su vez con su “retórica de defensa de la ‘libre expresión’”, dijo Isabel Marler, coordinadora del programa para el avance de los derechos universales y la justicia de la organización mundial de mujeres AWID.
“Su narrativa es todo un disfraz diseñado para que una agenda que es extrema y discriminatoria suene más aceptable”, dijo Marler a openDemocracy.
HazteOir califica sus actividades –como enviar por toda España y otros países autobuses cubiertos de mensajes transfóbicos y eslóganes como “Stop feminazis”– “una bandera para los disidentes de la corrección política” y la “concreción de la libertad de expresión” garantizada por la constitución española.
LOS ARCHIVOS DE WIKILEAKS
En la colección de archivos de WikiLeaks hay 38 subcarpetas de documentos con estrategias para limitar la información pública sobre las presuntas conexiones entre HazteOir y El Yunque.
Esas subcarpetas contienen documentos relativos a diferentes casos de información, que fueron identificados y elegidos como objetivo por el grupo español para intentar su eliminación, entre ellos noticias de prensa e incluso declaraciones públicas de exintegrantes de HazteOir.
En su pedido a Google de “ocultar” los enlaces relacionados, HazteOir y ocho de sus integrantes afirmaron que ese contenido tenía “consecuencias en su estado anímico”, y daba pie al “rechazo” en sus vidas privadas y públicas y dañaba sus “oportunidades laborales”.
Google no contestó a los correos enviados por openDemocracy sobre esta noticia. Tampoco HazteOir respondió nuestros pedidos de comentarios e información.
El Yunque tiene una triste fama en América Latina por su presunto papel en la violencia contra estudiantes y otros activistas izquierdistas en México durante el siglo XX. Varios periodistas e investigadores han documentado también los nexos entre esta sociedad y figuras políticas mexicanas y españolas.
En 2019, openDemocracy reveló que HazteOir y CitizenGo operaban para llevar votantes a la ultraderecha en España y en otros países de Europa actuando como un “súper comité de acción política” al estilo estadounidense, con “publicidad agresiva” contra candidaturas adversarias.
Joan Barata, abogado de la Plataforma por la Libertad de Información y miembro del Center for Internet and Society de la Escuela de Leyes de Stanford, dijo que en HazteOir “tienen que aceptar que haya periodistas que puedan dedicarse a investigarlos, o personas que hablen de ellos […] y que opinen de forma negativa”.
“Prevalece la necesidad de mantener eso [el contenido en línea] porque es una información de interés público”, dijo Barata a openDemocracy. “Por lo tanto, esa intención de intentar borrar, desintegrar, etcétera – bueno, es un intento de lavar su imagen, pero jurídicamente no se sustenta”.