La Unicef alertó sobre las consecuencias que tendría la prolongación del cierre de las escuelas debido a la pandemia, entre ellas mencionó la deserción escolar y la exposición de los menores a la violencia de las pandillas y a la trata de personas.
PANAMÁ, 16 de septiembre (AP) — Alrededor de 86 millones de niños y niñas siguen sin retornar a las aulas en América latina mientras muchos de ellos, provenientes de familias pobres, ni siquiera han podido acceder a la educación virtual, advirtió Unicef el jueves.
Se trata del más reciente reporte sobre el tema de esa agencia de las Naciones Unidas, que volvió a alertar sobre las consecuencias que tendría la prolongación del cierre de las escuelas debido a la pandemia del nuevo coronavirus. Entre ellas mencionó la deserción escolar y la exposición de los menores a la violencia de las pandillas y a la trata de personas.
“Durante los últimos 18 meses, la mayoría de los niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe no han visto a sus profesores o amigos fuera de una pantalla”, indicó Jean Gough, directora regional de Unicef. “Los que no tienen Internet, directamente no los han visto”.
“La educación virtual debe continuar y mejorar, pero está claro que durante la pandemia las familias más marginadas no han tenido acceso al aprendizaje”, alertó Gough en un informe divulgado en su sede regional en la capital panameña.
La buena noticia, según el organismo, es que 47 millones de alumnos en la región han reanudado sus clases presenciales de forma parcial o total.
“Es esperanzador ver que cada día se reabren más escuelas y más niños, niñas, adolescentes, maestros y profesores vuelven a la escuela en América Latina y el Caribe”, señaló Gough.
Para Unicef, la escuela no es sólo un lugar donde los niños aprenden sino también un espacio seguro para que interactúen, jueguen y crezcan juntos.
“Durante la pandemia, América Latina y el Caribe han tenido más tiempo de cierre ininterrumpido de escuelas que cualquier otra región del mundo”, señaló. “En toda la región se ha perdido una media de 153 días de clase presencial desde que se inició la pandemia. El cierre generalizado de escuelas ha causado la mayor interrupción del aprendizaje en la historia moderna de la región”.
Agregó que los datos más recientes de todo el mundo muestran que las escuelas no están asociadas a un aumento de la transmisión de la COVID-19 sino que reflejan el nivel de contagio de la comunidad.
“Incluso en los lugares con las tasas más altas de COVID-19, la Organización Mundial de la Salud recomienda considerar todas las opciones para continuar el aprendizaje”, destacó Unicef.