Entre entusiastas familias provenientes de varios estados, en el Zócalo de la Ciudad de México también bailaban los acordeones de Tigres del Norte mexicanos que viajaron desde Estados Unidos en representación de los migrantes que “la frontera los cruzó”.
–Con información de Daniela Barragán
Ciudad de México, 16 de septiembre (SinEmbargo).– Pum pum, tras los vivas del Presidente Andrés Manuel López Obrador, seguido de la intermitente lluvia durante toda la tarde, llegó una lluvia de juegos pirotécnicos entre la bandera de México ondeando al ritmo de música regional en un Zócalo de la Ciudad de México con más de 100 mil espectadores que, coreando “Cielito lindo” y echando espuma blanca, sustituyeron el largo silencio previo de dos años de pandemia.
Luego regresaron los acordeones que habían comenzado a retumbar minutos después de las 20 horas. Ya me gritaron mil veces que me regrese a mi tierra /porque aquí no quepo yo / Quiero recordarle al gringo: yo no crucé la frontera, la frontera me cruzó, cantaban los Tigres del Norte entre gritos a lado del Palacio Nacional, donde el Presidente López Obrador dijo por la mañana que les pidió sus canciones favoritas, como esa, que pidió reproducir en una conferencia matutina en apoyo a los migrantes mexicanos en Estados Unidos, a quienes ha pedido no votar por políticos conservadores que los “maltratan”.
Desde Los Ángeles, California, Antonio viajó a escuchar al Presidente más que al grupo californiano en representación de los 40 millones de mexicanos que hay en el exterior, “valorados” por el Presidente.
“Vengo representando de alguna manera a los migrantes que no pueden venir. El periodo neoliberal fue el que nos mandó a migrar de alguna manera u otra”, dijo portando una máscara de luchador tricolor y con una bandera estadounidense como capa. Como contra parte, lo acompañó una mujer con botarga de dinosaurio abrazada con la bandera mexicana.
“Se siente especial [ver a los Tigres], pero venimos a ver al Presidente gritar, eso es lo ideal. Estamos en una transformación, el país está cambiando y, más que nada, venimos nosotros desde Los Ángeles a ver al Presidente. Es la propina que estén los Tigres del Norte, pero nosotros hubiéramos echo el viaje con o sin los Tigres del Norte”, aseguró Antonio.
Entre entusiastas familias (incluso con perros con sombrero) provenientes de Zacatecas, Veracruz, Estado de México, Guanajuato, Tamaulipas y demás estados, bailaba Frankin, un turista de Guatemala.
—¿Cómo estamos, México? —gritó el vocalista de los Tigres del Norte en el escenario frente a la Catedral—. Nosotros estamos muy bien.
—La estoy pasando muy bien —dijo a SinEmbargo el guatemalteco. Aunque comentó que en los filtros de seguridad en las calles aledañas a la plancha no le dejaron ingresar una lata de cerveza. Otros, más astutos, tomaban vodka en una botella azul mientras, cerca de la medianoche, chequeaban los horarios del cierre del Metro. Otros más, desde restaurantes y bares aledaños, chocaban las copas.
Acompañado del ritmo de Mi amor no es pasajero, verás / Que todo te lo voy a entregar, contó que llegó el martes y mañana irá al Estadio Azteca a ver el partido de fútbol clásico Chivas contra América.
En contraste al ambiente festivo, el colectivo Hasta Encontrarte, conformado por víctimas de desaparición forzada, protestaron en la Estela de Luz, donde colocaron fotos de sus familiares sin localizar. “Nuestro grito hoy es de dolor. Nada qué celebrar”, aseguraron.
Por su parte, Jaime padre y Jaime hijo, originarios de Toluca, Estado de México, se protegieron de la tenue lluvia con gigantes sombreros de paja y ponchos con el calendario Azteca, previo al inicio del concierto.
Esperaban atentos en una plancha que se fue llenando poco a poco y por donde desfilaron José María Morelos y Pavón, Miguel Hidalgo y Costilla y hasta el mismo Presidente Andrés Manuel López Obrador, caracterizados por mexicanos disfrazados que no paraban de posar para fotos.
“Ya teníamos dos años de no venir por la pandemia y finalmente pudimos regresar”, celebró Jaime hijo, entre pruebas de sonido. “Sí, veo muchas mantas y gente [apoyando al Presidente], espero que no sea el clásico acarreo, que deberas sea gente que venga a apoyarlo, yo también soy uno de ellos”.
Jaime padre compartió que para ellos es una tradición estar en el Zócalo en estas fechas, por lo que “fue horrible” no poder ir dos años seguidos. “Hay gente que va a Chalma, hay gente que va a la Villa, pero nosotros venimos al Zócalo”, afirmó.
Esta mañana, luego del baile, Grito y convivencia de la noche anterior, salió de la plancha el Desfile Conmemorativo por el 212 Aniversario del Inicio de la Independencia, dedicado a la Guardia Nacional, rumbo al Campo Marte en avenida Reforma.