Por ahora, no quiere saber de un tercer capítulo contra “Triple G”,Gennady Golovkin. Sólo quiere enfocarse en Rocky Fielding, el campeón supermediano a quien enfrentará el 15 de diciembre.
“Es la oportunidad de ganar otro título. De hacer historia. Estaría entre los 10 mexicanos que ganaron títulos en tres categorías distintas”, dijo Álvarez el martes en una entrevista con The Associated Press.
Evocó también una vieja fascinación de subirse al entarimado del Garden, en particular el recuerdo de presenciar una pelea de Miguel Cotto, el multicampeón puertorriqueño que disputó una decena de combates en la Meca del boxeo.
Por Eric Núñez y Pablo Elías Giussani
Nueva York, 16 de octubre (AP).— ¿Qué motiva a Saúl “Canelo” Álvarez para subirse al ring apenas tres meses después de su gran victoria ante Gennady Golovkin?
Los motivos sobran para el campeón mundial mediano: hacer historia en el boxeo mexicano con otro título, darse la satisfacción de pelear en el Madison Square de Nueva York y, simplemente, las ganas de estar activo.
Por ahora, no quiere saber de un tercer capítulo contra “Triple G”. Sólo quiere enfocarse en Rocky Fielding, el campeón supermediano a quien enfrentará el 15 de diciembre.
“Es la oportunidad de ganar otro título. De hacer historia. Estaría entre los 10 mexicanos que ganaron títulos en tres categorías distintas”, dijo Álvarez el martes en una entrevista con The Associated Press.
Evocó también una vieja fascinación de subirse al entarimado del Garden, en particular el recuerdo de presenciar una pelea de Miguel Cotto, el multicampeón puertorriqueño que disputó una decena de combates en la Meca del boxeo.
“Un ambiente muy distinto. Muy bonito. ¡Eran puros boricuas!”, rememoró Álvarez. “Ahora seguramente habrá muchos mexicanos. Espero que vengan de todos lados de América Latina, no sólo mexicanos”.
“Hacía muchos años que quería pelear aquí. Estoy muy contento. Muy emocionado”, añadió.
Álvarez empató y luego consiguió una reñida victoria por puntos sobre Golovkin en sus últimas dos peleas escenificadas en Las Vegas. En medio de ambas estuvo suspendido seis meses al dar positivo por clembuterol, sustancia que, adujo, ingresó en su organismo mediante el consumo de carne contaminada.
Con 28 años, Álvarez (50-1-2, 34 nocauts) asegura que asume un “gran riesgo” al subir de peso.
“Estaré saliendo de mi zona de confort y no sé cómo me voy a sentir en ese peso. Pero eso es parte del boxeo. Es un riesgo que tomo a conciencia”, subrayó.
Lo cierto es que el riesgo no sería tal.
El inglés Fielding (27-1, 15 nocauts) no es un rival de calado. Nunca ha enfrentado a alguien con la clase de Álvarez, por lejos superior en experiencia, velocidad y pericia en el ring.
En noviembre de 2015, Fielding cayó noqueado en el primer asalto ante Callum Smith en una pelea por el cetro mediano británico. Pero ha hilvanado seis victorias desde entonces. Una de ellas fue el nocaut en el quinto asalto que le propinó al alemán Tyron Zeuge para conquistar el título de la AMB.
“Hay que ver cómo reacciona mi cuerpo”, dijo Álvarez. “Sé que soy mejor peleador que él, con más experiencia. Pero su mayor peso puede complicar las cosas”.
La expectativa sigue siendo una posible tercera pelea contra Golovkin, pero el mexicano insiste que eso no asoma en sus planes inmediatos.
“En estos momentos no pienso en eso. Estoy enfocado totalmente en Fielding”, dijo. “No hay en marcha ninguna negociación, por ahora no hay nada. Pero si la gente quiere una tercera pelea, la haremos. Creo que demostré que soy el mejor a lo largo de 24 rounds”.
El interés de Álvarez en enfrentar a Fielding fue “una gran sorpresa” para el británico. Obviamente no iba a despreciar la oportunidad de medirse contra el que consideró es la “máxima referencia del boxeo”.
“Hay que pelear contra los mejores para ser el mejor”, señaló Fielding. “No me esperaba que iba a subir (de peso). Fue de repente. Estaba entrenando en el gimnasio y me llamaron con la propuesta de la pelea. Me dicen que el Madison Square Garden. ¿En serio? Tantas peleas de lujo que se han disputado ahí”.
Si fuera por Álvarez, pelear con más regularidad sería lo ideal.
“Me gusta hacer dos peleas por año. Amo el boxeo”, manifestó. “Si pudiera, estaría todos los días en el cuadrilátero”.
Al preguntársele si se le debe considerar como el mejor boxeador mexicano de la historia, Álvarez se desmarcó. No quiere que se le señale como insolente al compararse con leyendas como Julio César Chávez, Rubén Olivares o Salvador Sánchez.
“México tiene grandes boxeadores. Sería una falta de respeto elegir a uno”, afirmó. “Pero es una gran motivación, un orgullo ser parte del grupo”.