La historia de la policía civil en México es la historia de la tortura, los homicidios impunes desde el poder, y la consabida corrupción política es una historia vergonzosa compartida con el Ejército de Peña para atrás, con escasas excepciones.

En estos días, los dobles discursos y el rasgado de vestiduras ponen en evidencia que a quienes están en las altas esferas de la política les interesa muy poco la seguridad. Sólo quieren aprovechar el debate para pasar los costos políticos al adversario. Politiquería cínica e irresponsable. 

Hoy insisto en una propuesta que me ha acompañado toda la vida de activismo en la izquierda, desde 1968, que pedíamos la renuncia de Mendiolea Cereceres y García Barragán, mandos en jefe castrense y de seguridad.

Después fuimos contra Nassar Haro y el campo militar número uno, luego contra “El Negro” Durazo, contra Zorrilla, contra García Luna, contra Calderón y los generales Juárez y Espitia en el Norte, contra Murillo Karam y los militares de Guerrero, en fin que todos los jefes policiacos y militares en el campo han resultado trágicos para el país desde que recuerdo con López Mateos y Díaz Ordaz.

Desde mi juventud he exigido que los militares vuelvan a los cuarteles, y no voy a cambiar ahora de viejo, en mi exigencia, lo que pasa es que estoy solo como Diputado local, incluso ni con Morena en este tema, y el PAN es hipócrita y mayoritario, pero como los republicanos españoles cada año esperaban que cayera Franco y le pegaban a la mesa con el dedo índice hasta que se les encogió. 

Veamos el estado de la seguridad en Chihuahua para fortalecer mi postura. 

Para mí que la Gobernadora del estado de Chihuahua debe pedir el retiro del Ejército y la Guardia Nacional por su falta de sinceridad con sus diputados y senadores, y haber permitido que manipularan políticamente con la seguridad del estado de Chihuahua. Y como decimos acá, va la neta. 

Los responsables de la seguridad pública del estado de Chihuahua, los estatales no tienen un mando único que tenga bajo su responsabilidad a la Guardia Nacional en el estado y a la Policía Municipal de Juárez y Chihuahua.

Mientras no haya un mando en jefe, no se podrá combatir efectivamente a la delincuencia. En las empresas les dicen CEO.

El mando por decisión constitucional es estatal, y sólo se puede ceder a las fuerzas federales mediante un convenio escrito y publicado en el Diario Oficial, aceptado por los presidentes municipales como el jefe y responsable de la dirección y ejecución de los operativos como inteligencia, estrategia y respeto a los derechos humanos, igualmente asignado los costos y aportando de manera tripartita al operativo general.

Sin embargo, aquí la Gobernadora se limitó a pedir apoyo a la federación, sus mandos no mandan ni se dejan mandar, y el Presidente Municipal está igual, así que cada quien anda por su lado. Y la presencia militar, violatoria de la Constitución, sólo sirve de tapadera a la corrupción e ineficacia de las policías civiles. 

Por eso y por mucho más los militares deben regresarse a sus cuarteles y dejar que las policías civiles cumplan sus responsabilidades, que los ricos y las empresas que tienen grandes ganancias paguen el dinero necesario o asuman las consecuencias. 

Con la seguridad NO se hacen grillas baratas.

Gustavo De la Rosa

https://www.sinembargo.mx/author/delarosa

Es director del Despacho Obrero y Derechos Humanos desde 1974 y profesor investigador en educacion, de la UACJ en Ciudad Juárez.

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