Alejandro Páez Varela, Héctor Alejandro Quintanar y Fabrizio Mejía Madrid hicieron un repaso sobre lo que significa el último grito de Andrés Manuel López Obrador, sobre todo en la antesala del fin de su Gobierno en el cual exhibió a la derecha y colocó a quienes se dicen del centro dentro del conservadurismo.
Ciudad de México, 16 de septiembre (SinEmbargo).– ¿Qué es lo que México ha vivido en los últimos seis años con Andrés Manuel López Obrador? En este sexenio, que llega a su fin, el Presidente exhibió la incapacidad de la derecha para construir liderazgos y al mismo tiempo mostró a quienes desde el centro se refugiaron con una agenda aparentemente “progresista”, cuando detrás se trataba del mismo conservadurismo negociando posiciones, plantearon Alejandro Páez Varela, Héctor Alejandro Quintanar y Fabrizio Mejía Madrid.
En esta entrega de ¬RADICALES, programa que se transmite en el Estudio B de SinEmbargo, Páez Varela planteó cómo se fue vaciando ese centro por presión del Presidente López Obrador, sobre todo porque demostró que sólo se trataba de la derecha disfrazada.
“Cómo pudimos aceptar que en ese centro cabía lo mismo Claudio X. González que Lorenzo Córdova, que son lo mismo exactamente, lo mismo. Y también (Emilio) Álvarez Icaza y también Dante Delgado, o sea un hombre que ha vivido del presupuesto, un salinista que fue el sustituto de (Fernando) Gutiérrez Barrios en Veracruz. ¿Cómo es posible que esos son los buena ondita?”, cuestionó.
En ese sentido, Héctor Alejandro Quintanar recordó cómo bajo esta misma idea la derecha ideó a Xóchitl Gálvez como un intento de producto milagro, que ahora ha replicado con la Ministra Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña Hernández.
“La derecha minoritaria en este momento en México, la oposición partidista de derechas, está tratando de descubrir liderazgos y lo que tienen que entender es que los liderazgos no se descubren, se construyen, es algo que no es una especie de carisma que viene de la nada o que es una simple imagen puesta a la luz de muchos y que con base en eso ya va a lograr un magnetismo y una imantación. No, los liderazgos se construyen con base en actuar de manera excepcional en situaciones excepcionales, con base en poner sobre la mesa cosas que otros líderes políticos no habían visto, se trata de eso el liderazgo”, señaló.
Quintanar criticó, por lo mismo, el hecho de que la derecha trate de imponer sus intereses, como ocurrió con la irrupción violenta en el Senado de la República, cuando no tiene el respaldo popular, algo que quedó demostrado en las urnas. “Ya perdieron la batalla de las urnas y aún así quieren ganar”, señaló.
“Estamos en este escenario donde no se ha respetado algo que tendría que ser absolutamente respetable, que es someter al escrutinio de las urnas, una decisión y una propuesta, o sea, básicamente están tratando de que un Presidente no cumpla una promesa, de que un proyecto político no cumpla una promesa y lo están haciendo por vías ilegítimas, porque quieren sobredimensionarse con un tamaño que no tiene”, ahondó.
Fabrizio Mejía anotó por su parte cómo el obradorismo significó la politización de la democracia mexicana, y “una inclusión a la pertenencia al país de millones de mexicanos que estaban excluidos de la política, que no tenían ni siquiera nombre, a lo más que llegaban era hacer llamados ninis, pero en realidad no tenían un nombre y todos esos se articulan en torno la denominación de pueblo”.
“El Gobierno de López Obrador termina con esta reforma, la última reforma, una de las más importantes porque es un cambio de régimen, en el sentido de que redistribuye de nueva cuenta el poder en el país, redistribuye el origen de uno de los poderes, será un origen mixto, una comisión de evaluación, un sorteo y luego una votación popular. Ese origen cambiará, digamos al Poder Judicial y finalmente, se termina el sexenio con la idea de profundizar el cambio político, profundizar el cambio de mentalidades y seguir adelante”, refirió.
Para Alejandro Páez Varela en este sexenio del Presidente López Obrador también hubo otra lección: el arrojo al momento de tomar decisiones y confrontar a los poderes fácticos, como antes ha ocurrido en dos de los principales movimientos sociales que visto el país en sus 200 años de historia.
“¿Qué es la Independencia? ¿Qué es la Revolución? son momentos de arrojo. Es siempre un momento de arrojo, hay un grupo de individuos mexicanos que dicen me arrojo. De alguna manera o más bien la respuesta siempre de la derecha mexicana es acomodarse y defender el statu quo, o sea no arrojarse es como mantengamos, no le mueva no le muevan. Estamos muy bien así como estamos, qué prisa tienen”, planteó Páez Varela,.
En esto coincidieron tanto Héctor Alejandro Quintanar como Fabrizio Mejía. Quintanar, por ejemplo, señaló que si observamos la trayectoria de López Obrador, “en algunos casos sus decisiones han sido para tomar vías inexploradas que le han costado, por ejemplo, el desafuero”.
Mientras que Fabrizio Mejía anotó: “Después de dos fraudes, de compra de votos por parte de Peña Nieto, de las reformas del Pacto por México, las traiciones espeluznante del PRD, de todo lo que pasó, de pronto tenemos seis años en donde sentimos la novedad de ganar y que las cosas que proponen López Obrador con ese arrojo, esa idea de si no es por aquí, es por acá, el Plan A, Plan B, Plan C… es muy significativo de cómo funciona la mente del Presidente”